Parecidos razonables: Berlusconi-Camps-...

Hace tanto tiempo que Berlusconi gobierna en Italia que ya ni me acuerdo de cuando fue la primera vez que escuché su nombre. Sin embargo, recuerdo que nunca me cayó bien, que desde el primer momento me llegó un tufo a cacique fascista digno heredero de Benito Mussolini. Un tipo que ha sido capaz de cambiar las leyes para amparar sus sucesivos delitos, que ha insultado a los emigrantes, a las mujeres, a los débiles, que ha comprado a jueces, que ha contratado a prostitutas con dinero público, ... ¡vaya elemento!
Lo que no entiendo es cómo ha podido conseguir que los italianos le sigan votando y, mucho menos, que pueda seguir manteniéndose en el poder tras los escándalos tan graves que ha protagonizado. El sábado por la noche cenaba yo con mi amigo Marco, de nacionalidad italiana, y le hacía esa misma pregunta en voz alta. Marco me lo resumió en una frase: Berlusconi es el dueño de la mayoría de los medios de comunicación de Italia.
Parece una conclusión de perogrullo, pero quizás Marco tenga razón. Que los ciudadanos de un país entero no vean lo que ocurre puede ser comprensible si admitimos que nadie les cuenta la verdad. La política italiana no se puede entender sobre la clásica división "izquierda" y "derecha", sino entre "poder" y "medios de comunicación". Por lo tanto, dime con qué peridistas cuentas y te diré dónde llega tu poder.
Una situación así sería impensable en Alemania, por ejemplo, donde la Ministra Ulla Schmidt tuvo que dimitir cuando se supo que había utilizado el coche oficial para una escapada a la costa española; o en Inglaterra, donde el presidente de la Cámara de los Comunes dimitió por primera vez en 300 años tras el escándalo de las dietas de los parlamentarios.
El parecido con lo que ocurre en la Comunidad Valenciana es evidente. Parece como si Camps hubiese recibido aleccionamiento del Duce sobre la forma de superar todas las adversidades. La estrategía errática seguida por Camps en el caso Gürtel pronto fue reconducida y ahora, en vísperas de elecciones autonómicas, Camps busca que las urnas laven sus faltas.
Por si acaso, Camps ya lleva mucho tiempo de dueño y señor de las emisiones de Canal 9, cuyos noticiarios, tertulias y debates tienen dos infantiles letanías claramente definidas: "todo lo malo viene de ZP" y "los del PP somos los mejores pero nos tienen manía" (ver los vídeos que aparecen aquí para comprobarlo). Además, ya se encargaron de ejercer con absoluta arbitrariedad las competencias para conceder frecuencias de radio y canales de televisión digital terrestre, de forma que se ha tejido una oportunísima red de emisoras con apego al "tío Paco".
Camps ha apostado por la "berlusconización", es decir, la degradación de la política por la vía de confundir lo público y lo privado, el uso y abuso de los medios de comunicación, y el intento de controlar los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Así visto, el "campismo" es no es más que una versión huertana del ideario del Presidente italiano. Y si faltaba alguien con más desparpajo, aquí tenemos a la Alcaldesa de Valencia poniendo en duda la imparcialidad de los jueces, olvidando que un enroque partidista de tal calado provoca el desmoronamiento de la credibilidad de los políticos, cada vez más difícil de recuperar.
¿No os parece que Mayte Parra intenta algo similar? ¿Soy el único que detecto ese tipo de comportamientos en nuestra Alcaldesa?