Lydia es una niña que ha crecido son su vicioso padre, el cual desde muy pequeña la introdujo al mundo del sexo incestuoso, al cual entro gustosamente. A los 12 años ya era alcohólica, consumidora de todo tipo de drogas, ladrona, estafadora, prostituta y una insaciable ninfómana bisexual.
Al poco tiempo escapa de su casa y va peregrinando de ciudad en ciudad gringa, moviéndose en los peores ambientes, revolcándose en la inmundicia de los peores agujeros y conociendo a los más repugnantes personajes con los que, claro, acaba teniendo sexo.
El personaje de Lydia es una delincuente consumada, una autentica perra que “piensa como mujer pero folla como hombre” que usa el sexo como arma y su cuerpo como moneda de pago. Una nihilista que vive en una especie de euforia permanente, que se debate entre el odio al mundo y a su amor por la vida y cuyo eje gira sobre una sola cosa: El placer y como conseguirlo. Y sus placeres son insanos, incluso asquerosos. Lydia es un personaje sacado de la mente del Márquez de Sade para quien el sexo no es algo bonito, no es “hacer el amor”. El sexo es algo violento, repulsivo pero gratificante. Vómito, sangre, orina, excremento, todo puede entrar al juego del sexo y Lydia se zambulle con gusto en ello.
Aunque el libro es la supuesta biografía oficial de esta mujer multifacética, Lydia Lunch, dista mucho de ser creíble. Y no tanto por las dantescas escenas que nos narra, sino porque los que conocen su vida real la pueden fácilmente desmentir, sino porque en cierto punto su narración pierde coherencia, como si de otra persona se hablara. De ser una total piltrafa que se arrastra por callejones, Lydia, a la siguiente página, expone una obra pictórica en Paris. De ser una ladrona de casas y traficante al otro día actúa y dirige una película. Detalles así crean un error abismal en lo que se supone sería un relato fidedigno de la vida y obra de esta celebre artista underground.
Sin embargo, el libro es un gozo. El estilo de Lunch es directo, vigoroso, incluso cortante (aunque limitado eso sí) pero que no deja indiferente a nadie. Lanza frases lapidarias y anárquicas con una facilidad pasmosa y se regodea en destalles escabrosos, incluso pornográficos y escatológicos que te harán sentir la náusea asomar a su garganta. Lydia crea imágenes de gran fuerza visual, con una frialdad enorme y cierto aire de desgano suicida. El personaje de Lydia siempre vive el límite, con una urgencia apremiante y ese sentimiento los trasmite en sus letras, realmente marcadas por las obras de William Burroughs y Charles Bukowski.
Hay un marcado aire feminista en el libro, pero sin caer en el típico cliché feminazi del “girl power”, al contrario, Lydia se sabe y se siente mujer todo el tiempo pero en vez de sentirse victimizada, ella adopta el rol de victimaria y se convierte en toda una “Hembra Alfa”, dominante en el sexo pero que negligentemente cae en típico caso de la “mujer enamorada que hacer todo por su hombre” con pésimos y violentos resultados. Lydia entonces le dice “no” al amor y “si” al sexo casual y desvergonzado, que es, a su manera, una forma de manifestar un feminismo mas visceral, primitivo y eficaz.
Un libro altamente recomendable de una mujer que ha hecho y dicho lo que ha querido. Lydia Koch, la mujer que es conocida como Lydia Lunch, nacida en la caótica New York, ha sido cantante, actriz, poetisa, fotógrafa, guionista de cine, escritora y un icono del Spoken Word. Imbuida en el naciente movimiento punk, en 1976, a los 16 años fundo la banda clásica Teenage Jesus and The Jerks, fundamental en la creación de la No Wave, un movimiento “anti musical”. Así mismo, ha creado las bandas 8 Eyed Spy, Beirut Slump, Harry Crews, The Immaculate Consumptive y su actual, Big Sexy Noise y colaborado con una enorme cantidad de artistas, teniendo casi 50 produciones discográficas en su haber.
También ha participado en múltiples películas, más de 40 hasta ahora, incluyendo algunas que se les puede clasificar como pornografía dura, pues, como en el personaje de su libro, uno de los factores dominantes en la vida y obra de Lydia es el placer sexual.
Les recomiendo ampliamente este libro a aquellos lectores que cuenten con una mente amplia y un estomago duro. El libro es difícil de tragar, pero si le encuentras gusto, lo devoraras de un solo bocado; aunque te amargue el vientre, Lydia sabe dejar un sabor de miel en los labios.
A todo esto…. ¿Qué significa Paradoxia? En el libro de Krafft-Ebin: Psychopathia Sexualis, una de las cuatro categorías de la desviación sexual es la paradoxia, es decir, el deseo sexual que se produce en una etapa errónea de la vida, como en la infancia o la vejez, una ninfomanía desviada, enfermiza y peligrosa, como en la que cae nuestra querida Lydia en las páginas de este libro.