Revista Opinión

pasado y futuro

Publicado el 25 mayo 2011 por Javiermadrazo

El post titulado “Decepción”,  publicado el pasado lunes en este blog, abrió la puerta  a distintos comentarios, en los que se aludía al pacto de gobierno suscrito, en su momento,  con PNV y Eusko Alkartasuna como la causa que estaría en el origen de la pérdida de votos de Ezker Batua-Berdeak.  No voy a entrar ahora en esta disquisición porque se ha puesto sobre la mesa de debate en numerosas ocasiones y, en cualquier caso, asumí todas mis responsabilidades en 2009 porque entendí que así debía ser.  Sólo diré a este respecto, y no pretendo que suene a coartada ni justificación, que el Gobierno en el que Ezker Batua-Berdeak participó, con el aval mayoritario de su militancia,  tuvo un marcado carácter social, definido por nuestra presencia, y tengo la convicción de que a día de hoy ningún otro ejecutivo del Estado, ni del País Vasco ha tenido jamás un compromiso mayor por liderar políticas de progreso. 

Se podría haber hecho no sólo más, sino incluso mucho más, pero también es justo reconocer que se hiceron cosas importantes. No las voy a citar todas porque son conocidas, pero es evidente que están ahí: ley del suelo, ley de servicios sociales, ley de cooperación al desarrollo, ley de derechos de parejas de hecho,… Reconocimiento, por primera vez, a las víctimas del franquismo,… Impulso a la vivienda de alquiler social,  promoción de políticas de interculturalidad,….  El llamado plan Ibarretxe, que tanto se ha criticado, con más visceralidad que razones,  era, en realidad, una propuesta de marco federal, desde el reconocimiento del derecho a decidir en un mundo de soberanías compartidas, que coinciden con los planteamientos de la izquierda, que ha incorporado históricamente en sus programas el derecho de autodeterminación, sin que nadie viera en ello connivencia con el nacionalismo.

El pensamiento único no dió tregua al Gobierno tripartito y lideró una campaña político-mediática sin precedentes, que terminó por transformar grandes mentiras en grandes verdades.  No tengo ningún miedo a la autocrítica, básicamente porque ya la he hecho a nivel político y personal, admitiendo errores y responsabilidades, pero no por ello voy a negar un pasado que como todos tuvo sus luces y sus sombras.  Siento, en este sentido, que personas que en 2001 y 2005 me animaron y fueron partícipes activos de los Gobiernos con el PNV y Eusko Alkartasuna hoy sólo pongan el acento en las sombras, olvidándose de las luces. Actuamos con coherencia, integridad y vocación de servicio público. Si nos equivocamos, no lo hicimos con mala fe y si tenemos que buscar explicaciones para analizar la crisis de Ezker Batua-Berdeak no niego que ésta pueda ser una de ellas, pero en ningún caso la única.

Invito a todas las personas que leen este blog a que aporten sus propuestas de futuro para crear un espacio plural de izquierda vasco, no independentista, con vinculación a un proyecto federal, que ses capaz de  aglutinar voces y sensibilidades de progreso en pro de un modelo de desarrollo más justo y equitativo, acorde con las demandas de la ciudadanía.  No niego que sea clave mirar hacia el pasado, valorarlo y aprender de él, pero es necesario ahora diseñar el futuro, trabajar por el consenso desde el diálogo y el respeto y recuperar la ilusión.


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