Revista Viajes

Pascua en Rumanía. Introducción

Por Pilaryluis

Pascua en Rumanía. Introducción

Luis en el Palacio del Parlamento de Bucarest

 Esta entrada forma parte del diario sobre Rumanía que Luis esta escribiendo en la página de Los viajeros. Realizamos un viaje de 10 días en abril de 2014, coincidiendo con la Semana Santa. El diario lo ha dividido en tres partes: Introducción, Transilvania y Bucovina e iremos publicándolas en el blog al tiempo que se publican en la página de los viajeros. Esperamos que esta información resulte práctica para organizar un viaje por tu cuenta. Que lo disfrutéis!.
Un viaje a Rumanía. Introducción
 Cuando visitamos Georgia y Armenia en 2011 (ver diario en nuestra página) nos sorprendió la liturgia de las distintas iglesias de rito ortodoxo. No es ni mejor ni peor que otras; seguramente la Semana Santa española es más espectacular, pero en cualquier caso los pueblos de tradición ortodoxa saben crear en sus iglesias un ambiente muy especial.
Mientras preparábamos un viaje para las fechas de Semana Santa, nos enteramos de que precisamente en este año 2014 coincidían las celebraciones de las iglesias ortodoxas unificadas (las del este de Europa) con las de la católica romana e hicimos coincidir los momentos principales de la celebración de la Pascua con nuestro paso por una zona de gran importancia religiosa: Bucovina y sus famosos "monasterios pintados".
El balance ha sido en general muy positivo. Rumanía nos ha sorprendido por el buen nivel de sus servicios turísticos y por la amabilidad de la gente. Todavía hay problemas como el estado de algunas carreteras o la lentitud de los trenes, pero la verdad es que el viaje nos ha resultado cómodo y agradable. En Rumanía, no se puede decir que la vida gire en torno a los ritos religiosos ortodoxos; hay grandes comunidades católicas y luteranas, además de una gran parte de la población que seguramente vive al margen de cualquier creencia. Pero aún así se puede decir que la Pascua es un momento crucial en el calendario de la vida social rumana; nosotros al menos pudimos comprobar que en Bucovina se paraliza absolutamente todo durante los días centrales de la Pascua y que casi todas las familias participan en los ritos de una u otra forma.
Ficha técnica
Cómo llegamos y cómo nos movimos:
Algunas compañías como Wizzair operan vuelos entre distintas ciudades de España y de Rumanía. Desde Zaragoza hay 2 salidas semanales a Bucarest con parada en Cluj Napoca, pero descartamos esa ruta porque cuando lo miramos el vuelo ya salía caro: unos 170€ más 30€ por trayecto al facturar una maleta. Preferimos trasladarnos a Barcelona y volar desde allí con Lufthansa, por unos 190€ con maleta incluída. Preferimos volar con una compañía grande, que además está asociada con otras, da mucha más seguridad en previsión de que algún vuelo pueda fallar.

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Gara de Nord

También acabamos descartando el plan de alquilar coche. Nos disuadieron los relatos de otros viajeros sobre las malas carreteras y la molestia de conducir en condiciones a veces penosas: baches, velocidad reducida, "locos al volante", etc. Contamos con que la red ferroviaria rumana permite conectar las ciudades principales con bastante frecuencia y, a partir de ahí, la posibilidad de usar también autobuses, furgonetas y taxis para visitar algunos sitios fuera de las rutas habituales. Enseguida comprobamos que la web de la empresa pública de ferrocarriles CFR ofrece información muy detallada sobre los trenes que circulan cada día entre dos puntos y además permite, una vez que te registras como usuario, reservar billetes con hasta 28 días de antelación. En los trenes diurnos es muy raro que se agoten las plazas, pero sí que nos vino bien reservar las cabinas de coche-cama para los dos trayectos nocturnos que hicimos (Alba Iulia-Suceava y Suceava-Bucarest), sobre todo teniendo en cuenta que reservando y pagando online se obtiene un descuento importante sobre la tarifa. El resto de transportes públicos los fuimos encontrando fácilmente sobre la marcha.
Moneda y costes:
Durante nuestro viaje el cambio oficial de la moneda era de 1€=4,43 lei (RON). En Rumanía, al contrario que en otros muchos países, las comisiones de las casas de cambio no son en absoluto abusivas. Incluso en el aeropuerto la compra de euros la hacían a 4,40 RON y la venta a 4,48 RON, de manera que pronto renunciamos a nuestra costumbre de sacar dinero en cajeros y empezamos a cambiar euros en efectivo.
Además Rumanía es un país en el que todavía hoy se puede viajar a un coste muy razonable. Nosotros en el viaje no escatimamos demasiado en gastos: elegimos buenos hoteles, comimos a gusto en restaurantes y alquilamos taxis por varias horas en distintas ocasiones; pero también comprobamos que los transportes públicos son baratos, los taxis funcionan con unas tarifas autorizadas mucho más bajas que en España (menos de 0,5€ por kilómetro), además en muchas pensiune o cazare hay habitaciones correctas por poco más de 50 RON. Por último, incluso en los restaurantes que frecuentábamos se puede comer por poco dinero: una sopa contundente o una copiosa ensalada por 3€, medio litro de cerveza por 1,5€, etc.

Pascua en Rumanía. Introducción

Biblioteca Universitaria. Bucarest

Fecha del viaje: del 12 al 23 de abril de 2014
Itinerario:
1er día: Vuelo Barcelona-Bucarest.
2º día: Sinaia y llegada a Brasov.
3er día: Visita a Fagaras y Monasterio de Sambata. Brasov.
4º día: Castillo de Bran y tren a Sighisoara.
5º día: Sighisoara, visita a Biertan y Copsa Mica y llegada a Sibiu.
6º día: Sibiu.
7º día: Sibiu, Alba Iulia y tren nocturno a Suceava.
8º día: Celebración de la Pascua en Suceava.
9º día: Visita a los Monasterios de Bucovina. Suceava.
10º día: Visita a Targu Neamt y sus monasterios. Tren nocturno a Bucarest.
11º día: Bucarest.
12º día: Vuelo de regreso a Barcelona.
1er dia: Llegada a Bucarest.

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Emperador Trajano y su loba. Bucarest

Aterrizamos hacia las 17h30' con algo de retraso, cosa frecuente en las rutas aéreas europeas, bastante saturadas de tráfico. Aún así tenemos que esperar un rato en el aeropuerto a nuestra amiga que se apuntó al viaje más tarde y llega en otro vuelo desde Viena.
El aeropuerto Henri Coanda, más conocido por Otopeni, nombre del suburbio donde se asienta, es pequeño. Lo primero que hacemos es adelantar el reloj una hora, lo segundo sacar dinero y a continuación buscar la parada de autobuses urbanos. Es fácil, desde el vestíbulo de llegadas sólo hay que bajar una planta, cruzar una sombría sala de espera y salir al exterior; allí mismo está la caseta donde venden los billetes, que cuestan 4,30 RON. ¿Será esta la única ciudad del mundo en la que los transportes públicos no venden billetes para un solo usuario? Pues no lo sé, pero muy normal tampoco me parece. Aquí los billetes ordinarios llevan la cifra 2 y eso significa que son válidos bien para 2 viajes en el mismo medio (autobús, tranvía o metro) bien para un solo viaje pero de 2 personas.  Validamos los 2 billetes dobles en la máquina del autobús 783... con lo cual nos sobra un viaje que ya no utilizaremos xD
El otro autobús que llega a Otopeni, el 780, va hasta la estación principal de trenes Gara de Nord; el que hemos elegido nosotros  cruza de norte a sur el centro de la capital por las principales avenidas, para finalizar en Piata Unirii. Ambos circulan con una cómoda frecuencia de 15 o 20 minutos; hoy es sábado y no hay mucho tráfico, de modo que en poco mas de media hora nos bajamos en el Bulevar Balcescu, cerca de la parada de metro Universitate, donde está el hotel de nuestra amiga. Nosotros nos metemos por la estrecha calle Ion Campineanu y en 5 minutos llegamos a nuestro hotel.

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Sopa con alubias

Naturalmente vamos a cenar a Caru cu bere, como todo turista que se precie. Hemos reservado para las 21h, hora punta sin ninguna duda. Está saturado de gente y por eso ya nos avisaron de que nos tocaba la zona de fumadores. La animación musical de esta noche es tipo "locos años 20": banda de jazz desmelenada y una femme fatale de piernas vertiginosas que saca a bailar a todo hombre que se sostenga en pie. Por suerte a mí me debe ver de lejos la cara de agotamiento (o de susto, por lo torpe que puedo llegar a ser en la pista) y no se me acerca. En cuanto a la comida, casi todo el mundo se pide unas parrilladas de carne brutales, pero nosotros buscamos algo más suave. Tras dudar mucho rato pedimos unas ciorba de fasole o sopa con alubias y carne servida dentro de un bollo de pan (todavía no me explico cómo los hacen tan estancos), los típicos sarmale, una ensalada sin mucha gracia y un filete de carpa, que a los rumanos les gustará mucho pero a mí me sabe tan malo como era de esperar. Otra cosa que tampoco nos gusta es la mamaliga, esa sémola de harina de maíz que acompaña muchos platos; la probaremos alguna vez más durante el viaje y nos parecerá siempre igual de sosa. En cuanto a la cerveza propia del local, más barata que las otras marcas, la encontramos demasiado suave. Por tanto el segundo contacto con la cocina rumana (el primero fue hace tiempo en el restaurante Crama Dracula, de Barcelona) es negativo, pero mejorará considerablemente en días sucesivos.
Tal vez Caru cu bere nos hubiera parecido divertido si nos pilla en otras condiciones, pero lo cierto es que los tres estábamos cansados por el viaje, y yo en concreto tenía un mareo y un dolor de mandíbula que no se me pasaron hasta la mañana siguiente.
Al salir del local vemos en la puerta el horario especial para los días de la Pascua y ya anticipamos que muchos restaurantes van a estar cerrados entre el sábado y el lunes. Estamos en Lipscani, el barrio más marchoso de Bucarest, y los bares con música de todo tipo no escasean... pero estamos tan cansados que nos vamos enseguida a dormir sin tomarnos ni una gaseosa

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El Grand Hotel Contiental en Bucarest


Alojamiento en Bucarest
A nuestra amiga le hemos buscado un sitio barato y céntrico que se llama Bucharest Comfort Suites. Por las fotos y algunos comentarios en booking se podría llegar a deducir que se trata de un hotel "para parejas efímeras" pero una vez allí comprobamos que no es para tanto: hay turistas, viajantes e incluso familias locales. El hotel es viejo y le iría bien una reforma, no tiene ascensor, etc. pero por lo demás está bien, las habitaciones son amplias y para 1 persona ha costado 36,5€ sin desayuno.
Pero para nosotros dos nos hemos reservado algo más especial, que se llama Grand Hotel Continental... FASTUOSO, no se puede definir con otra palabra. Se trata de un monumento histórico que ha conservado perfectamente el espíritu del lujo decimonónico, pero a la vez todo parece nuevo y reluciente. De entre los pocos hoteles de lujo en los que nos hemos alojado alguna vez yo diría que este es el más elegante y mejor mantenido. Y gracias a una oferta y también a que Bucarest no es un destino con alta demanda, nos ha costado sólo 80€.

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