Un camino – que alguna vez fue una ruta para mulas – une actualmente los valles de Passeiertal y de Ötzta, en las altas montañas de Austria. En medio de su extensión aparece un impresionante museo en voladizo, diseñado por el arquitecto Werner Tscholl.
Un museo en voladizo con estructura de hormigón y cristal que se presenta imponente sobre el paisaje alpino. Como una piedra errática, el diseño del museo se inspira en las propias montañas circundantes.
Desde 2010 a lo largo de este paso de montaña se han ubicado varias esculturas arquitectónicas que sirven de puntos de detención para los visitantes y mediante los cuales se puede conocer más sobre el entorno natural, la historia, la cultura, las comunidades y la economía de la región.
A modo de esculturas que se esparcen por el camino, estos espacios de parada iluminan a los viajeros en medio del entorno natural, empapándolos sobre la historia, la cultura, las comunidades y la economía de la región.
El nuevo Pass Museum, al lado norte del Tirol, sobresale como un bloque errático que se orienta hacia el sur, subrayando el carácter transfronterizo de la experiencia del traspaso Timmelsjoch. La “Cueva de Hielo” en el interior del museo rinde homenaje a los viajeros pioneros de la ruta de los Alpes y sus logros.
Antiguamente, este puerto fue una importante vía comercial de gran importancia social, cultural, política y religiosa. Hoy en día es un buen lugar para disfrutar del paisaje y hacer montañismo.