Las cárceles argentinas navegan en aguas polémicas. Se debe a la participación de detenidos en actos organizados por la agrupación kirchnerista Vatayón Militante. De un lado, los diputados opositores, y hasta un juez de la Corte Suprema, cuestionan este método. Y del otro, el oficialismo responde que es una vía de rehabilitación para los presos. Distinto resulta el escenario en las cárceles méxicanas. Allí, el fútbol es el sistema para reisentar a los detenidos en la sociedad. La pelota gira hasta en las prisiones de Ciudad Juárez, la ciudad azteca más violenta. Ocurre gracias al programa A Ganar, creado por la Fundación Partners of the Americas. “Usamos la disciplina, la motivación, el trabajo y la diversión que se aprenden del fútbol”, explica Aleysha Serrato, integrante de la Fundación Comunitaria de la Frontera del Norte. “Dentro del entrenamiento de este deporte, los presos también deben estudiar una carrera técnica para aprender un oficio, y tomar clases de inglés y computación”, destaca. Sus palabras vuelan en los centros de detención, lo mismo que la pelota. Va de un área a la otra. Se ven ilusiones en el semblante y el juego de los detenidos Hay, en cada uno de ellos, pases de libertad.