Revista Opinión

Parálisis del sueño (se me subio el muerto)

Publicado el 28 abril 2019 por Carlosgu82

La parálisis del sueño es una incapacidad transitoria para realizar cualquier tipo de movimiento voluntario que tiene lugar durante el periodo de transición entre el estado de sueño y el de vigilia. Puede ocurrir en el momento de comenzar a dormir o en el de despertarse y suele acompañarse de una sensación de gran angustia. ​ Su duración suele ser corta, generalmente entre uno y tres minutos, tras los cuales la parálisis cede espontáneamente. Durante el episodio, la persona está totalmente consciente, con capacidad auditiva y táctil, pero es incapaz de moverse o hablar, lo que puede provocar gran ansiedad. Sin embargo, no existe peligro alguno para la vida, pues los músculos respiratorios siguen funcionando automáticamente. ​ Este trastorno está recogido en la clasificación internacional de los trastornos del sueño dentro del grupo de las parasomnias. Está causado por una disociación entre los mecanismos que provocan la relajación muscular en el sueño de movimientos oculares rápidos (sueño MOR) y aquellos que mantienen el estado de alerta.

Epidemiología

Se considera que ocurre por lo menos una vez en la vida a un porcentaje muy alto de la población: entre el 50 % y el 60 % según los diferentes estudios que se han realizado. ​ Aparece de forma repetida en el mismo individuo en el 3-6% de las personas.

Causas

Se han descrito varios factores que pueden asociarse a parálisis del sueño, entre ellos los horarios irregulares, por ejemplo por trabajos nocturnos, síndrome del cambio rápido de zona horaria (jet lag), privación de sueño y la postura de dormir boca arriba. La teoría más aceptada para explicar el fenómeno es que se produce una disociación entre los mecanismos que provocan la relajación muscular en el sueño de movimientos oculares rápidos (sueño MOR) y aquellos que mantienen el estado de alerta, por lo que el individuo se despierta pero permanece en el estado de relajación total característico del sueño MOR.

Tratamiento

El principal método de tratamiento es la adopción de unos hábitos de sueño adecuados, lo cual incluye acostarse y levantarse según un horario lo más regular posible, pasar en la cama el número de horas adecuado, evitar las siestas prolongadas durante el día y no acumular privación de sueño. Es muy importante informar a la persona afectada de la benignidad del fenómeno, los factores que predisponen a su aparición y la falta de relación con fantasmas o seres de ultratumba, pues estas creencias folclóricas aumentan la angustia del individuo afectado. No se han realizado ensayos clínicos con fármacos, pero en algunos casos se han utilizado los inhibidores de la recaptación de serotonina por su capacidad para suprimir la fase MOR del sueño.

Para poder moverse, se recomienda relajarse y no perder la calma, ya que se trata de un proceso temporal, en el que en realidad no corremos ningún peligro. Dado que la respiración se produce automáticamente, la persona solo necesita percibir que está respirando con normalidad para entender que se encuentra en una fase temporal de parálisis del sueño. Puede ser útil intentar mover zonas del cuerpo lentamente, como las piernas, manos o brazos; también abrir los ojos. Tras vencer el episodio de parálisis, es conveniente levantarse de la cama y procurar estar despierto unos minutos, antes de volver a acostarse, para evitar que aparezca de nuevo el episodio.

Otras terapias que se ha utilizado la terapia cognitivo-conductual y la meditación-relajación o terapia MR que se basa en cuatro pasos: revaluación del significado del ataque (revaluación cognitiva), distanciamiento psicológico y emocional, meditación interna focalizada en la atención y relajación muscular. Hay informes de casos preliminares apoyando este tratamiento que se apoya en teorías del neurólogo hindú


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