Revista Política

Paradojas del procés de soberanía catalana.

Publicado el 20 octubre 2014 por Trinitro @trinitro

tannhauserEl procés soberanista está obligando a reubicarse a todo el mundo. Es un proceso que no controla realmente ninguno de los actores y donde la interacción entre ellos obliga a un movimiento contínuo.

Los partidos, las entidades y las personas se ven obligadas a salir de su entorno de confort, tener que trabajar en zonas de matices y grises a la vez que están luchando desde posiciones que tiende al maniqueismo.

Esto produce un gran número de paradojas, algunas de ellas son más sorprendentes que otras. Me gustaría enumerar algunas de las que he visto con mis ojos, pero antes aclarar que no quiero juzgar a los protagonistas de estas paradojas. De hecho quien no sufra estas paradojas realmente es que se está moviendo en su zona de confort y no está siendo honesto con sus planteamientos políticos ni con la realidad política. Quien no entre en paradojas de este tipo está negando a una parte importante de la realidad política y social catalana.

Esto más que un artículo de crítica a quien entra en paradojas políticas y personales es un homenaje, un reconocimiento o una constatación de las dificultades políticas y sociales por las que pasan los actores políticos y sociales en el procés soberanista.

  • He visto partidos que abogan por la revolución social y criticar el statu-quo asustarse ante la opción de desobedecer civilmente.
  • He visto nacionalistas catalanes dar pasos atrás en sus postulados cuando sus tesis pueden ser ganadoras.
  • He visto no-nacionalistas con un discurso más identitario que el más rancio de los nacionalistas.
  • He visto dirigentes de partidos liberal-conservadores defender planteamientos 100% keynesianos.
  • He visto dirigentes de partidos socialdemócratas agarrarse a Marx como valor último y dar lecciones de marxismo a activistas de partidos anticapitalistas.
  • He visto antisistemas tener más sentido de estado que militantes de izquierda de partidos que han gobernado.
  • He visto como defensores del status-quo sienten que se han dado cuenta que sus planteamientos pueden perder, pedir la solidaridad y empatía que han demostrado durante años no tener.
  • He visto catalanes dejándose una pasta (y tiempo, y salud) por una causa que no reporta nada económicamente a ellos de forma directa, matando el mito del catalán agarrado.
  • He visto la generosidad política de quienes hasta ahora eran minoritarios pero ahora cuando están a las puertas del éxito han querido compartir el éxito de su posición con los que vienen y venimos de posturas anteriormente mayoritarias.
  • He visto gente de derechas y de orden estar planteándose la desobediencia civil y política como una herramienta aceptable.
  • He visto socialdemócratas sintiendo profundas simpatías por las posturas de los activistas más anticapitalistas de la CUP por verlas las más razonables en todo este proceso.
  • He visto activistas que quieren cambiar el sistema que sólo aceptan los cambios si los lideran ellos y exáctamente de la manera que ellos quieren.
  • He visto como el más preciado valor que tiene el soberanismo, el apoyo de la sociedad civil organizada, se sacrificaba en dos semanas de puro pánico y errores tácticos.
  • He visto como juristas dicen que son los textos legales los que establecen las soberanías cuando obvian que el proceso previo a cualquier ley es el reconocimiento implícito por parte del cuerpo social de una soberanía común para poder considerar legítima esas mismas leyes.
  • He visto como los más críticos desde el soberanismo con la estrategia de Mas son a la vez los que más esfuerzos van a hacer para que el 9N no fracase.
  • He visto franquistas de toda la vida agarrándose a la legalidad de la Constitución Española con uñas y dientes, y demócratas de toda la vida apostando por superarla.
  • He visto gente que no ha pisado Catalunya en años o que pasa un par de semanas de cada año diciendo como están siendo perseguidos en Catalunya.
  • He visto gente criticando la pluralidad mediática en Catalunya cuando esta, ya no sólo tiene una enorme presencia de medios estatales sino que TV3 da voz a los unionistas, mientras ignoran de forma aplastante y vergonzante la falta de pluralidad mediática en el resto del estado.
  • He visto gente con apellidos con Z aferrarse al independentismo a la vez que gente con apellidos catalanes de toda la vida defender el unionismo con todas las ganas.
  • He visto como algunos políticos han intentado ejercer de sociedad civil, y algunos líderes de la sociedad civil se creen políticos electos.
  • He visto una sociedad muy pequeña en población haciendo las manifestaciones más multitudinarias de la historia de Europa.
  • He visto como los que siempre han defendido que el Pg. de Gràcia lleno son 500.000 personas, intentando vender que ese mismo número de personas ocupa una superficie 20 veces superior.
  • He visto a personas inteligentes con enorme sesgo cognitivo renegar de lo que ellos mismos habían escrito hace tan solo 3 años.
  • He visto como lo que era minoritario se vuelve cada vez más grande y mayoritario precisamente por contemplarlo continuamente como si fuera muy minoritario.
  • He visto como la supuesta mayoría silenciosa no la representa nadie y nadie puede hablar por ella, ni tan siquiera los que intentan ser su voz de forma desesperada y artificial.
  • He visto como en un debate sobre la independencia con 10 personas, de diversas organizaciones y partidos políticos, la mayoría eran militantes y exmilitantes del mismo partido. Todos defendiendo posturas distintas.
  • He visto como se decía que una victoria de la democracia era impedir que se votara tal y como lo deseaba la mayoría de personas que eran convocadas.
  • He visto como un símbolo como la estelada es considerado digno de multar mientras esvásticas, banderas franquistas o símbolos fascistas son admitidos sin consecuencias.
  • He visto un dirigente de izquierdas condenar el deseo de votar como si fuera un atentado terrorista.
  • He visto a ese mismo dirigente de izquierdas considerar que una postura legítima sobre el modelo de estado considerarla igual que el maltrato a las mujeres.
  • He visto el político nacionalista catalán que más ha insultado a los andaluces, ser el político nacionalista catalán más contrario a que los catalanes tengamos nación.
  • He visto como el CNI ha intentado parar el proceso matando la figura del patriarca del nacionalismo catalán por sus pufos económicos y como esto ha provocado todo lo contrario.
  • He visto a un conde con poder mediático haciendo equilibrios hasta el punto de la esquizofrenia para responder la tensión entre una audiencia soberanista y unos intereses económicos antisoberanistas.
  • He visto izquierdistas que utilizan los argumentos de los empresarios más próximos a las redes clientelares políticas para posicionarse en contra del soberanismo pero ignoran los argumentos de la izquierda social organizada o de los empresarios de una economía más productiva que son favorables a la consulta.
  • He visto como los economistas españoles más citados internacionalmente son independentistas mientras que gestores económicos de dudosa calidad son los que dicen que la independencia sería un desastre.
  • He visto como en el último momento el interés electoral particular de un President premia sobre un proyecto de interés general y a pesar de ello, la manera de seguir con el procés pasa porque su plan salga demasiado bien y tenga que gestionar un éxito demasiado grande el 9N que le vuelva a no poder pensar en su interés particular.
  • He visto a demasiada gente creyendo que la realidad de Catalunya es exáctamiente igual que la de su barrio de Cornellà o su barrio de Moià, y echándose en cara mútuamente que no ven la “Catalunya real”.
  • He visto a Rousseau ardiendo en las puertas del Tribunal Constitucional y los mismos que le prendieron fuego son los que más se llenan la boca de respeto a la legalidad.
  • He visto como los más contrarios a que los catalanes podamos votar (ni siquiera legalmente) son los que nos consideran una propiedad. Aunque esto en sí, si que no es una paradoja.

Y por suerte o por desgracia esto no se borrará como lágrimas de un falso federalista.


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