Ensayo sobre Santa Teresa de Jesús, que se ve que como no he tenido bastante con el añito que hemos pasado, necesitaba yo un poco más de rollo teresiano. Porque que la Santa me perdone, pero qué año nos han dado a cuenta de su 500 cumpleaños. Qué año.
Claro, pero qué se puede esperar cuando vivo en pleno meollo teresiano y todos los años en septiembre me voy de marcha, sí, teresiana a comer higos en recuerdo de lo último que comió la propia Santa antes de llegar a Alba para morir. Qué pretendo, yo. Eh.
Total, que Santa Tere. Buena muchacha, ella. Debía impactar conocerla. Espido habla en este libro mucho de la fama que alcanzó en su época y yo, que soy hija de mi tiempo, no dejo de preguntarme cómo era, cómo se hacía lo de adquirir fama en una época en la que la comunicación era simplemente epistolar. Evidentemente la tradición oral, las cuentos, las leyendas, funcionaban de lo lindo. Y como ejemplo mi propio pueblo, donde Santa Teresa no arraigó, pese a cruzarlo cada dos por tres, y tuvo sus más y sus menos con las autoridades de aquel tiempo. De ahí surgió la leyenda que dice que en una de esas salidas, con el hábito arremangado y echando espumarajos por la boca de la indignación, nos soltó una maldición. Que la iglesia se quemaría tres veces. Y ya lleva dos.
Así que no, a Santa Teresa aquí mucha devoción, pues no, aunque ahora nos hayamos apuntado al carro de las rutas teresianas y sus peregrinos. Convento tenemos, eso sí, pero no lo fundó ella, no. Fue cosa más bien de un devoto suyo, noble local y prohombre del siglo XVII, que se pilló un gripazo y se encomendó a la Santa. Como se salvó, organizó el convento. Que es lo mejorcico que tenemos en el pueblo, todo sea dicho.
Pero yo había venido aquí a hablar del libro de Espido, no de mi poblado. Córcholis. El libro. Pues un ensayo sobre diferentes aspectos de la vida de Santa Tere. Es interesante y se lee bien, aunque sí previamente te has leído los libros que escribió la de Ávila creo que se comprenderá mejor. Yo no lo he hecho (mea culpa) y a veces me he perdido un poco.
También es cierto que este libro ha sido mi comodín durante mes y medio, y en el mientras tanto me he leído otros dos, dejando a Santa Tere aparcada sin ningún tipo de remordimientos en esos ratos. Y si la iglesia del poblado se quema esta noche -otra vez- ya sabéis quién es la culpable.
Total, que, es evidente, entre que me leía uno y otro, perdí el hilo. No obstante, me ha gustado, es instructivo y presenta a la Santa desde varias perspectivas, reflejando una imagen, creo, bastante acertada de quién fue en realidad Teresa de Cepeda y Ahumada. Una tía decidida, cabezona, con sentido del humor, que apreciaba la vida aunque deseara la muerte como buena mística. Un producto de una época más luminosa de lo que parece, una España hecha de retales de aquí y de allá, de gentes que tenían poco que ver y que se vieron arrastradas por el fanatismo, en sus más variadas formas.
Este libro te gustará si.... No soportas las yemas de Ávila (puaggg), te gusta montar escenitas muy melodramáticas y tienes un sentido del humor un poco negro.