Parte de la solución de los problemas de las unidades productivas de la Región Guayana: La Complementariedad y el Modelo Consejista con Control Obrero.
Publicado el 18 julio 2012 por Jmartoranoster
Posted on 18 julio, 2012 by juanmartorano
Sergio Requena
Antecedentes
Son muchos los intentos que se han llevado a cabo en pro de dar solución a los problemas económicos, financieros y laborales presentados por las Unidades Productivas de Guayana. En incontables ocasiones ubicadas cronológicamente tanto en la IV como en la V República, se han llevado a cabo ensayos que han quedado en un mero y superficial diagnóstico. El proceso de resolver la problemática existente en el periodo correspondiente a la Revolución Bolivariana ha tenido como obstáculos la crisis mundial del capitalismo, la crisis energética y la incapacidad institucional de las elites burocráticas y tecnocráticas, que han dirigido las Unidades Productivas para permitir el avance de las políticas emanadas del Gobierno Central.
El esquema capitalista de producción de materia prima bajo el cual fueron creadas las Unidades Productivas de los sectores Hierro-Acero y Aluminio en la IV República persiste hasta nuestros días. Este diseño capitalista se evidencia con la fragmentación existente entre las Unidades Productivas que dentro de sus múltiples expresiones presenta, la variación de prácticas operativas y de mantenimiento para un mismo proceso productivo y una misma tecnología, la diferencia en las políticas de comercialización para una misma materia prima producida, los diferentes niveles de formación educativa de los y las trabajadores para un mismo proceso productivo, la variación de los sueldos y salarios para cargos similares, la creación de barreras perceptuales en los trabajadores y las trabajadoras para reconocerse como integrantes de una misma clase.
Esta fragmentación intrínseca del sistema capitalista ha fomentado entre quienes han dirigido las Unidades Productivas, la práctica de la lucha o competencia por la captación de recursos extraordinarios que sirvan para resolver los problemas individuales con la avidez de quien persigue la mayor porción de dichos recursos, práctica que se ha generalizado a tal punto que las relaciones establecidas entre Unidades Productivas tiene como principal objetivo la generación de una mayor ganancia.
El establecimiento de las relaciones sociales de producción capitalistas entre Unidades Productivas han generado la crisis operativa y financiera actual, a lo cual se suma la reproducción de prácticas financieras asociadas a solicitar recursos financieros solo para alcanzar la capacidad instalada de las Unidades Productivas, hecho que evidencia la práctica de producir sin planificar.
La siguiente figura muestras la cadena productiva del aluminio y las capacidades de producción por proceso productivo del Sector Aluminio de Venezuela:
Figura 1. Capacidades instaladas de empresas nacionales del Sector Aluminio por proceso
De la figura 1 se desprende que de tener los recursos necesarios para poner a punto todas las unidades productivas del Sector Aluminio se estarían produciendo para su exportación: 1 millón de toneladas de bauxita (16,67 %), 800 mil toneladas de alúmina (40 %) y 397 mil toneladas de aluminio primario (66,17%). Toda vez que las materias primas y los productos semi-elaborados son llevados a otros países donde son transformados en artículos de mayor valor de cambio para ser traídos nuevamente a nuestro país, puede concluirse que la inversión no planificada en Sector de Aluminio Nacional no resulta una salida prudente para la recuperación de las unidades productivas, hecho que se acentúa si se tiene en cuenta las limitaciones financieras del país y la necesidad de seguir mitigando la deuda social que se tiene con los grandes sectores de la población nacional que anteriormente eran excluidos.
En la búsqueda de soluciones a la situación financiera, económica y laboral de las unidades productivas de Guayana se han llevado a cabo diversos ejercicios de planificación de inversiones y encadenamiento productivo. Estos han sido tradicionalmente llevados a cabo por los responsables de las unidades productivas, y recientemente bajo el marco del Plan Guayana Socialista por trabajadores y trabajadores pertenecientes a las áreas productivas.
Los ejercicios de planificación para recuperar las Unidades de Producción que han ensayado quienes han dirigido las unidades productivas de Guayana presentan elementos comunes típicos de la cultura capitalista y neocolonial. Algunos de estos son:
- Estrategia de incremento de la producción como solución a los problemas de flujo de caja.
- Establecimiento de la no factibilidad del pago de los pasivos laborales con recursos propios.
- Búsqueda de recursos para garantizar materia prima, insumos, repuestos, maquinarias y equipos a través de contratos a futuro con trasnacionales.
- Optimización de costos de producción en las distintas unidades productivas mediante la aplicación de la economía de escala, mejoramiento de los factores de consumo e incremento de la productividad laboral.
- Generación de proyectos e inversiones tendiente a incrementar producción y asegurar insumos de forma individual obviando el establecimiento de convenios con otras empresas o corporaciones del estado.
- Priorización de inversiones hacia los primeros eslabones de la cadena productiva, desestimando la creación de nuevas empresas transformadoras que den mayor valor agregado al aluminio, disminuyan las importaciones y generen más empleo.
- Omisión de la venta a precio justo de subproductos de los procesos.
- Omisión de los impactos ambientales.
La estrategia de planificación ejecutada en el año 2009 en el marco del Plan Guayana Socialista con participación y protagonismo de las y los trabajadores de las distintas Unidades Productivas no escapó a esta realidad, toda vez que al concluirse con el trabajo del llamado Plan Trienal 2009-2012 se totalizo una inversión por el orden de los 890 MM de bolívares y 750 MM de USD solamente para la recuperación de las Unidades Productivas del sector aluminio. El diagnóstico en cuestión se basó principalmente en la determinación de los proyectos necesarios en cada una de las plantas para ponerlas a punto, sin tomar en cuenta los factores económicos por los que atravesaba el país a raíz de la crisis mundial y la baja de los precios del petróleo. Así también, se hicieron solicitudes de recursos bajo una visión reproductora de los indicadores del capitalismo, sin considerar lo más conveniente para el país, cuales son las necesidades reales de las población venezolana y como compatibilizar la satisfacción de éstas necesidades en el corto plazo, con los objetivos estratégicos de desarrollo del país, cuyo logro permitiría el derrumbe las barreras estructurales que impiden la construcción de una sociedad más justa.
Los montos arriba mencionados se han incrementado dado el mayor deterioro que han experimentado las plantas industriales, a lo que se suma el hecho de que en el proceso de maduración colectiva experimentada por la masa trabajadora se ha logrado establecer, que las cadenas productivas del Hierro-Acero y Aluminio fueron concebidas para la producción de materia prima y no de productos terminados de mayor valor agregado, con lo que la inversión para la puesta a punto de las Unidades Productivas pudieran estar orientadas a dar continuidad al viejo esquema de subsidiar economías de países que inclusive se declaran abiertamente enemigos del Proceso Revolucionario Bolivariano y no al fortalecimiento de la soberanía productiva.
La búsqueda de una solución a los problemas económicos, financieros y laborales de las unidades productivas de Guayana se ve empañada por otros factores. El burocratismos existente en las mismas, las redes de cómplices, la corrupción, la defensa de privilegios adquiridos por la vía clientelar, la existencia de sindicalismos reivindicativistas y la influencia de las empresas trasnacionales son fuerzas que ejercen una acción regresiva a los cambios propuestos por la Revolución Bolivariana.
El modelo rentista petrolero capitalista heredado por esta nuestra Revolución Bolivariana vive sus últimos días toda vez que no puede continuar satisfaciendo la necesidades de la población en forma permanente.
Bajo el auspicio del modelo rentista petrolero las Unidades Productivas de Guayana han logrado seguir funcionando, toda vez que una parte de la renta petrolera captada en el extranjero ha servido para subsidiar y mantener en funcionamiento a las mismas. Los recursos aprobados el pasado mes de septiembre del año 2011 por el presidente Chávez (564,8 MM de Bs), constituyen un ejemplo de esta afirmación.
El conocimiento de esta situación hace necesaria la activación de un modelo productivo basado en el trabajo, que permita la recuperación de las Unidades Productivas de los sectores Hierro-Acero y Aluminio, lo que a su vez constituye una respuesta responsable y un compromiso con el proceso socialista que se adelanta en el país, dado que este proceso necesita de condiciones objetivas que permitan su sostenimiento.
La solución socialista: La Complementariedad entre Unidades Productivas y el Modelo Consejista bajo Control Obrero.
Las condiciones críticas actuales de las Unidades Productivas constituyen una condición objetiva para pasar a una ofensiva por parte de la estrategia socialista, esto es la creación y el establecimiento de nexos entre Unidades (Corporaciones Socialistas Hierro-Acero y Aluminio). Las Corporaciones encarnaran en grupos de trabajadores y trabajadoras pertenecientes a áreas de trabajo que aprovechen las fortalezas existentes en una Unidad Productiva en particular y la coloquen al servicio del resto. Esto permitirá una transformación productiva por la vía práctica que deberá ser acompañada con la incorporación de mecanismos colectivos de autogestión productiva como el Control Obrero de la Producción y la utilización de una planificación participativa como mecanismo regulador de relaciones productivas.
En contraposición a las medidas de tilde capitalista que han marcado los ejercicios tendientes a la recuperación de las unidades productivas se propone:
- La complementariedad de servicios, uso eficiente de instalaciones y disminución de compras de insumos a través de la fabricación e intercambio.
- El establecimiento de convenios por parte de las unidades productivas de los sectores Hierro-Acero y Aluminio con otras empresas o corporaciones del estado.
- Expropiación o la creación de nuevas empresas transformadoras que den mayor valor agregado al aluminio, disminuyan las importaciones y generen más empleo.
- La precio justo de subproductos de los procesos como actividad generadora de ingresos.
- El fortalecimiento del control de la producción obrero la contraloría social, revisión de precios insumos y servicios contratados.
La complementariedad entre los procesos productivos de las unidades producción generará ahorro que permitirá el avance hacia la sostenibilidad y la sustentabilidad económica de las unidades productivas, además de que constituirá el punto de partida real que propiciara el inicio del encadenamiento productivo para el beneficio de la población venezolana.
La construcción de una hegemonía que haga frente a la situación actual en las Unidades Productivas, a partir de un nuevo modelo de carácter socialista que tenga como herramienta la activación del poder productivo basado en el trabajo con significado, es responsabilidad de los y las trabajadoras comprometidos con el Proceso Revolucionario Bolivariano Socialista.
Sergio Requena / Miembro de la Asamblea General del Plan Guayana Socialista.
Independencia definitiva o nada!
Viva Chávez, Viva el Plan Guayana Socialista, Viva el Control Obrero.
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