¡Qué ilu! hemos disminuido el paro en febrero, casi dos mil menos. ¡Un exitazo! Total que a este paso llegamos al siglo XXII todavía con una tasa por encima del 16%. Echen cuentas. A ese ritmo son 24.000 parados menos al año, quedan 86 años para terminar este siglo, por lo tanto 24.000 x 86 = 2.064.000 parados menos. O sea que sobre una población activa similar a la actual (unos 22,7 millones de personas), podríamos terminar el siglo con 3.800.000 parados, lo que significa un 16,7%. Como ven ustedes unos datos fuera de serie.
Ya sé que esta hipótesis es irreal, pero me parece más irreal que con estos datos se cante victoria como si estuviéramos en el Jardín del Edén. La ministra Báñez, que ya ha demostrado su incompetencia y su seguidismo a la CEOE, vuelve a salir con que su reforma laboral ha sido un éxito y que gracias a ella estamos saliendo de la crisis. Pero, cómo se pueden decir estas cosas con casi seis millones de parados y cuando además sólo el 60% de ellos recibe alguna prestación del Estado?
Además de una mentirosa –lo cual no sería sino una demostración de ser una pepera de pro—, es de una insensibilidad tremenda. Demuestra que ella vive bien y que no sale de su burbuja para ver cómo está la calle, es ajena a la España real, como la mayoría de sus queridos compañeros peperos.
Y por si esto no fuera suficiente los contratos fijos son una especie en peligro de extinción. Ya sólo el 7,7% de los contratos firmados son indefinidos y de ellos sólo una parte son de jornada completa. Bueno pues esto les encanta.
Hay que ver cómo maneja esta gente los datos. Es fácil hacer bajar el paro. La cuestión tal cómo se está produciendo es que se están despidiendo, gracias a esa maravillosa reforma laboral, a millares de empleados con jornada completa y se están contratando, a otros o a los mismos, a media jornada. Total, por ejemplo, si se han despedido a 100 trabajadores y se han creado 200 a jornada reducida, resulta que la carga de trabajo que se opera es la misma y sin embargo a efectos estadísticos se han creado cien puestos de trabajo (200-100= 100).
Y qué es lo que está pasando. En primer lugar que puede que disminuya el número de parados, pero a costa de: parados que se marchan del país forzosamente, parados que ya no inscriben en las oficinas correspondientes, y creación de puestos de trabajo con jornadas reducidas a costa de haber despedido a trabajadores con jornada completa.
Además los que tienen jornada reducida, por miedo a perder esa miserable pero única oportunidad para trabajar, se les hace trabajar más horas, lo que les convierte en esclavos, puesto que ganan sueldos mínimos de media jornada y trabajan durante más tiempo.
Total, nos encontramos con una situación donde no sólo existen casi los mismos parados, sino que además hay trabajadores que se han convertido en esclavos –los que han sufrido una disminución significativa de su salario o de su jornada laboral, o los que se ven abocados a trabajar sin darse de alta en condiciones míseras. Éstos son los esclavos. Y por último, están los pobres de solemnidad, aquellos que no tienen trabajo y que no reciben ninguna prestación del Estado, que desgraciadamente van en aumento.
Esta es la España que nos está dejando Rajoy y Cía, esa empresa que se empeña en sacar beneficios para sus acólitos más poderosos y dejar en la estacada a los demás. Hoy la escala social de la población activa queda compuesta por: Trabajadores, esclavos, parados y pobres de solemnidad. Eso sí, la Sra. Báñez sigue feliz en el país de Nunca Jamás. Si al menos se preocupara en leer el barómetro del CIS (aquí está resumido en 20minutos), se enteraría de lo que la gente piensa, pero claro para eso hay que tener hábito de lectura y además el permiso la CEOE.
Salud y República