Por dónde se empieza cuando se lleva recorrido un buen trecho y sin comerlo ni beberlo algo cambia en el camino? Se sigue? Se para uno y vuelve sobre sus pasos?
No lo sabemos, lo sentimos. Uno hace como si nada y fuerza los pasos al compás de la mirada, para continuar con todo lo hecho hasta el momento, para no olvidar que el proyecto es un intento.
Un intento tiene un aroma alegre, un proyecto un final feliz. Y así uno sigue y consigue, camina y prosigue. No se deja amargar la garganta con malas tintas, cuida de que la sonrisa ni se crispe ni oscurezca. Para que el ánimo se levante y la felicidad se crezca.Porque entre malos sueños y pocas horas de descanso siempre prevalece una idea: esto es pasajero. Somos pasajeros de nuestros propios pasos. Y a cada pensamiento, un paso. Y en este caso, pasamos a algo diferente y eso no tiene nada de malo.A por la semana, besos y abrazos!Recomendación cinéfila sin lugar a dudas:
The Grand Budapest Hotel