¿Sabes?En todas y cada una de esas
heridas arias de brocha gorda
que cercenan el cotidiano asfalto,
en todas ellas lo he pensado;
"es fácil, solo tienes que fingir no ver el semáforo".
Después me aferro
a la posibilidad ínfima, absurda,
de volver a verte cruzarlos.
