Revista Viajes
Un maravilloso paseo por el Parque Nacional de Monfragüe, para hacer la Ruta a Cerro Gimio, ruta verde del parque, en esta ocasión para celebrar el Día de los Humedales, una ruta guiada por personal del parque para entender la importancia del agua en el ecosistema del parque. La ruta circular es de dificultad baja, de 8 kilómetros de longitud.
Partimos del Centro de Interpretación en Villarreal de San Carlos, único pueblo en el interior del parque, que fue fundado por el Rey Carlos III en el año 1781, para proteger a los viajeros, que siguiento el camino entre Plasencia y Trujillo, atravesaban Monfragüe por el Puente del Cardenal y el Puerto de la Serrana, donde eran asaltados por grupos de bandidos. Hoy es una pequeña aldea perteneciente al Ayuntamiento de Serradilla. En la aldea se puede observar la arquitectura tradicional, con chozos, fuentes, una calzada, y las típicas fachadas de piedra de la zona. Viviendas tradicionales modestas que se levantaban a base de materiales de la tierra, pizarra, cuarcita, barro y madera.
La ruta transcurre por una muestra de los distintos tipos de vegetación característicos del parque, en la zona de umbría donde hay una mayor humedad y temperaturas más suaves la vegetación está formada principalmente por bosques densos de alcornoques, además de quejigos, madroños y cornicabras, entre otras. En la zona de solana la vegetación por contra es menos densa, las hojas son mas gruesas y duras para evitar la desecación y las raices largas y profundas para extraer agua. Geológicamente durante la ruta atravesamos tramos de pizarras masivas, areniscas oscuras y cuarcitas.
Llegamos al Arroyo de Malvecino, donde encontramos el típico bosque de ribera, con fresnos, alisos y sauces. Desde este punto comenzamos el ascenso a Cerro Gimio, un ascenso no muy complejo, con algun tramos de pendiente alta al inicio de la subida, en este lugar se conservan aún restos de época romana, siendo un lugar privilegiado desde donde se puede observar un paisaje impresionante, un lugar donde parar el tiempo y sentarte a observar, desde aquí se pueden ver zonas de anidación de especies tan emblemáticas del parque como el buitre negro o el buitre leonado.
Desde Cerro Gimio se puede ver la confluencia del Arroyo de Malvecino (el cual cruzamos durante la ruta), el Arroyo de Barbaón y el Río Tajo, muy influido por las aguas de los pantanos construidos aguas arriba y que cambiaron para siempre el ecosistema natural del río, aún así es un espectáculo de la naturaleza. Descendemos de nuevo hasta el Arroyo Malvecino pero en esta ocasión la vuelta se realiza paralelamente al curso del arroyo hasta llegar a Villarreal de San Carlos.
De vuelta y antes de salir del Parque camino de Mérida hacemos un par de paradas, primero para ver el Puente del Cardenal, que fue mandado construir por D. Juan de Carvajal, obispo de Plasencia, en 1450. El puente fue construido con bloques de granito de los berrocales de Malpartida de Plasencia.
No podíamos abandonar este lugar sin pararnos en el Salto del Gitano, y observar los buitres leonados, un espectáculo impresionante. Peña Falcón es una mole de cuarcita sobre el río Tajo donde dicen se observa la figura de un guardia civil en la cuarcita y aquí comienza la leyenda de este lugar, que no me resisto a transcribir:"Por el paso entre la Peña Falcón accedían frecuentemente comerciantes, con lo que también era lugar de tránsito de bandidos y ladrones. Uno de ellos el gitano de quien habla la leyenda, que se decía que era alto, fuerte y bravo, y que sacrificaba de forma cruel a quien asaltaba para acrecentar el temor de quienes oyeran hablar de él.En Villareal de San Carlos pasaron la noche dos comerciantes con sus caballos y sus cinco mulas, a los que el gitano esperó en lo alto de la sierra para arrebatarles el botín. Tal era el miedo que tenían del gitano, que cuando éste sacó su navaja, los comerciantes dejaron las mulas y salieron huyendo en los caballos, obteniendo el gitano el botín sin hacer un mínimo movimiento.En estas apareció la Guardia Civil y comenzó una persecución por la Sierra de las Corchuelas hasta que llegaron a Peña Falcón, quedando al final del precipicio. El gitano, lejos de dejarse atrapar, saltó por encima del Tajo desde la piedra más alta a la siguiente, algo que los guardia civiles observaron incrédulos y que ni siquiera se atrevieron a repetir. Tal fue la hazaña del gitano, que se permitió hacer burla a los guardia civiles desde el otro lado de la roca, quedando uno de ellos petrificado y dando así forma a las rocas que conforman este conocido lugar".