Revista Cine
Debo reconocer que las historias que rondan los núcleos familiares son mi debilidad. Quizá porque justamente me crié en una donde era un valor predominante, lo cual tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. No obstante no sabía nada de Parenthood sino hasta que en una aburrida tarde de zaping me topé con un capítulo que, debo admitir, me dejó un nudo en la garganta. Inspirada en el genial film de 1989 protagonizado entre otros por Steve Martin y Dianne Weist, esta serie es una delicia donde las historias, corales, equilibradas, son encaradas de forma madura y sólida con un reparto que desde el vamos me atrajo: Peter Krause y Lauren Graham, quien me enamoró en las Gilmore Girls, entre los primeros.
Esta familia está constituída por el matrimonio Braverman (Bonnie Bedelia y Craig T. Nelson) y 4 hijos ya grandes, con una vida armada. Y aunque la cantidad de personajes da para mucha tela y muchos temas el título hace honor al foco central: la paternidad y todo lo que ello conlleva, por lo que la hace una serie en la que todos pueden verse reflejados, ya se esté de un lado u otro. Me gusta porque no necesita de situaciones exageradas ni estereotipadas que generen la comedia o el drama, no necesita de golpes bajos ni escenas melosas (aunque algunas pocas puedan parecer de ese tono) para arrancar la lagrimilla infaltable; porque sépanlo... hasta ahora no hubo ni un sólo capítulo que haya visto que no me haya hecho moquear. Sé que en mí no es muy difícil, lo admito, porque tengo la lágrima fácil pero les aseguro que no por ello esta serie resta en emotividad y sensibilidad. Desde el piloto ya engancha sin necesidad de presentar conflictos complicados o fuera de toda lógica, es una trama sencilla, llena de detalles que está acompañada por muy buenas actuaciones. Aun cuando el espectador pueda tener sus favoritos, nadie destaca por encima del otro y todo se interrelaciona de manera balanceada. Es grato reconocer en cada uno de los personajes las distintas etapas por las que cualquier adulto podría pasar y, sobretodo, los personajes que toda familia de alguna manera tiene: el hermano mayor al que todos acuden por consejo y como ancla salvavidas, la hermana separada, alocada y un tanto inmadura, la otra que es toda una "career woman", competitiva y autoexigente y el solterón inmaduro que todo lo cubre con ironías y dobles sentidos.
Parenthood tiene además un acierto con mayúsculas, el de la música, gracias a las composiciones de Jon Ehrlich y la supervisión de Liza Richardson cuya selección de temas suma mucho a los episodios y sus circunstancias. Temas como Let It Be Me de Ray LaMontagne, Water Of Love de Dire Straits o When You Learn To Sing de Rocco DeLuca, por solo nombrar algunos.
Decir que los productores ejecutivos de la serie son los ganadores del Oscar Ron Howard y Brian Grazer ("A Beautiful Mind," "Frost/Nixon"), Jason Katims ("Friday Night Lights") – quien escribió el capítulo piloto y David Nevins ("Friday Night Lights," "Arrested Development") es decir bastante.
Conflictos cotidianos como lidiar con hijos adolescentes, la convivencia matrimonial, la seguridad de los más pequeños, los sacrificios y exigencias, los celos o las frustraciones hacen el esqueleto narrativo condimentado con diálogos sagaces y emotivos, profundos y, sobretodo, humanos. Una serie creíble y que demuestra que hasta la familia más aparentemente perfecta puede también tener sus sinsabores.
Su primera temporada consta de 13 capítulos que han sido calurosamente recibidos por la audiencia y que dieron paso a una segunda temporada a la que todos los que la disfrutamos esperamos con impaciencia. Para los que no la vieron aun va un pequeño resumen de los personajes centrales sin tirar spoilers:
Zeek y Camille, el matrimonio Braverman, los padres- abuelos quienes a la vez que tratan de ver felices a sus hijos y nietos, sobrellevan una difícil etapa de conflicto matrimonial.
Sarah (Lauren Graham), madre de dos adolescentes, recientemente separada y con problemas financieros que la obligan a tomar la difícil situación de vovler a casa de papá y mamá hasta poder levantar cabeza. Sus hijos son Amber, una adolescente rebelde y contestataria y Drew , el muchachito retraído que espera alguna vez tener un referente paterno a quien seguir.
Julia (Erika Christensen, "Traffic") es una exitosa abogada que trata de compatibilizar su carrera con la crianza de su pequeña hija. Su matrimonio tiene los papeles totalmente invertidos ya que Joel, su marido es el que se queda en casa mientras ella sale a trabajar.
Crosby (Dax Shepard) es el típico muchachón soltero y de pasado lleno de faldas, editor musical que de la noche a la mañana se verá enfrentado a la paternidad para la cual se siente totalmente inseguro y dubitativo. Aunque parezca uno de los personajes más tibios guarda algunos de los momentos más emotivos de la tira y de a poco demuestra que su personaje no es nada trivial.
Finalmente Adam (Peter Krause, "Six Feet Under"). Es el mayor de los hermanos, quien se ocupa de todos y cuya vida aparentemente normal se desequilibra cuando su excéntrico hijo menor es diagnosticado con el síndrome de Asperger (una especie de autismo).
Serie altamente recomendada de la que seguiremos hablando gracias a sus incontables momentos de lujo y su esmerada factura.
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