Revista Cultura y Ocio

Parte de mi Equipaje: Capítulo 2

Publicado el 02 abril 2014 por Isabel Isabelquintin

Parte de mi Equipaje: Capítulo 2

2La hora de la verdad.
Al día siguiente, me ocupé de organizar las maletas para el viaje de regreso a la universidad. Las vacaciones de verano terminaron y pronto inician de nuevo las clases en la facultad de Medicina. La mañana transcurrió en completa calma y por tantos menesteres no había pensado en Mario y su silencio. No había llamado y eso sólo significaba que seguía enojado. Después de almorzar pensé en salir a comprar algunas cosas para llevar. Me disponía a hacerlo, pero antes sonó el timbre de casa. Mamá atendió y decidí bajar al escucharla decir: ¿De parte de quién? ¿Cuál amiga?Bajé las escaleras  y le pregunté a mamá: ¿Qué  pasa? Miré hacia la calle. Tenía en frente el rostro de alguien que aunque no había visto antes, si sabía de su existencia. Le pedí a mamá casi a los gritos que me dejara a solas, que yo lo solucionaría. ¿Quién era? Alguien por quien estuve insegura varios meses atrás. Una mujer. Una de las amigas de  Mario. Según él, la conocía de toda la vida. Y de la cual al principio me hablaba día y noche. Llegando al colmo del desespero alguna vez le refuté: — "Amigo el ratón del queso. Ella quiere algo más. Lo puedo jurar” Y no me equivoqué. Él me dio razón un tiempo después. Según su versión, él mismo le pidió que se alejaran porque no podía ofrecerle algo más que una amistad.Al cabo del tiempo, todo se compaginó a su favor.  Yo permanecía fuera de la ciudad y en una ocasión, Mario enfermó. Lo supe días después. Por obvias razones, mi ausencia fue motivo de discusión al reclamarme y restregarme en la cara, que ella estuvo junto a él cada día de su enfermedad; mientras yo ni me daba por enterada. Me defendí, aduciendo que no era adivina y que de saberlo, hubiera estado allí. Pero claro, yo tenía las de perder porque tampoco llamé. No se pueden hacer dos cosas a la vez o tienes novio o estudias para tus exámenes finales es mi nueva conclusión Tuvimos fuertes discusiones que la involucraban a ella. Siempre que yo llamaba, el teléfono me dejaba en espera.¿Por qué?Él estaba hablando con ella. Soporté la situación, de cierto modo porque las escenas de celos no son lo mío y porque no soy muy amiga de discusiones a larga distancia.Seguí con normalidad. Él siguió siendo el mismo y aparentemente yo  no tenia de que preocuparmeEstuvo mas pendiente de mi, me llamaba varias veces al día y otros milagros que no hizo antes. Ahí debí dudar más, lo sé. No hablaba de ella y si era yo quien preguntaba, afirmaba no saber. Así estuve confiada, hasta que esa tarde la tenía frente a mis ojos.Me invadió el miedo, me temblaban las piernas, no sabía qué hacer.¿Por qué esa mujer estaba allí? ¿Qué diablos quería de mí?...Tras un largo silencio,  ella cortó la tensión: — “Soy Ángela, necesito hablar contigo”Dudé en aceptar, ella y yo aparentemente no teníamos nada de qué habar.— No creo que tengamos algo de qué hablar usted y yo.— “Es importante, ¡por favor!” Accedí, pero antes de eso me percaté de algo más, estaba embarazada. Me dispuse a escuchar: ¿De qué hablaremos? — Pregunté —. “Tú necesitas saber la verdad y yo necesito decírtela. Me siento culpable de tantas cosas  ”.¿Qué es lo que debo saber? Pregunté de nuevo.  “La verdad de todo lo que ha estado sucediendo entre Mario y yo” –Respondió.‘Mario y yo’ retumban aún esas palabras en mi cabeza, muchas veces lo sospeché pero no llegué a imaginar que Mario fuera capaz de algo así, se supone que eran amigos… ¡Pero que tonta si yo también he jugado a la supuesta amiga con algún chico que me gusta! Ella no se dio por vencida y él no opuso resistencia. ¡Hable de una vez! ¿Qué vino a decirme? “Mario y yo llevamos una relación de más de un año y ahora estoy embarazada; tengo cuatro meses. Él me aseguró que contigo nada iba bien y que pronto todo acabaría, pero pasó el tiempo y nada de eso se cumplió. No me pareció justo que él te engañará de ese modo. Vine aquí a decirte la verdad porque ya una vez viví una situación parecida. Mi novio me engañó y lo supe cuando nació su hijo. Por eso estoy aquí, yo hubiera querido que me dijeran la verdad, ahora es mi deber hacerlo. Varias veces le dije a Mario que  habláramos contigo, pero él me lo prohibió. Así que hoy al salir de mi cita con el psicólogo y bajo su recomendación decidí buscarte; me aconsejó que era lo mejor, y lo es.”No dije nada, seguían temblando mis piernas, pero esta vez causada por el coraje. No hubo llanto, no quería llorar en frente de ella, no quería mostrarle debilidad ni mi derrota. “Voy para la casa de Mario, le diré que ya sabes la verdad. Perdóname”Y se alejó.Al entrar, mamá me reprendió y me reclamó por  la penosa conversación que acababa de tener en plena vía pública. Hablaron mis las lágrimas, le conté todo y con su dolor guardado, sentenció la verdad más cruel:Yo te lo dije mil veces, sabía que no me equivocaba ¡Es un cretino!Recobré la compostura y me dispuse a salir.Ella quiso detenerme pero yo estaba decidida a ir por la verdad, necesitaba enfrentar a Mario y aprovechar que Ángela estaría allí, sería imposible que lo negara.
 : Mario ¿es todo eso cierto? ¿Ángela espera un hijo tuyo?No respondió, me ignoró totalmente. Inició una batalla entre ellos deshaciéndose de la culpa:MARIO: ¡Yo le dije que se cuidara y usted dijo que lo estaba haciendo!ÁNGELA:¿Ahora la culpable soy yo? Usted también debía cuidarse.MARIO: ¡Usted no dejaba de buscarme, de enviarme mensajes insinuantes! ¡Usted sabía que yo estaba con Carla!ÁNGELA: — ¿Se le olvidan las veces que llegó borracho a buscarme?No soporté más ese circo. ¡A mí no me interesan los detalles de su idilio de amor! Mario ¿Por qué no decirme la verdad? ¿Creíste que jamás me enteraría?El silencio fue el protagonista.Ya no pude contener más el llanto y estallé:— Hasta ahora me vengo a dar cuenta de lo que eres. ¡Un maestro del engaño, un cínico, embustero, manipulador un tipo egoísta, presumido y engreído! ¿Cómo podías jurarme amor y a la vez enterrarme el puñal?
— "Menos mal me quité ese peso de encima. Ya no podía más. ¡Qué bueno que al fin se cayeron las máscaras!" —Respondió —.
Guardé silencio y huí de allí para nunca más volver.Necesitaba hallar el aire, me ahogaba en mis lágrimas. Corrí de regreso a casa y me refugie en mi cuarto, como una trinchera de guerra y sin reconocer que fue mi ejército el perdedor.         dhk… Eso es todo. Ayer lo pasé durmiendo y tratando de no pensar.Mientras les narré cada capítulo de la Ópera de mi dolor, no pararon de fluir las lágrimas de nuestros ojos. Ellas sufrían, lloraban y maldecían — igual que yo — al fulano que hizo de mi vida un tormento.¡Que tal el descaro! ¿Se quitó un peso de encima? ¿Qué pensó que eras un bulto? ¿Qué no te dolía? ¡IDIOTA!Es un imbécil, ni siquiera un perdón ni nada. Es un maldito egoísta, sólo pensado en él. Me imagino que ni siquiera ha llamado.Tenían razón. Estaba llorando una traición que parecía premeditada, a él no se le movió ni un vello brazo, no emitió ni un solo perdón, ni un lo siento, menos una lagrima. No me intento detenerme.El amor de Mario se esfumó y no me di cuenta en que momento. Estoy entendiendo que  “el amor de Mario  y mío” únicamente era mío, era sólo yo quien amaba, quien entregaba.  Un títere de sus antojos, su más fiel marioneta.Y al analizarlo con  claridad, sé que mis lágrimas y mi tormento, la soledad y arrepentimiento, también son en vano. Yo me cerré a su mundo, creyendo que después de Mario no había camino. Y él ya había hecho camino sin mí.La hora de la verdad fue oscura, pero después de la noche más negra llega el día más soleado. Me juré al lado de mis amigas que saldría de esto y que ni Mario ni nadie, volverían a hacerme daño jamás.Pero lograrlo no sería tan fácil como decirlo, por más que la necesidad de vengar mi dolor me daba el denuedo para levantarme; aun era muy reciente, aun dolía y hasta ahora empezaba el largo camino para borrar a Mario y la heridas que dejó. Nos despedimos con un gran abrazo y más que nunca prometimos estar unidas a pesar de la distancia. Ellas desde su objetividad me sacaron del hoyo profundo.Ahora debo caminar sola.. Cada una va a una ciudad distinta a buscar la vida y las sonrisas que a pesar del dolor, son inevitables.
Continuara…IsQuintín

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