Lo que presento en esta primera entrada al respecto son los salones de Napoleón, que fue una de las cosas que más nos gustaron.
Panorámica en 360º de uno de los salones. El lujo se respira por los cuatro costados.
Esta fotografía y la siguiente es de las joyas de la Corona. Sublime, delicado, rico...
Como una de las cosas en que me suelo fijar son las lámparas, allá donde voy, quedé fascinada por esta y creo que por cualquier otra que pendiese de este techo. No dejéis de mirar aún así esos techos y muros, espectaculares.
Cuánta opulencia. Uno de los salones en los que más asientos he visto.
Salón comedor con asientos para más de treinta comensales. Lo podéis ver también en la fotografía de debajo desde otra perspectiva. Fue una de las cosas que más nos gustó de los salones de Napoleón.