Revista Cultura y Ocio

Parte de mi equipaje: Capitulo 1

Publicado el 25 marzo 2014 por Isabel Isabelquintin


“…Tengo que hacer las paces con tu imagenPara así poder seguir adelante.
O al menos comprenderQue te volviste imborrable…
…Que vas a acompañarme en cada pasoComo pieza de todo mi equipaje...”
Parte de mi equipaje: Capitulo 1
1Hiel y Fuego.La luz del sol se coló por las rendijas de la ventana, traspasó la cortina y me  bañó con su luz el rostro. Intenté abrir los ojos y fue casi imposible de lograr; marcados por una larga noche de llanto, por las horas largas del insomnio y por la necesidad de no tener que despertar esa mañana. Me giré en la cama y traté de ponerme en pie; mi cuerpo ahora pesaba mucho más, pero no por su peso; era el peso de un alma triste y desolada que cargaba a cuestas la amargura, por la traición de la que fue víctima.Caminé hacia el baño y al verme al espejo se reflejó una sombra de mí, unos ojos cansados; enrojecidos de tanto llorar, el cabello alborotado y un insoportable dolor de cabeza que me exigió volver a la cama y no salir de allí en todo el día.Regresé, me cubrí con las sabanas completamente; sentí pasos aproximarse y fingí estar dormida; se alejaron en silencio.Intentaba soñar o despertar de mi pesadilla terrenal. Logré dormir todo el día, y desperté de nuevo a media noche. La migraña había desaparecido pero el peso en el alma y los ojos tristes y hundidos no se fueron.Pasé a la ducha y dejé que el agua se llevara la suciedad que sentí tener. Sabía que no era suficiente; podría esterilizarme el cuerpo pero no el corazón. El llanto regresó y me recordó el por qué ése día yo no encajaba en el mundo. Las lágrimas corrían y se disimulaban con el agua; estuve mucho rato allí, hasta que la piel me hizo saber que debía parar o también terminaría con hipotermia corporal; aparte de la que me inundaba por dentro.Deseé volver a dormir porque había descubierto que de esa manera todo se olvidaba y así el tiempo transcurría más rápido. Pero no, esta vez no fue posible; mi destino fue estar despierta y  tratar de no pensar en mi caótica realidad. Busqué de la forma más sensata, entender por qué no me di cuenta de todo eso antes y cómo pudo pasar sin que yo notara la mas mínima sospecha.Por fortuna antes de entrar de nuevo a ese túnel sin salida; apareció un ángel a salvarme de un patético amanecer entre preguntas sin respuestas.Revisé mi correo electrónico, con él miedo de encontrar algún mensaje de Mario Quintana  el causante de mi funesto presente melancólico 

 Y justo en el momento en que me dirigía a cerrar mi página social, apareció mi salvador. Javier Bermúdez es un chico fanático de los aviones, que estudia para lograr algún día; ser un gran piloto. Muy aparte de eso, es un hombre de sensatas palabras y directas decisiones que sabe  como aterrizar mi loca imaginación y como por arte de magia aparece siempre que la tristeza me ronda. Como suelo decirle, debe ser su procedencia de una isla lo que hace que siempre me caliente el corazón así sea a través de una pantalla.Allí estaba él, sentado en frente de su computadora a la media noche; preguntándome como estaba. Me abstuve en responder; sólo había hablado con mamá de lo sucedido y como es natural en las madres; ella optó por odiar a quien me hizo daño pero no logró consolar mi corazón, además de todo tenía razón; ella me lo dijo, me lo advirtió y ahora esto sólo es el resultado de mi desobediencia y mis impulsos. Aunque parecen palabras sin piedad, lo hizo por tratar de darme fortaleza. Si hubiese intentado aliviar mi aflicción; al final estaríamos ahogadas en nuestras lágrimas.  Le respondí a Javier con un sencillo:¡Estoy Bien!

Pero como si presagiara que no todo estaba bien, volvió a preguntarme y esta vez le dije:
Más o menos… 
Díasatrás le comenté que sentía a Mario algo extraño y que había empezado a imaginar cosas. A lo cual,  me pidió calma y me dijo que no me apresurara con conjeturas.
Eso le hizo  interpretar fácilmente mi respuesta y de inmediato preguntó si en algo tenía que ver Mario.
Tarde aún más en contestar.— Sí.
Conversamos alrededor de dos horas, le conté parte de la historia y me enteré que él hacía poco había pasado por una situación similar. Que a raíz de eso se daría un año de soltería hasta que se sintiera preparado para volver a empezar. Es lo más lógico, pensar en volver a empezar. No para mi — por ahora —.
 La aceptación es el primer paso, pero yo aún siento que estoy en una pesadilla y que al próximo día todo estará bien.Sin embargo, ya estoy en ese próximo día y la pesadilla no termina  por el contrario, se agudiza el temor y el fin no se hace visible.
Dentro de todo lo que hablé con Javier, encontré algo de paz y sus palabras me llenaron de fortaleza; me hizo entender que lo más importante , siempre será mi bienestar y que el dolor menguará con el pasar de los días, aunque jamás se irá del todo. No es muy esperanzador saber que siempre y de alguna manera al recordarlo;  sufriré, pero al menos es un punto fijo en el horizonte, es una meta llegar a disminuir la sensación de aflicción profunda que ahora cargan mis hombros.Retorné a la cama con la ilusión de un mañana mejor. Pero la calma sólo duró hasta ese instante, estar sola de nuevo quebró mi frágil voluntad. ¡Qué tontería tratar de jugar al payaso que ríe cuando su alma llora! No puedo pensar en el mañana, porque me aterra el enfrentarme al más oscuro de los presentes que jamás imaginé tener que vivir. Esta odisea está  marcando  mi pasado y  mi futuro. No veo porvenir, yo me siento enraizada en un momento de dolor eterno, sin salida; como si así fuese a pasar el resto de mis días.Vuelve el fuego en el alma, el ardor en el pecho, la falta de aire...Parece que ingreso a otra dimensión, que el piso se elevaba, y me escondo de alguien;  de alguien que me persigue. Es necesario aterrizar, es más que necesario pensar en cada una de las palabras que  escuché de la boca de quien jamás imagine oírlas. Logré al fin cerrar los ojos y no pensar más; sólo un asomo de lágrimas intentó invadirme, sin embargo, pronto se esfumó al llegar Morfeo y salvarme de ese agujero negro.Los sueños no fueron mas prometedores,  en el mundo paralelo en el que había encontrado paz, me perseguía también mi desdicha. Me atacaba una mujer que no había visto antes, hasta el día que se presentó en la puerta de mi casa y no sé si por valor o por venganza me dijo la verdad; ésa oscura realidad que me niego a aceptar. Ni en mis sueños estaba a salvo, todo en mi era una pesadilla sin fin. No logré escapar del presente entre las sabanas de mi cama, tuve que despertar y armarme de la fuerza que no tenía para buscar alguna manera de acabar con mi tormento.Mi semblante no ha cambiado mucho y sigo con la expresión de irrealidad. Es hora de darle la cara al mundo; me dirijo al balcón de mi habitación y desde allí veo las nubes alojadas en un profundo azul. Esas nubes que siempre me han dado calma y me han llevado a imaginar un mundo mejor, esta vez no son más que nubes. Los rayos del sol pronto penetran y me envuelven. Es como un abrazo. Intentan calentarme el alma. A pesar de todo, este pinta ser un mejor día. Me invade algo de ilusión y una leve sonrisa se asoma a mis labios.Así que me visto con un vestido de estampados y colores alegres, me pinto los labios, amarro una cinta en mi cabello y bajo las escaleras hasta llegar al comedor. Mis padres no logran disimular su asombro, pero aun así tratan de no preguntarme más allá de lo que desayunaré.Y hasta allí llegó el impulso, había algo más a lo que no me había enfrentado; el exterior y sus fantasmas que respiran. No será lo mismo salir y caminar en esas calles que me habían visto días antes de la mano de Mario; reír. Y en contraste, alucinar al creer que la gente me observa  así no lo haga, imaginar que saben mi historia y sentir vergüenza de soportar sus ojos sobre mí. Estoy vulnerable aún y paranoica. Tengo pánico de salir a la calle.

Opté por sentarme en un sofá y en el silencio, sólo pensaba en lo que sería de mí en próximos días. Sé que debo levantarme de mis cenizas y volver a empezar, pero me falta más que voluntad para lograrlo. Es como si un ladrón hubiera robado mi fortaleza, y si, Mario era el peor bandido que conocía, aparte de haber traicionado mi amor por él, ahora me dejaba hasta sin voluntad para vivir ¿Qué se cree?Algo dentro me genera el impulso de salir a buscarlo y exigirle que me devuelva mi dignidad y voluntad de vivir así como me devolvió mi corazón lleno de heridas y casi muerto. Pero la última vez que le vi le dije que era el maestro del engaño. No quiero verle a la cara.  No es más que un maldito extraño al que he amado por cerca de cinco años y su manera de devolverme el amor que le di, fue la de plantarme en la cabeza unos cuernos del tamaño de África.Llamé a Laura y Alexa mis dos mejores amigas debía contarles lo que ocurría, yo necesitaba de ellas, necesitaba que me rescataran del mar de soledad y tristeza en el que estaba. Al no llamarlas ni escribirles  estarían a punto del colapso por no saber de mí.

Quedamos en mi casa, como era de esperarse yo no saldría aún de mi cápsula de cristal protectora de los ataques del mundo exterior.Al llegar, ambas me miraron y enseguida preguntaron: — ¡Mírate! ¿Qué es lo que pasa?
 Traté de inyectarle algo de humor y les dije: ¿Es tan evidente? Y así era, no podía disimularlo, por dentro el corazón se debatía entre vivir o morir, las heridas eran muy comprometedoras; pero por fortuna allí estaban las enfermeras que cuidarían de él.
Dentro de casa, se sentaron una a cada lado esperando mi intervención. Tome aire, lo expulse despacio y dije:Mario tiene a alguien más. Enseguida Alexa espetó:
Lo sabía, ese idiota jamás me encajó — hizo una pausa y añadió: — Lo siento… Acto seguido ambas me abrazaron y sentí la protección del ejército de las amigas. Un momento después; Laura intervino: ¿Cómo lo supiste? ¿Quién te lo dijo?... Tomé aire una vez más, y buscando un poco de calma les narré como sacada del más absurdo drama de novela, la historia que me tenía al filo de la depresión.(Tres días antes)Estábamos en casa viendo en la tele un programa de concurso, personas que imitaban a músicos y cantantes. Mario se sentó a mi lado, y  juzgábamos si el imitador se parecía o no al original. Me pidió que le hiciera un masaje en la espalda; había pasado todo el día frente a la pantalla, editando y revisando contenidos,trabajaba como periodista en un periódico regional.Me levanté a cumplir con su pedido y a los cinco minutos dijo que iba al baño. Me senté de nuevo en el sofá y vi el programa por cerca de veinte minutos más, faltaba poco  para que terminase.  Mamá me preguntó por Mario y me pidió que revisara si estaba bien. Me puse en pie y fui a buscarlo, pero antes de llegar escuche su voz, hablaba por teléfono y no estaba precisamente en el baño; me quede allí escuchando lo que decía. En el lugar donde me encontraba la oscuridad era mi aliada, pues el terminó de hablar y pasó sin notar que yo me encontraba allí.Se dirigió a la sala y le pregunto a mamá por mí, ella le dijo: Se fue a buscarte, estabas tardando mucho. El regresó y lanzó su pregunta en medio de la oscuridad:
¿Dónde estás? No contesté, así que se ayudó con la luz de su teléfono y pudo ver dónde me encontraba.Yo estaba en una esquina, evitando la ira y pensando en cada palabra que diría, para no iniciar una discusión. Casi al instante vuelve a inquirir:¿Qué pasa? ¿Por qué estás aquí,escondida?Con un poco de frialdad e ironía sentencié:No sabía que tenías un nuevo amor, debiste contarme, soy tu amiga ¿verdad? Enseguida se transformó en Hulk:¿Qué te estas imaginando ahora? ¡Es solo una amiga! Vive lejos de aquí, es una admiradora, por mi trabajo; nada más. Guardé la calma, en ese momento estaba tan tranquila, tal vez no sospeche nada, confiaba demasiado en él. Totalmente parca y con una sonrisa burlona, ataqué de nuevo:¿A tu amiga le dices amor, mi vida, cielo…?Caminé hacia sala me senté de nuevo viendo hacia el televisor. No creí que pasara a mayores nuestra mínima discusión. Casi al instante, recibí un mensaje en mi teléfono, era de Mario, en vez de hablarme mirándome a los ojos me envió un estúpido mensaje:“No voy a ser más un estorbo en tu vida, te voy a dejar en paz para que no tengas que volver a soportarme. Adiós” Al leerlo me sonreí, era una risa de burla, para mí se le pasaría al otro día, busqué sentarme a su lado pero enseguida se puso en pie y dijo:Me voy.  Abrió la puerta y salió, yo salí detrás y le espeté:Deja la inmadurez pareces un niño de cinco años. Y fue tal su cinismo que en tono manipulador afirmó:Si no vas a confiar en mí no tengo nada que hacer aquí. Recordé que cuando llegó dejó las llaves sobre la mesa de centro de la sala y que al salir olvidó tomarlas nuevamente. Pensé en hacerle una broma más y dándole un beso en la mejilla lo despedí:¡Vete! Dulces sueños…Entré de nuevo a casa y cerré la puerta, al rato tocó a la puerta pidiéndome que le pasara las llaves que había dejado sobre la mesa. Hice un ademan de ir a buscarlas, las tomé y las metí en uno de mis bolsillos y de nuevo me acerque y le dije:— Allí no hay nadaEnfureció, entró en la casa como un huracán y revolvió lo que pudo buscando, cuando se calmó, me miró de vuelta y se dio cuenta que yo estaba sentada mirando como revoloteaba por todas partes. Dedujo que yo tenía las llaves y exigió que se las entregara. Negué con muecas saber de ellas. Salió de nuevo cerró la puerta y se sentó en la acera. Un leve  remordimiento de conciencia me atacó, así que salí y le dije: ¿Qué haces ahí sentado? Sin llaves no tengo  donde llegar, así que o me las devuelves o duermo aquí, — Contestó—. Me invadió un vestigio de ira que logré controlar, adiviné su manipulación, me hice a su lado y le dije: Los amigos están para saberlo todo, esa es su función cuando decidimos hacerlos nuestros amigos.  Yo imaginé que aparte de ser tu novia era tu amiga; perdona, no volveré a juzgar tus “cariñitos” hacia tus “fans”. Le di las llaves y cerré la puerta. Enseguida se puso de pie y se alejó a paso presuroso. Presentí que había sido el fin. Sin embargo no era la primera vez que pasaba algo así, creí que al otro día todo estaría normal. Como siempre…
Continuara…IsQuintín

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