Paralización oportuna

En parte logro de la sociedad, en parte medida drástica del Gobierno de la Comunidad de Madrid; la decisión por parte de Ignacio González de paralizar la privatización de la Sanidad de Madrid nos cogía por sorpresa, aunque también nos alegraba un poco. Después de especular con la “externalización” de los servicios de diferentes ambulatorios y hospitales de la Comunidad (y habiendo ganado con ello ingentes cantidades de dinero para las empresas interesadas y constructoras de los complejos), el Presidente y el Consejero de esta materia, reculaban en rueda de prensa, donde nos gusta a los periodistas que lo hagan. Y lo hacían mientras, por lo menos, rodaba una cabeza, la del consejero. Lasquetty dimitía, salía del paso y se justificaba. Todo un logro, repito, de una sociedad que lleva mucho tiempo defendiendo una Sanidad Universal y Pública.

Pero a mí que estas medidas, como aquella victoria medio de mentira en Gamonal, me resultan, cuanto menos sospechosas. Vale que un político pueda rectificar, pero es que en este país estamos acostumbrados a que lo hagan muy pocas veces y a que esa rectificación sea fruto de la presión por parte del propio partido, de Europa… O de unas elecciones que se avecinan.

Y es que, ¿a nadie le ha parecido más que casual que se paralice justo con las europeas aquí al lado y las autonómicas a la vuelta de la esquina? Ya tendría bastante González con ser Presidente nombrado por el dedo de Espe Aguirre, como para encima presentarse a las elecciones habiendo privatizado hospitales y ambulatorios y además, con alguien como Lasquetty, defensor a ultranza de la medida, en sus listas. Yo hubiera preferido que firmaran en un papel esta paralización, y que el castigo por no cumplirla fuera no cobrar durante la próxima legislatura. Porque es que nos tienen tan acostumbrados al populismo barato que, cuando pasan estas cosas, hay que malpensar.

Y siendo sincera, me alegro mucho de la noticia, pero no me negaréis que tiene algo de oportuna, por no decir oportunista. Paralizar una medida impopular que ha sacado a miles de personas a la calle para protestar y acabar con la cabeza pensante (o de turco) de toda esa parafernalia de externalizaciones, es sin duda una drástica decisión, pero que con suerte, llegará a tiempo para que a la gente, que somos unos catetos (según piensan), se nos olvide y les votemos.

Pues para terminar diré que no seré yo quien lo haga. Para mí el señor González está más que muerto políticamente hablando. Primero por estar ahí sin haber sido elegido y segundo por los escándalos de corrupción (¡qué sorpresa!) que salpican su alrededor. Aunque añadiría una tercera razón: la disputa que tuvo hace unas semanas con Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, en la Cadena COPE. Su nerviosismo, su falta de argumentos y su alteración en general, delataban que algo tenía que esconder. Y el colmo fue cuando Pedro J. fue a contestarle y el Presidente le increpó con esta frase: “Alguien le ha prometido a usted algo que no le acaba de dar, ni se lo va a dar… ¿verdad, don Pedro? A que alguien le ha prometido a usted algo que le va a dar, y no se lo va a dar”.

Ay, no sé que es peor. Si políticos que prometen, o periodistas que se dejan prometer.