Revista Belleza
Como bien adelanta el título, uds. pensarán que es una pavada, que es fácil y se hace así nomás. Pero no, nada más lejos de la realidad. Como vengo machacando desde hace bastante, la limpieza es una de las bases para una piel siempre joven: los restos de maquillaje y smog atentan contra la luminosidad y son amigos de los radicales libres y arrugas. No es cuestión de tirarse agua al mejor estilo comercial de jabones (¿esa gente nunca pensó en el enchastre que se genera atrás? ¿quién seca el piso y la pared?) ni tampoco es cuestión de lijarse la cara día y noche; hay pasos, trucos y aquí les cuento algunos:
· Lo primero es elegir el tipo de limpiadora. No se trata de elegir por marca, sino por nuestra piel. La limpiadora correcta va a eliminar suciedad, células muertas y restos de maquillaje sin retirar aceites naturales de la piel ni células sanas. Hay varios tipos productos: toallas, leches, geles y jabones. Podemos elegir la que más nos guste pero teniendo en cuenta que si después de usarla deja la piel tirante, es muy fuerte para nosotras. En mi caso, siempre trato de evitar barras de jabón que, al igual que muchos geles, tienen sodium lauryl sulfate, ingrediente bastante irritante y que puede resecar en exceso.
· Generalmente, las leches no se enjuagan (yo igual lo hago), mientras que los geles y jabones si. El caso de los aceites es relativo: en la doble limpieza se utiliza antes del jabón, así que si se estaría enjuagando, pero quienes lo usan sólo, muchas veces sólo retiran el excedente. Las leches, toallas y aceites se colocan sobre la piel seca y los otros sobre la piel previamente mojada.
· La limpieza se realiza dos veces por día: a la mañana y a la noche, no más. Una excesiva limpieza puede llevar a una sobreproducción de sebo. Si transpiraron mucho, usen agua termal para refrescar.
· Tanto las leches como los geles se colocan con masajes circulares desde la nariz hacia las orejas y hacia la línea del cabello para estimular el drenaje linfático y deshinchar. Además, este tipo de masajes ayudan a "romper" el maquillaje y de esa manera, retirarlo mejor.
· La temperatura del agua es muy importante: no tiene que estar ni muy caliente ni muy fría, sino a temperatura ambiente. Es un mito eso que el agua caliente abre los poros y la fría los cierra. Por lo pronto, el agua muy caliente reseca la piel.
· Así como limpiamos, tenemos que enjuagar. Es fundamental que no queden restos de limpiadoras jabonosas (los restos de las leches limpiadoras muchas veces se retiran con el tónico). Si el jabón no se retira por completo, puede secar la piel y obstruir poros. Utilicen mucha agua y masajeen un poco. No se olviden de la línea de la mandíbula y el cabello, el cuello y escote.
· Y aquí no termina la cosa. ¿qué usan para secarse el rostro? ¿una toalla vieja y áspera? Si es así, pueden irritar la piel y favorecer el envejecimiento prematuro. Lo mejor es usar un pedazo de lino o una remera vieja de algodón, pero si eso les parece demasiado, pueden usar una toalla suave sólo para secar la cara, ninguna otra parte del cuerpo. No froten, así ponen en riesgo la elastina de la piel, presionen con la toalla sobre el rostro y nada más.
Una vez realizada la limpieza, pueden colocar un poco de agua termal o tónico (sin alcohol es lo mejor) y, con la piel aún húmeda, empezar con la rutina de cremas.
(fuente foto pastilla de jabón: sabater hermanos)