Los que me conozcáis o llevéis un tiempo leyendo este blog sabréis que soy una persona particular, con el síndrome APASE, y sensitiva. Lo que es posible que no sepáis es que desde que tengo uso de razón, en el apartamento donde vivo, pasan cosas extrañas. Alguna vez lo he comentado por redes sociales pero nunca me había atrevido a crear una sección sobre ello en el blog.
En esta nueva sección, 'paranormal home', os hablaré de lo que me vaya pasando a mí en casa, pero también de las cosas que les pasan a mis padres, e incluso a mi familia materna en sus distintos hogares. Así os podréis dar cuenta de que las energías no están solo en unas casas determinadas, las energías pueden viajar de un lugar a otro, y seguramente, mientras lees esto, hay alguna en tu casa.
Empecemos desde el principio, mi infancia. Como ya os he comentado, soy capaz de recordar 'fenómenos paranormales' desde que no era mas que una niña. En mis primeros recuerdos ya aparecen imágenes que a día de hoy no he podido explicar.
EL POMONo tenía mas de cuatro o cinco años cuando mi madre decidió que era momento de dejarme de tonterías y hacer que durmiera cada noche en mi propia habitación. Era una habitación preciosa, con las paredes en rosa, llena de peluches (lo cual visto ahora no era la mejor idea), y las paredes llenas de cuadros y posters de mis personajes Disney favoritos.
Cada noche, mi madre me cantaba canciones infantiles para tratar de que me durmiera, a veces durante mas de una hora. Yo me dormía, y todo bien hasta este punto. Lo realmente aterrador llegaba cuando me despertaba horas después... Mis ojos se abrían, había algo en esa habitación, algo que podía sentir que entraba y salía de mi habitación a través del espejo que tenía el armario en la parte de fuera, justo frente a mi cama. Pero lo mas aterrador todavía no había llegado todavía.
Intentaba cubrirme la cabeza con las sabanas, ser una niña valiente, cerrar los ojos y darme la vuelta para no ver el espejo y continuar durmiendo. Pero no servía de nada, pues la pesadez en la habitación iba en aumento, y, fuera lo que fuese lo que hacía aquello, quería llamar la atención de cualquier forma, así que decidió empezar a girar el pomo de mi habitación.
Los pomos de mi casa son exactamente como este.
Imaginaos a una niña, de cinco, seis o siete años viviendo esto cada vez que intentaba dormir solar en su habitación. Jamás sufrí ningún daño, pero seguí durmiendo con mi madre hasta ser bastante mayor, y cuando al fin logré dormir sola, decidí instalarme en la que era la habitación de juegos. Jamás volví a dormir en esa habitación, y no creo que lo vuelva a hacer nunca.
PD: Siento si la redacción no es la mejor en esta sección, no es nada fácil para mí narrar estas experiencias que tanto me marcaron.