Revista Diario

Parto inducido: ventajas y desventajas

Por Zulema @MamaEsBloguera

El cuerpo de la mujer está diseñado inteligentemente para parir, normalmente cuando el feto ha llegado a su completa madurez, se inician de forma espontánea las contracciones y el trabajo de parto que finaliza con el nacimiento del bebé. Sin embargo, en algunas ocasiones, los médicos deciden llevar a cabo un procedimiento artificial que desencadena las contracciones uterinas y provoca el parto vaginal; denominado “parto inducido”.


¿En qué consiste el parto inducido?


El parto inducido puede llevarse a cabo mediante procedimientos farmacológicos o quirúrgicos:

– Inducción farmacológica: se administran hormonas a la embarazada de forma que aumente el nivel de concentración en sangre lo suficiente como para desencadenar las contracciones uterinas.

Suele aplicarse oxitocina sintética (pictocin) o supositorios con prostaglandinas en la vagina.

– Métodos quirúrgicos: el médico suele practicar la ruptura artificial de las membranas o saco amniótico para provocar el inicio de parto. Una vez realizada, el parto debe comenzar en 24 horas.

Generalmente, se combinan ambos métodos para la inducción del parto, aunque en algunas ocasiones es suficiente con realizar uno de ellos para desencadenar el trabajo de parto.


Ventajas del parto inducido


Las principales ventajas de practicar un parto inducido son:

– Garantiza la seguridad del feto.

– Con la inducción del parto se aumenta la probabilidad de supervivencia del bebé, en los casos en los que permitir la continuidad del embarazo presenta riesgos o perjudica su salud.

– Reduce la incertidumbre.

– El parto inducido permite a los padres conocer exactamente el día de nacimiento de su bebé y reduce los miedos con respecto a las complicaciones que puedan surgir en el útero.


Desventajas del parto inducido


El parto inducido conlleva una serie de riesgos que es muy importante valorar antes de practicarlo. Entre ellos :

– Aumenta la probabilidad de cesárea.

– Cuando se realiza el parto inducido, el útero no está lo suficientemente maduro y puede no responder a las hormonas, en estos casos, el parto suele terminar en cesárea.

– Sufrimiento fetal.

– Las contracciones provocadas artificialmente suelen ser más fuertes y pueden interferir con el flujo sanguíneo a través del útero, causando sufrimiento fetal.

– Aumenta la probabilidad de requerir ayuda instrumental.

– En algunas ocasiones, la inducción artificial provoca que se alargue más de lo deseado el trabajo de parto y se proceda a utilizar fórceps para sacar al bebé.


¿Cuándo se recomienda el parto inducido?


La Organización Mundial de la Salud, afirma que el parto inducido debe practicarse únicamente cuando los beneficios que reporte para la salud de la madre o del feto, sean mayores que los riesgos a los que se expone con llevar a término el embarazo antes de tiempo. Se recomienda:

1- valorar el cociente riesgos – beneficios de ambas alternativas

2- escoger la semana de gestación adecuadamente (cuando el feto esté lo suficientemente maduro)

3- administrar el tipo de procedimiento artificial más adecuado a cada caso concreto

Algunas situaciones proclives a requerir parto inducido son:

– embarazos que superan la 41-42 semanas

– el feto deja de recibir oxígeno o nutrientes de la placenta y deja de crecer en el útero

– el feto sufre alguna patología o malformación que requiere tratamiento inmediato

– la madre presenta preeclampsia ( hipertensión en el embarazo y presencia de proteína en la orina)

– se rompe la bolsa amniótica de forma natural, pero el parto no comienza en las 24 horas siguientes

– muerte fetal en el útero

– meconio en el líquido amniótico

– enfermedades maternas como diabetes gestacional, enfermedad inflamatoria pélvica, patologías cardíacas, pulmonares..etc


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