A partir de los cincuenta años, la salud de nuestra boca se hace difícil de mantener. Para las mujeres, la menopausia suele conllevar un debilitamiento de los tejidos de la encía, que ya de por sí, el tiempo ha ido minando.
Tanto en los hombres como en las mujeres, con la edad, la secreción de saliva disminuye. Y bien sabemos que la saliva juega un papel fundamental en la salud bucodental, puesto que ayuda a eliminar los restos de alimentos, y a luchar contra la caries.
La boca y los dientes, a partir de los cincuenta, necesitan un cuidado especial, y mayor atención que la que les hemos prestado en los años anteriores.
Es cierto que a medida que envejecemos, los dientes tienen más riesgo de sufrir algún tipo de enfermedad o deterioro irreparable. Y bien es verdad también que una boca en mal estado conlleva una merma real de nuestra calidad de vida: dolor, malestar, mal aliento, y a veces dificultad para alimentarse.
Muchos estudios han demostrado que los problemas de los dientes jugaban un papel esencial en las afecciones cardíacas y en la diabetes, entre otras muchas. Por otra parte, con la edad, y el debilitamiento de los tejidos, el riesgo de sufrir una periodontitis aumenta significativamente.
Esta enfermedad de la encía, priva a los dientes de su sujeción natural, lo que suele terminar con la pérdida de las piezas dentales. Contra todos estos problemas existe una solución: una higiene diaria de los dientes y sobre todo, acudir con frecuencia al dentista. Lo que vemos es que se trata de una cuestión que afecta tanto a la salud como a la belleza de cada persona.
Los cuidados básicos no varían con la edad: cepillado de los dientes, al menos dos veces al día, y limpiar los espacios interdentales con la ayuda de un hilo de seda.
Evitar el picoteo a lo largo del día, sobre todo si contienen azúcar, y en todo caso un chicle sin azúcar. Cuando cepillemos los dientes debemos tener cuidado con la parte que toca los dientes. Esta parte hay que limpiarla con mucha delicadeza.
Si constatáis que las encías sangran, es momento de ir al dentista, y utilizar un cepillo de dientes más suave. Pero, en ningún caso debemos dejar de cepillarnos los dientes, puesto que eso no haría sino empeorar las cosas.
En el caso de llevar una prótesis dental, eso no nos priva de limpiarnos a fondo la boca. Debemos lavarla todos los días, bien si dormimos como si no, con la dentadura puesta durante la noche.