El país abrió un cine flotante en el que la gente se sienta en botes en el río Sena y disfruta de una película cumpliendo las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia del nuevo coronavirus.
Los aficionados al cine pudieron disfrutar el pasado fin de semana, de una proyección gratuita desde la comodidad de 38 embarcaciones eléctricas, con capacidad de entre dos y seis personas cada una, debidamente separadas una de las otras.
Mientras, otras 150 personas se sumaron al evento desde tierra firme, ubicadas en la costa y cumpliendo con la ordenanza sanitaria.
Los cines en Francia pudieron reabrir a fines del mes pasado con una capacidad del 50 por ciento después del cierre debido al coronavirus, y se espera que ideas como esta sean replicadas en varias partes del país y de Europa.
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