Parque nacional de komodo

¿Cómo llegar al Parque Nacional de Komodo? Al igual que ocurría a la hora de acceder a las Islas Gili, en función del presupuesto y tiempo que tengáis disponible, tendréis distintas opciones para llegar al Parque Nacional de Komodo. Echad primero un vistazo al mapa de estas islas de Indonesia, para ubicarnos:

1) Opción más rápida (y cara): la forma más rápida es coger un vuelo desde Bali a Labuanbajo, en la isla de Flores, la más cercana a las islas Komodo y Rinca.

2) Opción más barata (mucho más lenta): la opción que nosotros elegimos, debido a nuestro ajustado presupuesto, fue llegar por libre en transporte público, que se alargó insufriblemente durante 3 días, el tiempo que tardamos en cruzar Lombok y Sumbawa en transporte público. Estos 3 días fueron básicamente en autobús, sin pasar por sitios de interés. Si podéis evitar esta opción, mucho mejor. Habéis de saber que en Indonesia, los autobuses públicos se llenan hasta el límite. Como decía Ikea de donde caben 2, caben 3; en los autobuses indonesios, donde caben 2, caben 6. Además, los conductores dan vueltas y vueltas hasta conseguir llenarlo de clientes (fácilmente 3 horas antes de salir dando vueltas), y la seguridad no es la mejor del mundo, desde luego.

¿Por qué ir? Las islas de Komodo y Rinca, pertenecientes ambas al Parque Nacional de Komodo, albergan al rey de los lagartos: el dragón de Komodo. Además de los dragones en sí, las islas que rodean Komodo y Rinca son impresionantes, uno de los mejores sitios donde bucear y hacer snorkel (es increíble la cantidad de peces que se ven haciendo snorkel.

¿Qué hacer en el Parque Nacional de Komodo? La única forma de acceder a las islas de Komodo y Rinca es con circuitos organizados, y con barcos privados.

Conocimos a 2 personas con quienes organizamos una excursión de 1 noche y 2 días. En una de las muchas agencias de Labuanbajo (en la isla de Flores, punto de acceso al Parque Nacional de Komodo), alquilamos un barco con capitán de barco y un cocinero. El barco fue el más barato que tenían, pero aún así, la excursión de 2 días nos salió por 50 euros por persona.

El primer día salimos a las 8:30 h, y es sobre todo, un día de buceo (snorkel). Y es que el Parque de Komodo es una de las mejores zonas de buceo de todo Indonesia. Paramos en un par de diminutas con el agua más transparente que he visto nunca, es precioso, millones de peces y corales de colores. El barco es de madera con 2 pisos, nada lujoso, pero tampoco queremos más. El piso de abajo, donde dormimos al raso por la noche, tiene un par de bancos, donde comemos lo que nos prepara el cocinero (noodles, arroz, pollo agridulce y fruta fresca). El piso de arriba es perfecto para tomar el sol y lanzarse al agua.

Por la tarde anclamos junto a la isla de Flying Fox, donde al atardecer, miles de murciélagos gigantes salen a la vez a buscar alimento, formando impresionantes formas en el aire. Dormimos al raso, con colchonetas sobre el suelo del barco.

El segundo día amanecemos a las 6:30 con unas vistas maravillosas en medio de los islotes del Parque de Komodo. Vamos a entrar en la isla de Rinca, ya que hay mayor número de dragones por metro cuadrado que en la isla de Komodo, y por tanto, más probabilidad de verlos.

La isla de Rinca cuenta con 1.200 – 1.300 dragones de Komodo, descomunales lagartos que alcanzan los 3 metros de longitud y 100 kilos de peso. Estos animales se alimentan de ciervos, monos, cerdos y búfalos; y pueden resultar mortales si atacan a un humano. Es por ello que al Parque no se puede acceder libremente, sino que tienes que ir acompañado de lo que ellos llaman un ranger. Me imaginaba un ranger con un rifle que nos protegiera en caso de peligro, por eso, cuando vi que el ranger llevaba un palito como medio de defensa, no me dio mucha confianza. La entrada al Parque (17 euros, carísimo comparado con el coste de vida en Indonesia), incluye un paseo por la isla con el ranger, que nos va explicando curiosidades de estos animales. Los dragones de Komodo se consideran caníbales ya que se comen los huevos que ponen las hembras, que deben enterrarlos bajo la arena para protegerlos del ataque de los machos. Las hembras ponen una media de 20 huevos al año (en los meses de marzo y abril), de los cuales, sólo un 5% sobrevivirán a los ataques de los otros dragones.