De todas formas, tanto Jurmala como el Parque están a unos 45 minutos de Riga, por lo que puede ser una buena excursión de un día y evitar dormir en Jurmala o alrededores. Ojo, además, si entráis en Jurmala, porque existe una tasa por vehículo que hay que pagar en la entrada de la ciudad. Las 24 h son 2 euros, la multa seguramente será superior.
Si entráis en Letonia desde Lituania, es probable que los primeros kilómetros de carretera los hagáis por tierras sin asfaltar. Los coches te adelantarán como locos, pero nosotros fuimos super despacio e intentado disfrutar de la Letonia rural.
El Parque Nacional de Kemeri dispone de varias rutas de senderismo y para bicicleta. Es también un lugar perfecto para el avistamiento de aves o para la pesca. Es posible también recoger setas o frutos del bosque, pero para esto último es mejor informarse bien, porque no siempre ni en todos los lugares es una actividad permitida.
Desde el centro de interpretación, Forest House, nos recomendaron 3 lugares si únicamente disponíamos de un día, pero estaba claro que el imprescindible era el paseo por los pantanos de Kemeri. Le había echado el ojo a una foto de los pantanos buscando en instagram información sobre Jurmala y menos mal que la descubrí, porque como os decíamos antes es lo único que vale la pena de Jurmala y alrededores, su naturaleza.
El paseo por los pantanos tiene una longitud de 3,4 km. Es una ruta circular y se hace a través de pasarelas de madera. Dispone también de una torre de observación/mirador desde el que obtendrás unas vistas espectaculares.Hay una versión más corta de la ruta (1,4 km), pero ya que se puede hacer fácilmente la ruta completa en menos de una hora, yo no abreviaría.
Al final, entre el calor y el cansancio únicamente realizamos esta ruta en el Parque Nacional de Kemeri, aunque nos habían recomendado también los 7 km de la ruta "La duna verde" y una plataforma de observación de aves en el montículo del castillo Kanieris.El Parque Nacional de Kemeri fue fundado en 1997 para preservar la naturaleza, la historia y la cultura de la zona. Hay aguas sulfurosas en abundancia, por lo que no es raro que sea un lugar apropiado para irse de balnearios.Jurmala es una pequeña población de 56.000 habitantes que tiene pinta de duplicar, como mínimo, el número de vecinos en los meses estivales. Es una población turística y de playa. En sus recargadas mansiones (pero bellas al mismo tiempo) residen, en verano, magnates rusos y otra gente de alto poder adquisitivo.La franja que compone Jurmala tiene una longitud de 32 km, por lo que es mejor quedarse cerca del centro. La calle principal se denomina Jomas iela y entra ella y su pararela, Juras, podremos ver multitud de casas de madera (dicen que más de 4.000 en toda la ciudad, algunas de ellas convertidas en hoteles) de estilo art nouveau.
Esta cena en un restaurante a pie de playa, viendo atardecer, nos costó menos de 23 euros
La ciudad de Jurmala dispone de dos museos, el Museo de la Ciudad y el Museo al Aire Libre que, como pudimos ver en los países bálticos, es bastante común. Como no, se tratan de casas de pescadores del s. XIX. Lo más típico de esta zona, gastronómicamente hablando, es el pescado ahumado.
Y nos despedimos de Jurmala tomando un rico desayuno, en el Madam Brios.