Partido a Partido

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Artículo escrito por: Imanol Díaz Azpikueta

Una de las máximas del fútbol, y que nos cansamos de escuchar en las palabras de los futbolistas en las zonas mixtas es “Hay que ir partido a partido”. Pues en esta ocasión la frase no podía ser más acertada. El sábado, una vez que Madrid y Barça terminaron sus partidos eran del tipo “¿Cómo afrontáis el Clásico?” El partido está ahí y este año seguramente decida una Liga, pero tanto Madrid como Barça tienen por delante el partido de ida de las semifinales de la Champions, y esos partidos son ahora los más importantes.

En el caso del Real Madrid, el rival es una de sus bestias negras, el Bayern Múnich, que además de ser un equipo peligrosísimo es el anfitrión de la final de este año. El equipo bávaro no gana desde el año 2001 cuando derrotó por penaltis al Valencia. Decir que llegó a esta final eliminando al Madrid en semifinales, un Madrid que lo que sí ganó esa temporada fue la Liga.

Poco o nada tiene ese Bayern que ver con el de esa temporada. Schweinsteiger es ahora el “todocampista” alemán del equipo en lugar de Effenberg. La velocidad por los extremos la ponen Robben (ex del Madrid) y Ribery en lugar de Salihamidzic y Lizarazu. Y sobre todo los goles que ahora los pone el alemán nacido en España Mario Gómez. A pesar de estos jugones, el equipo se ha despedido de la Bundesliga, que se ha llevado casi de manera definitiva el Borussia Dortmund.

Eso en el Madrid, pero el Barça no tiene un partido fácil tampoco. Se enfrenta al Chelsea, el equipo contra el que empezó todo con ese golazo de Iniesta en Stanford Bridge. Al contrario de lo que pasa con el Bayern, el Chelsea no ha cambiado tanto. Siguen los Cech, Terry, Lampard y Drogba, pero ha llegado aire fresco procedente de España. Ese aire lo representa el “10” de los blues Juan Mata, al que en su día quiso fichar el Barça. El ex futbolista del Valencia está en forma y los goles del Chelsea dependen cada vez más del fútbol que sale de sus botas. Junto a él hay una incógnita llamada Fernando Torres, al que con la camiseta del Barça se le daba muy bien el Barcelona.

Por todo ello, ambos partidos tienen el suficiente morbo como para prestarle toda la atención necesaria antes de la llegada del Clásico. Vayamos partido a partido.