O lo que es lo mismo, Francia y Nigeria. Diecisiete muertos a manos de yihadistas invocando el nombre de Alá. Millones de personas marchando por las calles de París. Líderes mundiales convocando reuniones para discutir sobre la seguridad global. Todo esto, en el Atlántico, a treinta grados de latitud norte.
Mientras tanto, tropas de Boko Haram también invocando el nombre de Alá), sobre la polvorienta ciudad de Baga, al noreste de Nigeria, cientos de muertos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, dejan sus cuerpos pudriéndose en las calles. Según algunas fuentes, los muertos se elevarían a dos mil. Apenas han llegado imágenes, y pocas palabras de condena.