por Jorge E. Pereyra
Los dogmas del quieto pasado son inadecuados para el tempestuoso presente” Abraham Lincoln
El concepto mismo de paradigma tiene una larga historia. Lo reciente es su aplicación a la historia de la ciencia. Platón, Freud, Jung, Ortega, Marx, Sartre reconocieron las creencias arraigadas y los cambios que suceden cada cierto tiempo.
Paradigma, como concepto de modelo, se debe a Thomas Kuhn, que la utiliza como parte de su tesis en el libro “The structure of Scientific Revolutions”. La tesis de Kuhn es que la ciencia clásica ha estado orientada de manera errónea, a pensar que los conocimientos son acumulativos, y que de esa manera poco a poco nos llevará al entendimiento completo del universo.
Kuhn argumenta que no hay avances sino que hay “cambios”. El cambio científico ocurre cuando alguien se “ilumina” , llevando a la ciencia a un modo radicalmente diferente de ver el mundo. De ello emerge ese paso adelante. Un ejemplo clásico es la teoría de Copérnico, del sistema solar, que pone a la tierra como simple satélite, derrumba la creencia que el hombre es el centro de universo.
El nombre dado por Kuhn a esas nuevas formas de despertar conceptual es “paradigm shifts”. Aunque el concepto científico no es de aceptación generalizada, la frase se puso de moda de inmediato.
Esta idea es de repercusiones profundas. Mucho más allá de los que usan, con tanta liberalidad, las palabra “paradigma” y la frase “cambios paradigmáticos”.
Kuhn de un plumazo desechó la noción de verdades absolutas, en que se basan las estructuras culturales. En pocas palabras define que los modelos de la realidad son solo reflejos de la mente humana. De este modo todos los modelos son iguales, equivalentes y en cierto modo falsificaciones.
Todo conocimiento resulta subjetivo e incompleto. Todas las ideas con que construimos el mundo son inexactas. Y hay algo más. Si todos los modelos de la realidad son paradigmas, reflexiones del trabajo de nuestra mente en lugar de verdades absolutas, el único curso aceptable es dudar y disentir: no creer en nada.
La idea de paradigma y cambio paradigmático, es una poderosa herramienta de estudio e investigación. Permite el análisis de sistemas culturales de cualquier tipo, desde un hormiguero a un universo, sin calificar si es bueno o malo, simplemente la función y el efecto.
La idea ha sido muy atractiva para aplicarla a cualquier situación. La evolución misma puede verse como el estudio material de los cambios de paradigmas. Se ha usado sin restricciones para desarrollar representaciones de modelos de negocios. Se ha usado en publicidad para modificar los que la gente cree (creer o creencia igual a paradigma)
Toda nuestra vida depende de expectativas básicas. Muchas de ellas son consideraciones de la forma que funciona la sociedad en la cual vivimos, las cuales creemos son inmutables. Esos convencimientos generalizados no se perciben en los sistemas sociales a menos que sean alterados visiblemente. Vemos salir el sol por el Este y ponerse en la tarde por el Oeste. Tenemos pleno derecho a pensar que el sol da vueltas alrededor de la tierra. La tierra por tanto debe ser el centro de universo. Todo se modifica cuando aparece la contradicción. Cuando un grupo de personas se convence que la tierra y el hombre, no es el centro del universo. Es por ello que todos evitamos los cambios. Nos sacan de estado de reposo en que estamos. Como todos los cuerpos los evitamos, nos resistimos a ellos.
Muchos paradigmas colapsan con la caída del Muro de Berlín. Otros muchos con la caída de las Torres Gemelas de Nueva York por el ataque terrorista. Al mismo tiempo hicieron colapsar la teoría misma de los cambios de paradigmas. Pensarla, verla , analizarla de otra manera.
Los famosos paradigmas pueden ser constructivos o destructivos. Durante la Guerra Fría y ahora Bin Laden y G. Bush comparte un mismo paradigma, que los hace odiarse. Ambos no pueden ser buenos y estar en lo cierto. Ambos luchan por lo mismo principio y el mismo enemigo: las condiciones en que hoy vivimos. En los últimos años el mundo se ha ido moviendo de modelos autoritarios a modelos basados en escogencias personales, en lugar de aceptar ciegamente las tradiciones.
Einstein sustenta la teoría que la materia y energía, tiempo y espacio no son entidades separadas, solo aspectos fundamentales del todo, que se está transformando.
De este modo la idea del cambio paradigmático (paradigm shifts) es una útil , poderoso, excitante, seductiva herramienta analítica, pero al mismo tiempo es una falsificación.
Un paradigma destructivo nos está llevando al paradigma de las cruzadas. No importa cómo se defina el “demonio”: Al-Qaeda, Bush, Judíos, Árabes, o el Jefe que tenemos.
Autor Jorge E. Pereira
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