Mi segundo día en París comenzó nublado y recuerdo que hacía bastante frío para ser la segunda quincena de Octubre. Me dirigí a la Torre Eiffel para divisarla desde la otra orilla del Sena. Impresionante, no se me ocurre mejor calificativo para definirla. Después recorrí el "Camp du Mars" hasta llegar al edificio de la caballería, tomé el metro y acabé en "Invalides", donde se encuentra la tumba de Napoleón.
Tras admirar la imponente fachada y esperar la vida en cruzar la calle me dirigí al Puente Alejandro III, que como bien sabéis es uno de los enclaves más socorridos en los spots publicitarios. H&M realizó un reportaje para este Otoño en dicho puente. Y sin ser pesada he de decir que me encantó el puente en si, la vista de la Torre Eiffel y la panorámica de la "Esplanade des Invalides".
Pasando el puente llegué a la zona de los grandes museos como son "Petit Palais" y "Grand Palais". Andé por los Campos Elíseos y como tenía hambre y frío (algo muy típico en mi) acabé comiendo sushi en un puesto cerquita del Museo de Orsay, la verdad que estaba muy bueno y más barato que en Valencia (increíble pero cierto).
Después de reponer las pilas fui al Museo de Orsay y posteriormente al Museo Nacional de la Legión de Honor, donde encontré las cruces de San Juan. Al salir del museo comenzó a llover, pero yo como soy muy cabezota no me resigné a volver a casa sino que me dirigí al Jardín de Tullerias. Es uno de los jardines más bonitos y bien cuidados que he visto, nada más entrar el olor de las plantas te llama la atención, la combinación de colores de las flores, la gran fuente central y al fondo la Plaza de la Concordia y el Obelisco.
Tras cruzar el Jardín de Tullerías y recorrer la Plaza de la Concordia me dirigí al "Paraíso" jajaja
Me dirigí a la zona de Madeleine y la Place Vendome. Me enamoré, eso si que fue un flechazo y me dió rabia no tener escandalosas cantidades de dinero que derrochar en las mejores tiendas y joyerías míticas como Cartier o Tiffany's.
Después fui a la Opera y un ratito más tarde acabé en una cafetería italiana para tomarme un café y entrar en calor. A esas alturas ya estaba calada.
Fue un día muy largo, pero a su vez muy especial. Además, acabar tomando una cerveza belga por la zona de la "Place Monge" con amigos que hacía casi siete años que no veías es un motivo de celebración ¿o no?