Inspirado en la naturaleza y en el entorno y con formas y colores que remiten a Gaudí o a Burle Marx, el nuevo Paseo Marítimo de la Playa de Poniente, en Benidorm, del estudio barcelonés de Carlos Ferrater, se proyecta como un espacio de transición entre la costa y el núcleo urbano. No se entiende como frontera-borde sino como espacio intermedio que permeabiliza esta transición.
Este lugar de transición resuelve problemas como el acceso a los aparcamientos o la canalización de los colectores, y en él que se integran además los elementos de iluminación y material urbano. El paseo está constituido por diferentes capas: una primera de carácter estructural, que construye la línea de borde, acabada en hormigón blanco; una segunda capa de texturas, con pavimentos en diferentes colores; y una última capa que está conformada por el mobiliario urbano, los elementos, todos ellos construyendo un lugar homogéneo con personalidad propia.
Se estructura con dinamismo sobre una topografía rica, un espacio dinámico para el tránsito y la contemplación. El Paseo recoge los flujos longitudinales y transversales de las diferentes circulaciones y los canaliza permitiendo accesos cómodos a la playa, eliminando barreras arquitectónicas.
En este proyecto, la experimentación plástica ha conducido a una serie de procesos constructivos que responden específicamente a las cualidades del proyecto, pero que al mismo tiempo responden a leyes generales de la relación entre forma y función: la geometría alveolar de la membrana de hormigón, voladizos que crean espacios de sombra, un diseño minimalista de luminarias y mobiliario, y la utilización de plantas autóctonas, etc