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Pasaje destacado"Yo no tengo miedo a los bichos, están ac...

Publicado el 19 mayo 2023 por Marianleemaslibros

   Pasaje destacadoPasaje destacado"Yo no tengo miedo a los bichos, están acostumbrados a verme pasar. Sé que una garduña me observa, agazapada en un tronco, que me reconoce y, si la miro, esconde la cabeza. ¿Y sabes por qué?
—¿Por qué?
—¿Por qué va a ser? ¡Por respeto! Los animales guardan la distancia por respeto. ¿Es que no oyes por todas partes un bulle bulle, no sientes los crujidos que nos rodean a nuestro paso? Cuando vengas más veces los distinguirás, se te irá afinando el oído. Hay muchos seres mirándonos en este momento ".

Pasaje destacadoMe estreno con Elvira Lindo (Cádiz, 1962), la que para mí siempre ha sido y será “la de Manolito Gafotas”, pero claro, sin olvidar que además, la escritora gaditana ha publicado muchos otros libros de cuentos infantiles como la conocida serie de Olivia para prelectores (hasta 5 años). “El otro barrio” es su primera novela para adultos (1999), y después ya publicó unas cuantas mas, siendo las dos últimas “A corazón abierto” (2020) y “En la boca del lobo” (2023).
La trama a grandes rasgos sin spoiler
La tutora de Julieta le cuenta a la madre de la chiquilla que esta lleva un tiempo como ausente, y que de un día para otro ha dado un bajón y se ha retrasado mucho en las clases. Le sugiere que aproveche las vacaciones para indagar sobre las causas y para meterla en vereda, pero resulta que Guillermina se preocupa mas por complacer a su amante de turno, que por los problemas que pueda tener su hija de once años. 
A veces me hacía pequeños cortes en los muslos con las tijeras de costura que heredé de mi abuela para ver brotar la sangre. En el último mes había empezado una frase que aún estaba por terminar. La primera palabra escrita en mi pierna derecha había sido NO, y ahora, cuando ya los cortes habían cicatrizado, metía la mano bajo las sábanas y pasaba mi dedo por la N, luego por la O, como si fuera ciega, una vez y otra, esperando a que esa palabra conjurara el peligro y no tuviera que hacerlo más.

Julieta y Guillermina llegan a La Sabina, una aldea perdida en el monte con once únicos vecinos cercana a la villa de Ademuz, con la idea de pasar allí ese verano en la casa donde Guillermina y su madre Esmeralda habían nacido y que heredaron al fallecer el tío Claudio el invierno pasado. Julieta está encantada de salir de Valencia, y de dejar atrás un mundo al que no desea volver.
Las amigas de la abuela de toda la vida, Paquita, Encarna, Milagros y Virtudes, las acogen con ilusión, cariño y hospitalidad, y la niña pronto entabla amistad con una misteriosa mujer que aparece y desaparece en el bosque como por arte de magia, una mujer que le enseña los secretos de la naturaleza y de los animales que la habitan. Se trata de Emma, a la que todos llaman "la mujer rubia", como si no hubiera más mujeres rubias en el poblado. Y no tarda en darse cuenta de que por esos lares, nadie quiere a Emma cerca, todos hablan mal de ella, algo mutuo, porque Emma tampoco soporta a ninguna de sus vecinas.
Emma no tiene ojos para ver lo valioso que hay en estas mujeres, porque siente que le hicieron daño y parte de su alma se quedó detenida en aquel tiempo, pero ella también lo hizo, aunque de manera no premeditada, y ésa es la razón por la que siempre se exculpa. Mientras que en los animales no concibe otra actitud que la inocencia, es dura juzgando a los de su especie, y sólo atribuye a la maldad algo tan humano como los celos o la violencia repentina que desencadena la desesperación o el desconsuelo.

Durante la estancia allí, iremos conociendo de forma retrospectiva datos sobre la infancia y adolescencia de Guillermina, que quedó embarazada con quince años y tuvo a Julieta con dieciséis. Y Emma, que anda siempre por ahí abajo porque no se atreve a subir al pueblo, le irá contando a Julieta cómo fue su llegada y porqué todo el mundo parece odiarla y repudiarla. Y en boca de la propia Julieta, sabremos lo que sucede y lo que piensa durante esos dos meses estivales repletos de una felicidad que hacía tiempo no sentía.
Acabado el verano, Julieta se niega a regresar a su casa en Valencia. Su madre cree que es un simple capricho de los suyos, pero es que ella desconoce el secreto de la niña, un tremendo secreto que le aprisiona el pecho, una tremenda razón de peso para no querer volver a su ciudad. 
No quiero irme de aquí. No puedo irme de aquí. Ésas fueron las dos primeras frases que escribí en el cuaderno, las dos que me atreví a decirle a mi madre cuando se disponía a cerrar la maleta. Es que no puedo. Las dos medio desnudas, a punto de irnos a la cama para pasar nuestra última noche en aquella casa que era el único refugio seguro que poseíamos.

Los puntos fuertes de la novela
Fantástica ambientación:  La obra está ambientada en la España vaciada, concretamente en el Rincón de Ademuz (Valencia) que es la tierra de la madre de Elvira Lindo, el paisaje rural de la infancia de la autora. Uno de esos pueblos olvidados de la mano de dios donde todo el mundo se conoce, y no hay manera de tener una doble vida o pasar desapercibido, donde todo se sabe. 
Ella trataba de explicarme el desapego que sentía hacia el sitio en el que había nacido, aunque yo no pudiera comprenderla porque aún no tenía las necesidades de una adolescente; ella allí se moría de aburrimiento, y había incluso algo peor que el tedio insoportable, me decía, que era el sentirse observada, juzgada, compadecida, una circunstancia que no se puede evitar cuando tienes una barriga con quince años y eres madre a los dieciséis.

La música siempre de fondo, también colabora en conseguir esa ambientación, porque además de la banda sonora propia de los pájaros y demás ecos del bosque, la trama tiene banda sonora propia de la época, de los noventa: Patty Smith, Nirvana, Snéad O’Connor, Madonna, La Oreja de Van Gogh, Estopa, Britney Spears, Los Planetas.
He aprendido a distinguir la música que trepa por el monte. Al principio los confundía con el mismo sonido que brota del bosque, esa mezcla armoniosa en la que confluyen los cantos de las aves nocturnas, el mismo palpitar de la tierra, el viento que se cuela entre los árboles, las hojas que chocan entre sí, el crujir seco de la madera o el aliento de tantos animalillos, que saben dormir y vigilar a su camada a un tiempo. El silencio en el campo nunca es silencio.

✔ El bosque, así como sus moradores, se perciben también como personajes de la propia historia, algo que me ha supuesto un plus extra de disfrute lector. 
Ya está, misterio resuelto: tienes a una hembra pariendo ahí arriba.
—¿Una hembra?, pregunto, y mi voz se quiebra en un sollozo. No puedo creer lo que ese hombre me está diciendo.
—Una zorra, probablemente, un bicho que tiene la fuerza suficiente y la ligereza como para trepar hasta arriba y acoplarse en un lugar caliente. Ellas huelen el calor, esta zorra olió tu leña y trepó por el tejado.
—Ay, Dios, ¿y no se queman?

Los personajes son potentes, algunos entrañables. Además de Guillermina y Julieta, las dos protagonistas principales, tenemos a: 
Las amigas íntimas de la abuela Esmeralda, geniales las cuatro: Paquita, Encarna, Milagros y Virtudes. Mujeres de pueblo, curtidas, aguerridas, que llevan toda la vida viviendo allí y que están acostumbradas a las inclemencias y dureza de la vida en el campo. 
Leonardo, el marido de Virtudes, un hombre bonachón, campechano, siempre dispuesto a ayudarlas con los arreglos de la casa. De joven fue panadero, como su padre, como su abuelo, con un horno de leña que servía a las otras aldeas y a los pueblos del valle, hasta que el humilde negocio dejó de ser rentable, y tuvo que dedicarse a la huerta y a los manzanos. Y Virtuditas, la hija de ambos, amiga con la que Julieta juega, aún siendo dos años menor que ella. 
Virtuditas había decidido ser amiga mía desde que sus abuelos le dijeron que no había dónde elegir. Yo era su única opción. Me hacía estar siempre alerta porque era una niña temeraria y caprichosa, agarraba a los gatos por la cola, al mío incluido, se metía en las zarzas para coger moras y trepaba por las paredes de piedra. A costa de sus fechorías mi prestigio subió muchos puntos entre las vecinas. Ella era mullida y yo un saco de huesos; ella valiente y yo cobarde; ella descarada y yo prudente.

Pero sin duda mi personaje-estrella, mi preferida es ”la rubia”, la cálida, protectora y magnética Emma. Una mujer tozuda, insensata, que no piensa las cosas dos veces y que "fingía ser quien no era, o quería en realidad engañarse a sí misma con esos aires de mujer de mundo que llega a una aldea con la pretensión de dominar la naturaleza. Pero la vida salvaje, si es que puede llamarse así a estar en medio del monte, la derrotó desde el primer invierno y más que amor buscó ayuda, compañía y unos brazos en los que cobijarse".
De ella he aprendido que sin propósito de herir se puede hacer daño, que no todo el que ha hecho daño merece un castigo implacable y que se puede sobrevivir a una pelea mortal, aun habiendo quedado tuerto o cojo.

Me encanta la relación que se crea entre Emma y Julieta, cómo le habla a la chiquilla sobre cosas de mayores de una forma tan íntima y peculiar, como si tuvieran lenguaje propio. Una relación que las cambia, a ambas, a la adulta y a la niña. Sus diálogos no tienen desperdicio. 
Pero ¿qué coño le estoy contando a esta criatura, que tiene once años y aún no ha vivido la pena ni el desengaño? Mira, yo... morbosa como tú no soy, pero sentimental, mucho. Me senté frente a la chimenea, me puse un whisky y empecé a llorar como si fuera yo la misma madre. Tampoco hace falta tener instinto maternal para llorar por un cachorro, ¿no? ¿Tú crees en el instinto maternal?
—Aún no lo sé.
—¿Y tu madre, que al fin y al cabo es madre?
—Yo creo que no.

Se explora la relación madre-hija, Guillermina-Julieta: con una madre que nunca quiso ser madre, que no se ocupa de su hija, de hecho, Julieta ni la llama mamá, la llama Guillermina. Fue la abuela Esmeralda la que hizo de madre, pero claro, lo piensas y te preguntas, con dieciséis años, ¿quién puede y quiere ser madre? 
De cualquier manera, a pesar de mi inocencia, yo podía intuir que el inicio de su desgracia se situaba en el día mismo en que supo que estaba embarazada de mí. Y a menudo sentía pena, la sentía de veras por aquella chica que no sabía amparar una nueva vida por ser incapaz de cuidar de la propia. Solía jurar, jurarse a sí misma con mucha convicción, que no permitiría que a mí me ocurriera lo mismo: tu vida será todo lo libre que no ha sido la mía. Ella incumplió su juramento, pero yo encontré a mi manera una libertad que ella no hubiera podido concebir.

✔ La narración tiene cierto aire de fábula, de cuento, pero con un toque de humor algo ácido. La prosa de la autora me ha gustado, bella, delicada, íntima. Lo mejor que tiene la novela son los diálogos, las conversaciones entre los mas jóvenes y los más adultos y ancianos del lugar. Hay intriga, un inequívoco suspense que sobrevuela la trama y te mantiene con el alma en vilo durante toda la lectura, queriendo descubrir, queriendo saber. 
—¿Sería entonces en verdad el niño zorro? —la corregí. —¿Zorro, lobo, de verdad ése es el detalle más importante de este cuento? Porque es un cuento, chica, una fábula de la que extraer una enseñanza. Los cuentos están llenos de niños perdidos en el bosque, que abandona la madre para librarse de ellos. Bien para quitarse bocas a las que alimentar, o bien por celos, porque no pueden soportar que el padre quiera a las criaturas o porque compiten en belleza. La madre, te aviso, no una madrastra como suele contarse para que los niños podáis conciliar el sueño.

La historia es dura, pero la autora nos la muestra recubierta de una gruesa capa de sensibilidad y delicadeza, de forma que, el quiz de la cuestión del drama, el secreto que Julieta guarda con tanto celo, al principio sobrevuela, se va intuyendo, puedes imaginar y acertar, o no acertar, pero no dudas de que haberlo aylo y al final se sabe, pero se aborda de forma explícita y sutil, por lo que no se percibe tan dura. También sabemos que Leo, hijo de Virtudes y Leonardo murió a los siete años, las causas y lo que ello ocasionó como efecto secundario, lo iremos descubriendo poco a poco.
✔ El tema básico que lo abarca todo es la vulnerabilidad en la infancia y la desprotección por parte de adultos que dejan a los niños indefensos a expensas de los lobos feroces de carne y hueso, a esos lobos con piel de cordero que tanto abundan por los bosques de la vida. Pero además se abordan temas como la familia, el amor de pareja, la infidelidad, la traición y la venganza, el sentimiento de culpa, la ansiedad y los miedos infantiles. Resumiendo: "En la boca del lobo" es una lectura que me ha sorprendido, con su lado tierno, emotivo, y su olor y sabor a pueblo y a infancias destruidas. Una obra que nos invita a reflexionar y a preguntarnos si tal vez, quién nunca se sintió protegido de niño, no será capaz de proteger de adultos a sus propios hijos. Una historia estremecedora, que según avanza nos va adentrando más y más en la boca del lobo, pero finalmente ¿nos terminará engullendo?
Las heridas más dolorosas nunca están a la vista. Es más, hacemos lo posible por ocultarlas.

¿Os recomiendo leer esta novela? Por supuesto, porque si no habéis leído todavía nada de Elvira Lindo, creo que este "casi thriller", puede ser un gran comienzo, porque es intensa e inmensa, y por todo lo que os cuento arriba. ¿Acaso necesitáis mas motivos para hacerle un hueco en vuestra apretada agenda lectora?
Mi nota esta vez es la máxima, para variar, dicho sea irónicamente:
Pasaje destacado

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