Trascurren los meses y por fin llega tan esperado día a las 39 semanas más 4 días de embarazo. Hora de ir al hospital, no sin antes darme una baño de agua caliente, una rica comida disfrutando con mi esposo (aunque un poco agitada e incómoda porque se me rompieron las membranas en el restaurante) lo que muchos no saben es que aunque tengas las membranas rotas puedes todavía disfrutar de una rica comida o hacer varias cosas (bueno casi en todas las embarazadas). Hora de ingresar al hospital 15:00 hrs., y con ayuda de la tecnología mi esposo iba dando reporte puntual de lo que íbamos pasando por las redes sociales, así que teníamos a todos nuestros amigos a la expectativa como un cuento de telenovela.
Las contracciones cada vez se hacían más fuertes y dolorosas, 16: 20 hrs. aproximadamente llega Encarni, nuestra dula y comienza a tranquilizarme mediante ejercicios de relajación y respiración, cabe mencionar que como era un parto respetado me la pase sentada en la taza del baño de la habitación casi todo el tiempo que duraron las contracciones, mientras mi esposo, mi ginecóloga, mi dula y la asistente platicando al otro lado de la habitación, solo quería privacidad para pasar por este proceso de dolor y como bien nos dice Encarni “el dolor es inevitable, el sufrimiento es de quién lo elige”.
Llegada la hora de querer pujar me dice mi dula que si quiero pasar a la sala de expulsión donde está la tina y sumergirme en agua para calmar un poco el dolor, ya no podía ni caminar de las contracciones tan fuertes pero ¡ahí vamos!
Llegando a la sala de expulsión me sumerjo en la tinadonde Raquel mi ginecóloga me hace el taco y saber cuántos centímetros llevo de dilatación, ella me da como dos horas más para que nazca nuestro bebé, pero yo y mi cuerpo sabía que no aguantaría más de 40 minutos, pues ya sentía el deseo de pujar, Juan Andrésmi esposo se mete a la tina conmigo para darme apoyo moral y sostenerme dentro de la tinaTodo preparado dentro de la sala ( música relajante, luces a media luz) y respetando mis tiempos, mi cuerpo y mi bebé deciden que tiene que salir, tiene que salir a conocer a sus papis que tanto la esperan y pujando con un espejo dentro del agua veo como se asoma su cabecita , un pujo más y sale por completo.
“¡Felicidades es una hermosa niña!” dice Raquel a las 18:39 horas, ha nacido Valeria Monserrat.
Una experiencia maravillosa, ver cómo nace, como mi esposo está dentro de la tina y apoyándome en todo momento, algo que nunca no lo imaginamos y estar consiente en todo momento es lo mejor que me pudo haber pasado.
Hace tres meses he dado a luz a otra hermosa nena y que sin dudarlo hemos pasado por el mismo parto en agua, con los mismos personajes presentes (Dra. Raquel mi ginecóloga, Encarni mi dula y mi maravilloso esposo Juan Andrés) y a pesar de que este embarazo fue muy diferente, más síntomas, mas cansancio, mas estrés, etc., no dejo de ser igual de bello, ver cómo dar vida a la vida. Nuestra pequeña Alondra (sin saber el sexo hasta el nacimiento) llega a las 20:59 horas y en esta ocasión mi parto fue un poco más doloroso y en una posición poco convencional, en cuatro puntos fue como me sentí más cómoda para parir pero esto no fue impedimento para que papá viera como nace su pequeña y poder cortar el cordón umbilical como también lo hizo con nuestra primera princesa.
Algo sin lugar a dudas de lo mejor que me ha pasado en mi vida y que ahora sé este tipo de parto es lo mejor que pudimos elegir.
Saludos,
Gabriela Flores.