Los últimos días han visto cómo se apeaban de la vida algunos de los seres que dieron cierto sentido –lúdico, cultural- a muchas facetas de nuestra existencia, dejándonos cada vez más huérfanos. Esther Tusquets ha fallecido a los 75 años, pero nos lega, en su larga trayectoria como editora y escritora, obras tan sinceras como “Habíamos ganado una guerra” y “Confesiones de una editora poco mentirosa”. También José Luis Uribarri ha cerrado el micrófono definitivamente, después de convertirse en famoso presentador de televisión y especializarse en retransmitir el Festival de Eurovisión, desde el que desgranaba sarcásticos comentarios que nos hacían sonreír y vaticinar predicciones sobre las votaciones del concurso. Y Paco Morán, actor cordobés de amplio recorrido artístico en cine, teatro y televisión, cuyo rostro era una de esas caras familiares de la época que avalaba la calidad de cualquier obra. Demasiados son los que se bajan en esta parada.