PASOS DE MUERTE EN LA OSCURIDAD (PASSI DI MORTE PERDUTI NEL BUIO) (Italia, Grecia; 1977) Giallo

 

Director: MAURIZIO PRADEAUX
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Intérpretes Principales: Leonard Mann, Robert Webber, Vera Krouska, Antonio Maimone, Barbara Seidel, Imelde Marani, Albertina Capuani, Nazzareno Macri, Luigi Romano, Bartolillo Palma, Susy Jennings, Anthi Andreopoulou, Marie Liz Eugene
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Argumento: En un tren con destino a Atenas viajan un fotógrafo italiano y una modelo sueca.
En un momento dado, el tren atraviesa un túnel y el compartimento donde viajan queda completamente a oscuras.
Al volver la luz, uno de sus compañeros de viaje, una mujer, aparece muerta. En su pecho está clavado el abrecartas del fotógrafo.
La policía interroga a los pasajeros de ese compartimento, incluido un cura griego.
El fotógrafo es el principal sospechoso y se le confisca el pasaporte.
Poco después aparece muerto otro hombre que viajaba en el mismo tren y que, conociendo la identidad del asesino, intentó chantajearle.
También entrarán en acción otros personajes, como la amante del chantajista, una cantante negra de Night Club que no hace ascos a las relaciones sexuales con ambos sexos. Mientras, el fotógrafo, con la ayuda de la modelo y disfrazado de prostituta para escabullirse de la policía, intentará descubrir al verdadero asesino.
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Mi comentario: Giallo de los setenta, década donde, en mi opinión, se hicieron las mejores películas de este "bonito" (sub) género. Tanto "bonito" como "sub" lo digo con cariño pues soy el primer fan de ellos.
Esta de ahora, con estupendo título, es una coproducción entre Italia y Grecia (parece mentira que entre ambos países no hicieran demasiadas películas dada su cercanía y similitudes en cuanto a personalidades).

 
Es muy irregular, con buen comienzo y para mi gusto, funcional mezcla de intriga con asesinatos a navaja muy sangrientos, con comedia. Hay numerosas escenas y diálogos con buenas dosis de cachondeo, como el robo a la caja fuerte. Y también los momentos (pocos para mi gusto) en los que aparece el jefe de la policía, excelentemente interpretado, con mucha sorna, por el siempre maravilloso Robert Webber.
 
La pena es que tiene muchos momentos muertos, como todas las escenas en el night-club y un ritmo equivocado. Así, la película no pasa de ser mediocre aunque con elementos positivos como la banda sonora de Riz Ortolani y la fotografía de Aldo Ricci.
Al final, hay bastante tedio, aunque tiene un algo que la hace simpática. Pero, vamos, podría haber estado mucho mejor.