Revista En Femenino

Parejas desparejas

Por Aletaubas

¿En qué debemos ser diferentes y en qué complementarios? Por lo general solemos buscar personas afines a uno. De esta forma creemos asegurar comodidad y cierta facilidad en el intercambio.

Esta apreciación es correcta, sin embargo, en la práctica, se desarrollan graves distorsiones entre las personas. El problema radica en el concepto. Tendemos a priorizar similitudes sociales frente a las que nos constituyen como individuos. Ojo, no quiero decir que ser parecidos socialmente hablando sea incorrecto, pero sí creo que la compatibilidad de caracteres es mucho más importante y hasta puede hasta llegar a prescindir de la anterior.


¿A qué me refiero con afinidad social? Básicamente todo aquello que está vinculado a mí como ser social. Por ejemplo: mismo barrio, misma educación, mismos tipos de trabajo, mismas familias, mismo nivel socioeconómico, mismo idioma, misma edad, mismo país, misma cultura, misma altura, mismo peso, etc.


¿Y con afinidad de caracteres? Mismos gustos, mismos pensamientos, misma filosofía, mismos placeres, mismo lenguaje, misma formas de plantear el día (o la noche), mismos temores, mismas ambiciones, mismos límites, mismos estilos...


Creo que todos tendemos a buscar lo segundo, pero el error se da cuando asumimos que lo encontraremos a través de una apreciación de lo primero. Lamentablemente esto no siempre es así. Es verdad que el cómo hemos sido criados, qué hacemos y en que entorno nos movemos explica mucho de nosotros mismos, pero también es cierto que hoy en día estamos sumamente condicionados a mantener un estilo de vida que no necesariamente es el que más deseamos.

 

Es por esto que muchas veces por fuera nos vemos de una forma y por dentro somos de otra. Cada día me quedan menos dudas que asumir es un arma extremadamente peligrosa que solo tiende a acercarnos al incorrecto y a su vez alejarnos del indicado.


Deberíamos poder romper con el “dolor” que nos causa relacionarnos y proyectar con alguien que “vemos” tan distinto a nosotros mismos por atributos cada día más débiles. La madre ideal para mis hijos, el abuelo perfecto para mis nietos nunca existió. Es una creación en nuestra mente que sesga las elecciones constantemente.

 

Tenemos que dejar de arraigarnos a personas que parecieran ser un combo ideal solo por exponer un contexto perfecto al hemos asociado con la felicidad. La amenaza no radica solamente en terminar compartiendo parte o toda la vida al lado de alguien que nos hace sentir solos en algún sentido, sino principalmente en perdernos la oportunidad de tener una relación rica producto de quién verdaderamente soy.

 

¡Vivan las diferencias!, ya que hoy en día es una muy buena forma de hallar un buen compañero. Ya que si de repente te encontraste frente a alguien que te resultó muy extraño y así y todo seguiste deseándolo a tu lado de alguna manera… evidentemente hubo mucho más común de lo que te permitiste observar.


“Dime a quién pretendes y te diré quién quieres ser”


Volver a la Portada de Logo Paperblog