Una joya del románico gallego en plena naturaleza
A la orilla del río Sil, en la falda del monte Varona se encuentra este monasterio abrigado por los frondoso castaños que lo rodean. Un lugar que transmite paz, naturaleza, historia y espiritualidad.
Aunque el templo se construyó entre los siglos XII y XIII, los primeros testimonios escritos que acreditan su existencia se remontan a finales del siglo X. No se puede saber con exactitud de que fecha data su primera construcción, aunque existen testimonios fiables de que existiera ya en época prerománica. Todo parece indicar que este monasterio fue uno de los más importantes de la Ribera Sacra, dado el gran número de vías de comunicación que convergen en el.
Desde el punto de vista arquitectónico, tiene un valor incalculable, puesto que representa la época de máximo esplendor del románico gallego. En el conjunto arquitectónico podemos distinguir dos partes: la iglesia y las dependencias monasteriales.
Pero lo mas llamativo de este monasterio es su perfecta comunión con la naturaleza que lo rodea, los castaños, el río y el continuo verdor de la zona hacen de este lugar un rincón muy singular de la Ribera Sacra. Toda una invitación a la paz y a la reflexión. La entrada cuesta 1 € y puedes recorrer todos sus rincones libremente.
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