Pasivos

La juerga continúa y parece que nunca se acaba. Ellos han perdido la noción del tiempo, se hallan totalmente desubicados. El alcohol se les ha escapado de las sudorosas manos. Han perdido el control de sus actos y caminan con evidente dificultad. Uno de ellos, está tras el timón tratando de no salirse de la resbalosa pista o peor aún: de no chocarse con otro carro y causar un serio accidente que puedan lamentar, si es que viven para contarlo, el resto de su desordenada existencia. Se escucha muy cerca una sirena que los viene escoltando, los obligan a detenerse con un juego de luces, los obligan a bajarse con voz de mando, se resisten al mandato en primera instancia, uno se pone furioso y empieza a agredir al representante de la ley con puñetes y patadas, el otro, no para de insultar, no para de amenazar, no para de maldecir, y se llena la boca diciendo: "Que su padre es una alta autoridad del gobierno de turno y que se van arrepentir de este atropello y empieza a marcar como loco en su celular que en cualquier momento se le cae de su mano". Una simple juerga se complica, ahora los dos infractores son denunciados por oponerse y agredir verbal y físicamente a la autoridad, según dicen algunos, competente. Los representantes de la ley se mostraron muy pasivos, y no actuaron como debería ser: "Con mucha determinación y con mucha precisión". Parece como si se gozarán con los detenidos y más aún, cuando son llevados a juicio y luego puestos tras las rejas como si fueran avezados delincuentes que no merecen gozar de los rayos del sol como una persona normal.

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