Recientemente publiqué un artículo en Nueva Tribuna sobre uno de esos temas que apasionan porque parecen de novela: los paraísos fiscales. El artículo, muy recomendable por supuesto, se puede leer en este enlace. O sea, pinchando aquí. El destino ha querido que en pocas horas han aparecido personajes e historias novelescos relacionados con los paraísos fiscales…
Más allá del entramado de las residencias de ancianos, que en la Comunidad de Madrid debe ser seriamente investigado para que se diluciden las responsabilidades políticas e incluso penales, ha acaparado portadas el emérito Juan Carlos I. Y sí, Isabel Díaz Ayuso por sus compras y sus jaleos al adquirir material a través de un empresario venezolano con sociedades en Barbados y Panamá.
Mi amiga Chus, periodista y con olfato, me comento vía whatsapp que meterse con los paraísos fiscales era clamar en el desierto. El optimismo me renació al ver que El País dedicaba un editorial el día siguiente sobre el asunto, pero claro, si El País clama en el desierto, lo mío puede ser terriblemente deprimente.
En resumen:
Paraísos ultras
Los poderes públicos deben promover el bienestar de los mayores
Desorden fiscal
La cuenta suiza del rey emérito
Compras Isabel Díaz Ayuso
Residencias de ancianos y paraísos