Revista Comunicación

Pasolini / Kennedy (el cine, la vida y la muerte )

Publicado el 25 noviembre 2013 por Albert Perez Novell
Hace 50 años, el 22 de noviembre de 1963 asesinaron al presidente  Kenndy en Dallas Texas . 11 años, 11 meses y dos días después asesinan a Pier Paolo Pasolini.  El cuerpo del poeta, novelista y cineasta, golpeado y atropellado con su propio coche, fue encontrado sin vida en Ostia (en las afueras de Roma) la mañana del 2 de noviembre de 1975, en un lugar deprimente, en una parcela vallada junto a la carretera, en un páramo rodeado de suciedad, basuras y hierbas secas que es la viva imagen del olvido.
El motivo que me lleva a escribir este post no es establecer paralelismos hagiográficos sobre ambas figuras, ni plantear hipótesis conspirativas que abundan en sobre ambos asesinatos.  Simplemente, he querido aprovechar la circunstancia para recuperar un viejo artículo de Pasolini publicado en España por Alianza en 1971 (PASOLINI, P. P. (1971): Discurso sobre el plano secuencia o el cine como semiología de la realidad, en AA.VV.: Problemas del Nuevo Cine. Madrid. Alianza..)
Por tanto, hablaré más de Pasolini y de cine que de Kennedy, para esto ya tenemos los canales de TV que nos han bombardeado este fin de semana.Pasolini / Kennedy (el cine, la vida y la muerte )El punto de enlace entre ambos personajes es, que dicho artículo de Pasolini, parte  del análisis del único documento visual del asesinato de Kennedy filmado en 16 mm por un tal AbrahamZapruder.  Quizás sea el plano secuencia más analizado de la Historia, premonitorio del actual modelo panóptico en el que todo el mundo es un potencial operador de cámara mediante su tf móvil. Si el atentado hubiera ocurrido hoy dispondríamos de cientos de imágenes desde otros tantos puntos de vista distintos del mismo hecho.
¿Entonces porque un análisis más?: Porqué, a mi entender, Pasolini aporta una visión distinta,  enlazando, en un ejercicio intelectual de calado, el cine con la vida y presentado la muerte de una forma peculiar. Dice Pasolini: “ El espectador-operador, (AbrahamZapruder) en efecto, no eligió ángulos visuales: filmó simplemente desde donde se encontraba, encuadrando lo que su ojo -mejor su objetivo- veía.
El plano-secuencia característico es, por lo tanto, una toma subjetiva. En un posible film sobre la muerte de Kennedy faltan todos los demás ángulos visuales: desde el del mismo Kennedy al de Jacqueline, desde el del asesino que disparaba …. …………., desde el de los restantes presentes ………..etc.
Suponiendo que tuviésemos filmes rodados desde todos los ángulos visuales, ¿de qué dispondríamos? De una serie de planos-secuencia que reproducirían las cosas y las acciones reales de aquel momento, contemporáneamente vistas desde diferentes ángulos visuales: es decir, a través de una serie de tomas subjetivas. Por lo tanto, la toma subjetiva es el máximo límite realista de toda técnica audiovisual.
No se puede concebir ver y oír la realidad en su transcurrir más que desde un solo ángulo visual: y este ángulo visual siempre es el de un sujeto que ve y oye…….”
Que obtendríamos hoy, con cientos de tomas del mismo hecho, ni más, ni menos que el  presente, es decir el tiempo de tantas tomas subjetivas como planos-secuencia, rodados desde diferentes ángulos visuales.
Sigue diciendo Pasolini: “Los últimos sintagmas vivientes de Kennedy buscaron una relación con los sintagmas vivientes de aquellos que en ese momento se expresaban viviendo a su alrededor. Por ejemplo, el de su asesino, o asesinos, que disparaba o que disparaban.
Hasta que dichos sintagmas vivientes no se relacionen entre sí, tanto el lenguaje de la última acción de Kennedy, como el lenguaje de la acción de los asesinos, son lenguajes mutilados e incompletos. ¿Qué deberá suceder, por lo tanto, para que lleguen a ser completos y comprensibles?”
Es por esto que la inflación de imágenes del modelo panopitico, solo aporta información y además escasa, no vemos nada, ni nos cuenta nada de lo que sucedió en ese momento, no aporta conocimiento. Es mediante el trabajo de ordenación y coordinación de estas imágenes como se puede intentar una aproximación a la comprensión.
El narrador realiza este trabajo de selección y coordinación los diferentes ángulos visuales disolviendo  la subjetividad, existencial, y cediendo  el sitio a la objetividad; ya no estarían sólo las mil tomas de mil teléfonos móviles para captar y reproducir la fugaz y poco estable realidad, en su sitio habría un narrador.
Esto es lo que hace la película de Oliver Stone en el film JFK. A partir de unos segundos de película, a partir de un plano secuencia “real”, construye toda una historia que nos dice más de lo que sucede en el momento de la muerte de Kennedy, o que por lo menos nos presenta una visión más amplia que las simples imágenes tomadas directamente de Zapruder.
Es interesante ver como Pasolini mucho antes de que se realizara la película de Stone, y de que el cine manejara las estructuras temporales que maneja hoy, veía, ya como se podría hacer una película de la muerte de Kennedy en la que rompiendo la continuidad real de las tomas documentales de Zapruder, se intentara un relato más cercano a lo verdadero, debido en gran parte al fraccionamiento de la continuidad real (secuencia de Zaprude) y al logro de una continuidad aparente, montaje de JFK, el film. 

En JFK, el film, aparecen los últimos sintagmas que a Kennedy le faltaban, al multiplicar los puntos de vista, Stone consigue que el tiempo y el espacio se modifiquen por la diversidad ángulos con los que se aborda, lo que seria una especie de respuesta, homenaje, a través del tiempo a lo propuesto por Pasolini


Esto no implica que Stone lo consiguiera,  o obtuviera un resultado objetivo, pero a nivel de lenguaje y puesta en escena esto es lo que pretendía Stone, que la película tuviera una mirada aparentemente más objetiva, es decir, que para el público se presente desde diversos  puntos de vista aumentando con esto la sensación de verdad.
La vida y la muerte quedan reflejadas en este plano secuencia, aunque no explicadas:Passolini en el mencionado artículo hace una analogía entre plano secuencia y vida definiendo a esta como un plano secuencia infinito, en perpetuo presente que acaba al final de nuestras vidas.
No tenemos narrador en plano secuencia de nuestra vida,  como no lo había en el que filmó  Zapruder, el narrador es el que ordena los planos e introduce otro factor tiempo, “el pasado”, sin narrador no hay pasado.
Enlazando con la metáfora del plano secuencia de la vida utilizada por Passolini este da un paso más y nos dice: “ ...La muerte realiza un rapidísimo montaje de nuestra vida: o sea selecciona sus momentos verdaderamente significativos (inmodificables ya por otros posibles momentos contrarios o incoherentes), y los ordena sucesivamente, haciendo de nuestro presente, infinito, inestable e incierto, y por lo tanto lingüísticamente no descriptible, un pasado claro, estable, cierto y por lo tanto lingüísticamente bien descriptible (precisamente en el ámbito de la semiología general). Sólo gracias a la muerte, nuestra vida sirve para explicarnos…”
La muerte del propio Pasolini siempre la he intuido como un homicidio autoprovocado ( si entrar en teorías conspirativas, solo es un ejercicio intelectual) .No puedo dejar de imaginarme que Pasolini se dirigió al sórdido descampado de Ostia en busca de la muerte. Cada vez que pienso en este hecho me bien la memoria la película de J L Mankiewicz “De repente el último Verano” con guión de Gore Vidal basada en una obra de Tennesse Williams y la muerte del personaje en permanente off, Sebástian. (lo acentúo porque en la película, fonéticamente, lo pronuncian así).
Concretamente la secuencia del recuerdo de Elisabeht Taylor  prima de Sebástian con el que realizo el último viaje de verano. De repente aparece el último verano, en una secuencia onírica, metáfora homosexual de una destrucción programada, la muerte de Sebástian literalmente devorado por  unos jóvenes, como explica su prima ( no caníbales africanos) jóvenes de los que no sabemos nada y nada se nos explica. (Aquí sabemos que los figurantes son de Begur, Baix Empordá, pero esto no los convierte en caníbales.).Quizás esta secuencia filmada 12 años antes de la muerte de Pasolini sea la que, en clave poética, explique mejor lo que sucedió en Ostia una fría noche de noviembre del año 1971.
Después de la muerte ya no existe esa continuidad de la vida, pero existe su significado. O ser inmortales e inexpresivos o expresarse y morir.” Pier Paolo Pasolini.Albert Pérez Novell

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