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Paso a paso

Publicado el 20 septiembre 2016 por Enrique Roldán @enrique_roldan

La Unión Deportiva Melilla ha comenzado con buen pie su andadura en la temporada 2016-2017. El equipo, tras el cambio exprés de entrenador, parece haberse amoldado a lo que exige Josu Uribe y en los primeros encuentros de la temporada ha demostrado cualidades muy positivas que le ha llevado a obtener 10 de los primeros 12 puntos, con buena capacidad de anotar y con seguridad en la parte defensiva.

Paso a paso

A esta impresión positiva se une el que la campaña de captación de socios y abonados llevada a cabo por la entidad parece estar dando sus frutos y poco a poco las gradas del Álvarez Claro toman color y calor.

Ahora bien, estamos al principio del curso, y empezar con buenas notas no asegura que al final del año se mantengan.

En estos últimos tiempos hemos escuchado al entrenador del Atlético de Madrid, Simeone, repetir una y otra vez el ya famoso “PARTIDO A PARTIDO”, y no puede llevar más razón el técnico argentino.

Desde el punto de vista psicológico está claro que los buenos resultados propician un aumento de la motivación, la autoconfianza y la autoestima de jugadores, técnicos, directiva y aficionados, y es un buen carburante para que el equipo siga mostrando en entrenamientos y partidos el compromiso que ha adquirido. Además el equipo está demostrando sobradamente algo muy importante: la cohesión y la unión del vestuario en estos momentos positivos.

Pero tanto la directiva como Uribe, al que sé que el aspecto mental le preocupa e interesa especialmente, deben tener un especial cuidado con no lanzar las campanas al aire antes de tiempo, y además transmitir este mensaje a los aficionados en ruedas de prensa o en las redes sociales. Aspectos como los señalados antes son tan buenos y necesarios en su justa medida como peligrosos tanto por exceso como por defecto. Así un exceso de autoconfianza o motivación pueden hacer que el rendimiento de los jugadores baje debido a creerse superiores a los rivales y, aunque externamente no muestren esa creencia, en su interior puede suponer el correr un poco menos, un descenso en los niveles de concentración y atención o pensar en el play-off de ascenso cuando estamos aún en el mes de septiembre.

Es tarea del técnico aumentar la presión a los futbolistas en el momento en que detecte cualquier indicio de que se esté produciendo esta circunstancia. Por algo existe la frase típica de “no hay rival pequeño” como contrapuesta al “ganamos sin bajarnos del autobús”.

Lo dicho, paso a paso se puede llegar lejos, pero si nos saltamos algunos de esos pasos posiblemente volvamos a la casilla de salida.


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