Paseo por el gòtic hasta su “Melic”

El barrio gótico de Barcelona está lleno de rincones con encanto, da gusto pasear por él, en nuestra opinión quizás más de día que de noche, pero eso ya es una opinión muy personal, en cualquier caso no se puede negar que es un barrio lleno de magia y de historia.

El nombre de sus calles y algunos edificios escondidos que sobreviven a la modernidad, recuerdan la historia del que un día fué el nacimiento de la ciudad condal.

Hace unos días nos embarcamos en un paseo por algunas de sus calles y descubrimos parte de su historia, gracias a unos cartelitos encantadores de los que no pudimos resistir tomar algunas fotos, y que contaban mucho sobre lo que allí sucedió hace siglos.

Nuestro paseo empezó en Paseo Urquinaona, y fuimos bajando paseando por el carrer de les moles, carrer Comptal, Portal de    l´Àngel, hasta llegar al carrer Montsió, donde descubrimos “El Melic del Gòtic”…

A la izquierda os dejamos un recorte del plano del barrio gótico por donde realizamos el paseo. Llegando al Portal del Ángel se nos despertó la curiosidad y quisimos buscar algo más de información, ¿queréis saber algo más?;

Durante el siglo XV se construyó fuera de las murallas, en la zona donde ahora está la calle Aragón, entre el paseo de Gracia y la calle Claris, un convento muy grande que se llamó Convento de Jesús. Sus restos han alcanzado la generación anterior a la nuestra.

Si os fijáis, callejeando, en sus paredes hay multitud de letreros, los que os mencionaba al principio de este artículo,  llenos de “pedacitos” de historia de la ciudad, nosotros hemos tomado fotos de una muestra de ellos para compartirlos con vosotros

Curiosamente ese día íbamos a comer a un restaurante con una historia detrás de las que encandila… si os fijáis en uno de los letreros nos hablan de los monjes del convento de la caller Montsió. En esa calle se ubica el famoso y archiconocido “Els Quatre Gats”, un clásico al que le debemos grandes historias de personajes catalanes… sin embargo, no todo el mundo sabe que unos pasitos más adelante se encuentran los restos del antiguo convento que os comentábamos, y en su interior, “El Melic del Gòtic”, un restaurante con estética e identidad corporativa empastada perfectamente con su ubicación, donde los pequeños detalles hacen del sitio un espacio acogedor del que disfrutar. Rinconcitos, letreros en sus paredes, elementos decorativos y la conservación de parte de su estructura hacen de él un sitio con verdadero encanto.

Los muros del restaurante de El Melic del Gòtic son el último vestigio del convento de Montsió del siglo XV. Formaban parte del ala sur del edificio y sus habitáculos estaban destinados a celdas de penitencia de las monjas y a la bodega de vinos. Gran parte del convento fue trasladado piedra a piedra a la parte alta de la ciudad y en el
devenir del tiempo, lo que quedó de él se convirtió en taberna, cuartel de las guerras carlistas y en el Teatro Montsió, que acogió durante dos años a El Liceu antes de que se trasladara a Las Ramblas. Dice la leyenda que cada vez que un trozo de estas piedras se desprende, el espíritu bondadoso de aquella comunidad religiosa rebrota en el local.

El Melic del Gòtic, situado en la céntrica calle Montsió 7, es una brasería especializada en carnes a la brasa de carbón que podréis degustar con una selección de ensaladas y guarniciones. La carta de vinos incluye vinos de la tierra, crianzas y reservas de las mejores denominaciones de origen. Escogen sólo alimentos autóctonos dentro de la dieta mediterránea.

Pues sí, allí fue donde nos aposentamos a disfrutar del encanto del “antiguo convento”, del calorcito de su gente, súper atenta y detallista y de su cómida, de muy buena calidad. Hacía días que me encontraba especialmente molesta porqué algunas visitas a restaurantes nos habían resultado un poco “mediocres” y tenía la sensación de que no podía compartir experiencias gratas con nuestros seguidores, por lo que tenía ganas de sentarme en un sitio del que saliera contenta “sin peros”…

Cuando entras al Melic del Gòtic, sabes que vas a disfrutar de una carta austera pero con mucho caliu, la sencillez de sus platos es lo que dan valor a su cocina…recuerdo que probando una de sus carnes me ofrecieron tomar una salsa para acompañar y pensé…no hace falta!, son carnes tan sabrosas y con tanta calidad que disfrazarlas es una “aberración”, aunque confieso que su chimichurri está muy rico!. De entrantes, acompañados con pan y tomate, degustamos dos ensaladas…las dos deliciosas, de elaboración simple pero con producto de mucha calidad. Os recomendamos especialmente la de burrata.

Ir al Melic y no probar sus carnes es como ir al cine y sentarse de espaldas a la pantalla…sus cocinas están preparadas para la elaboración de carnes a la brasa, y para hacer calçots, cuando es temporada!, aprovechando todo el sabor que aporta la cocción sobre brasas….  Como os comentaba en principio, las elaboraciones son sencillas, aquí se viene a disfrutar del sabor de las cosas simples! :)

¿Qué os parece esta entraña y este secreto?…nosotros ya no teníamos espacio en nuestro estómago pero vimos desfiar unas brochas de carne servidas en vertical, que nos obligarán a volver un día para disfrutarlas.

Como os decía, no nos hizo falta ninguna salsa, la carne hablaba por sí misma…de postre apostamos por la repostería catalana y un mató, que además de precioso estaba delicioso.

Esperamos que podáis hacer un paseo y descubrir muy pronto los secretos del gótic hasta llegar a su corazón…al Melic. Donde disfrutaréis de buenas carnes, buena atención y de un espacio precioso…por cierto, ¿os contamos un secretillo?, sólo hace falta leer lo que dicen de ellos en trypadvisor para confirmar lo que aquí os estamos relatando… Esperamos que podáis ir, ideal para ir en pareja, con amigos y/o con familia. Me despido con una selección de fotos del Restaurante.

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