Tal y como os comenté en el último post, hoy hago un paréntesis de lecturas para hablaros de mi reciente escapada por tierras catellano-leonesas y gallegas. En concreto he estado en Salamanca y Santiago de Compostela y zona de Rías Baixas.Todos los años suelo hacer un par de escapadillas, siempre que el dinero y tiempo lo permitan, no penséis que me voy a todo lujo porque al contrario suelo buscarme hoteles económicos e intentar economizar mis viajes, sin pasarme tampoco, una cosa normal. Así pues, estas Navidades me fui del 26 al 30 a desconectar un poco de la rutinilla.SalamancaLlegamos a Salamanca el 26 por la tarde, paliza de viaje en coche, viajamos desde Levante, y nos instalamos en el Hotel. Enseguida nos bajamos a andar por la ciudad y he de deciros que me encantó, que bonita es, eso sí en un par de días se ve porque no es muy grande pero la parte antigua es preciosa. Salamanca cuenta con una Plaza Mayor en la que por ser Navidad había muchísimo ambiente. Es una ciudad con un casco antiguo muy monumental. Mirad que chula es.También había muchas calles comerciales llenas de tiendas, me sorprendió especialmente el Zara que es un edificio entero de varias plantas en una plaza muy bonita y que no desentona nada con los edificios allí ubicados. Os pongo foto.
Nuestro paseo nos llevó a la Plaza Mayor y cruzándola ya te diriges a una zona llena de edificios, iglesias, monasterios y la Catedral que son de obligada visita. A destacar que nuestra primera visita fue nocturna y los edificios están muy bien iluminados y hacen que la ciudad sea mágica. A la mañana siguiente volvimos a hacer el mismo recorrido pero esta vez con la luz del día, entramos en la Catedral y buscamos al famoso astronauta en una de sus puertas, me encantó verlo allí, rodeado de elementos típicos de iglesias y catedrales con su traje espacial jaja y me llamaron la atención especialmente los pies y las suelas de los zapatos muy bien hechas. Sin duda los ciudadanos del futuro alucinarán con el astronauta en una Catedral tan antigua. Os pongo foto pero no sé si se aprecia bien...¿lo veis?
Luego fuimos a uno de los edificios de la Universidad Pontificia, hay varios y son muy bonitos y antiguos. En esta ocasión fuimos en busca de la famosa rana. Resulta que en una de la calaveras de que adornan el edificio de la Universidad hay una rana que supuestamente el turista ha de encontrar. Me costó verla, reconozco que soy bastante nula para eso de encontrar figuras escondidas jeje, pero la vi. Por otro lado, algo que me sorprendió es la amabilidad de la gente, en cuanto nos veían con un mapa decidiendo donde ir, se paraban a preguntarnos si nos podían ayudar. Cuando íbamos en busca de la rana salmantina nos paró un señor al que además fue todo un placer escuchar, porque no sólo nos guió sino que nos contó la historia de los edificios de la parte antigua. Fue así como descubrimos que la rana encima de la calavera simboliza a la mujer. Nos explicó que el hijo de los Reyes Católicos murió de sífilis, algo muy común en aquella época y que en modo de advertencia, para avisar a los hombres de que podían contraer la enfermedad, simbolizaron la alerta con la calavera a la muerte y encima de ella la rana, que hacía referencia a la mujer, que era la que transmitía la enfermedad (¡nuestra historia siempre tan machista!).Santiago de Compostela y Rías Baixas


También en Santiago nos encontramos a un señor que en cuanto nos vio con el mapa se ofreció a ayudarnos y nos guió en persona por varias callejuelas y nos aconsejó visitar el Monasterio San Martín de Pinario ¡impresionante! el interior de la iglesia te deja sin palabras de lo bonita que es.Pero además, el Monsterio alberga una especie de museo donde puedes ver de todo, desde cuadros antiguos, pasado por ropas típicas de monjes, las planchas utilizadas para hacer xilografías (esto último me encantó) y otra cosa que me gustó mucho, la antigua botica del monasterio con sus frascos, cremas y pomadas originales. Lo que os digo, os transportáis a otra época por unos momentos. La entrada costó 2'5 euros, realmente barata para lo que el lugar albergaba.


