Revista Arquitectura

París en cinco días

Por Jgorostiza

París en cinco días

Título de crédito de la película

En estos extraños días de confinamiento, hay muchas filmotecas que han abierto sus archivos, para que todos puedan ver películas peculiares, una de ellas ha sido La Cinémathèque française, que ha creado una página denominada HENRI en la que cada día van poniendo una película «rara», como ellos mismos las califican, y de verdad que hay una mezcla extraña, desde Epstein, hasta Schroeder, pasando por Iosseliani, Ruiz y una sección dedicada a la extraordinaria productora Albatros, en esta última está incluida la película Paris en cinq jours (París en cinco días) dirigida en 1925 por Pierre Colombier y Nicolas Rimsky quien además es el protagonista. 
Una comedia interesante desde el punto de vista arquitectónico y urbano, que tras los títulos de crédito, comienza con el rótulo:  «Rascacielos… dieta seca… ciudad de hierro» y entonces se ve la parte alta del edificio Woolworth, que entonces era el más alto del mundo, con un dirigible sobrevolándola.

París en cinco días

Dirigible y edificio Woolworth

En el siguiente intertítulo se puede leer: «9 de la mañana… las oficinas de la Messerby and Cº Ltd, Saksify Trust and Melon-Jam Monopolist», una empresa monopolista de mermelada de melón, y se ve un espacio vacío lleno de mesas, que de repente se llena de gente trabajando, mientras el protagonista lee una novela de espadachines. Es curioso que no se mencione directamente a Nueva York, aunque el rascacielos sea neoyorquino y los personajes principales sean de los Estados Unidos.

París en cinco días

La oficina vacía

Gracias a una herencia, la pareja protagonista puede hacer un viaje a París de cinco días, en los que coincidirá con un grupo variado de personas y vivirá varias aventuras, es curioso que ya entonces se organizaran viajes colectivos como los que se ridiculizarían muchos años después en Si hoy es martes, esto es Bélgica, en los que se siguen unos horarios estrictos para poder realizar muchas visitas. En París en cinq jours, los viajeros pasan rápidamente por delante de casi todos los monumentos de la ciudad e incluso entran en la Exposición de Artes Decorativas, que se había inaugurado ese mismo año, los llevarán en unas curiosas sillas de ruedas e incluso les darán tiempo para poder bailar, pero solo unos pocos minutos, porque se ha de cumplir el largo itinerario previsto.

París en cinco días

El interior de la oficina viéndose el exterior por la ventana

Esta película tiene una peculiaridad muy curiosa. En algunos planos de las escenas iniciales, que transcurren en la oficina antes mencionada, se ve por sus ventanas un paisaje urbano compuesto por fachadas con ventanas dispuesta regularmente, como si fueran los edificios monótonos de una gran ciudad, cuando se ven estos planos por primera vez, se percibe una extraña distorsión, analizándola se comprueba que está producida por la diferencia que hay entre las perspectivas del exterior y del interior, hay una doble perspectiva, ya que las líneas de fuga de ambas conducen a puntos diferentes, por supuesto que esto puede ocurrir en la realidad, si la fachada del edificio donde está la oficina no fuera paralela a las que están enfrente, pero sería algo extraño porque se produciría en una ciudad cuyas calles no tendrían sus lados paralelos sino divergentes o convergentes.

París en cinco días

En azul lineas de fuga de la perspectiva exterior , en verde las de la
interior

El director artístico de Paris en cinq jours fue el gran Lazare Meerson, uno de los profesionales más reconocidos de la historia del cine y sería extraño que hubiera cometido un error, lo lógico es que para simular las fachadas exteriores usara un forillo, un telón pintado, que ya se hubiera empleado en el estudio o que simplemente no le diera importancia a esos planos. Esto ahora será difícil descubrirlo, pero la película afortunadamente aún pervive y además es interesante y divertida.

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