Revista Insólito

Pasajeros a Indias, 1503 - 1790 (VII)

Publicado el 23 febrero 2015 por Monpalentina @FFroi
  • Curiosamente, para el "aviamiento, vestuario y matalotaje" necesario para la travesía, cada orden religiosa recibía cantidades diferentes, que oscilaban entre los 1049 reales de los agustinos y 1020 de los jesuitas, a los 796 reales y 10 maravedís de los franciscanos calzados y los 714 reales y medio de los franciscanos descalzos.

Pasajeros a Indias, 1503 - 1790  (VII)
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Prólogo - Presentación
Notas previas. Advertencias preliminares.
Introducción La Casa de la Contratación
La licencia de paso a Indias.
Los barcos
La navegación
José María González-Cotera Guerra Marzo, 2005

CAPÍTULO VII

El viaje
Una vez conseguida la licencia, trámite lento y costoso [20], el viajero se tenía que enfrentar a un cúmulo de diligencias no menos penosas e igualmente costosas. La primera de ellas era la concertación del pasaje en un navío de la ota lista para partir. El transporte de pasajeros no estaba regulado ni reglamentado; quedaba al libre acuerdo entre los maestres o dueños de las naos y los aspirantes a hacer el viaje, ya provistos del despacho reglamentario, dado por la Contaduría Principal de la Casa de la Contratación. El precio tampoco estaba sujeto a ninguna ordenanza, lo que signifi caba un nuevo obstáculo. Además del impuesto de la avería, que estaba fi jado en 20 ducados de plata por pasajero, había de satisfacer al maestre, dueño o capitán, una cantidad que no es fácil conocer al no estar regulada, como, por contra, sí lo estaba el coste del transporte de mercaderías, para el que existían tarifas según las diferentes especies. [21] En la Recopilación de leyes de los reinos de las Indias, de 1681 [22] sólo se prohíbe cobrar más del pago concertado antes del viaje, pero sin precisar cuánto. Una aproximación al coste del pasaje lo proporciona la regulación del Socorro de Religiosos, que Veitia y Linage recoge en extenso en su Recopilación donde da cuenta de las prolijas reglamentaciones que estaban establecidas para subvenir a los gastos de los religiosos que partían a Indias. De forma general se contemplaban dos socorros: el "viático", para los gastos del viaje desde sus conventos de origen hasta Sevilla, en jornadas de ocho leguas, y el que se conocía como "entretenimiento", para otros gastos, mientras esperaban el embarque. 
Para el camino recibían siete reales diarios y durante el entretenimiento, dos reales. En ello iba incluido el pienso para las caballerías. Curiosamente, para el "aviamiento, vestuario y matalotaje" necesario para la travesía, cada orden religiosa recibía cantidades diferentes, que oscilaban entre los 1049 reales de los agustinos y 1020 de los jesuitas, a los 796 reales y 10 maravedís de los franciscanos calzados y los 714 reales y medio de los franciscanos descalzos. No cabe más explicación que la distinta cantidad de libros que cada orden necesitaba llevar, y la frugalidad de las órdenes mendicantes. Pero se nos hace excesivo que unas simples sandalias diferencien en casi 82 reales a los franciscanos. En 1609 se fijó por ley el precio del pasaje de los religiosos en 49 ducados que correspondían 20 al pasaje (avería) y el resto a la parte de cámara y al equipaje. El texto de la ley dice que los 49 ducados son por el flete de cada religioso, y la parte de una cámara, que le toca desde Sanlúcar a Nueva España, y el flete de media tonelada de su ropa. [23] José Luis Martínez cree que el pasaje de los viajeros ordinarios sería el doble que el de los religiosos, que posiblemente era impuesto a los dueños de los barcos como una contribución piadosa. Cita lo gastado por un viajero de Panamá a Lima, en 1535, que lo dejó descrito con todo detalle. Por ese viaje, la tercera parte del recorrido que hacían los frailes, desde España a Indias, pagó por su persona 100 castellanos de oro o, lo que era lo mismo, 72 ducados. [24]
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[20] José Luis Martínez. Pasajeros de Indias. Viajes trasatlánticos en el siglo XVI. Fondo de Cultura Económica. México. 1999. En lo que sigue nos apoyaremos en este fascinante libro del gran historiador, que da una visión acertadísima de la aventura de los viajeros del XVI.
[21]  Ibidem. p. 42.
[22] Veitia y Linage, José. Recopilación de leyes de los reinos de las Indias. Madrid. 4 vols., reimpresos por Ediciones de Cultura Hispánica. Madrid, 1973.
[23] Pedro Borges Morán. El envío de misioneros a América durante la época española. Bibliotheca Salmaticensis. Salamanca. 1977. cap. ix, pp. 369-372. En José Luis Martínez. op.cit. pp. 48-49. 
[24] José Luis Martínez. op. cit. p. 50
Pasajeros a Indias, 1503 - 1790  (VII)

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