Nota introductoria: David sufre de ezquizofrenia, la controla con medicamentos.
Capitulo 3
El tiempo pasaba, y mi gusto musical enriquecía cada vez más, Cristina se convirtió en un refugio para la soledad que estaba pasando, llegamos además de contarnos muchas cosas sobre nuestras vidas, hasta que un día de noviembre, ella me llega a escribir en el muro:
David, voy pa METALLICA!!! JUEMADRE!!! WOW
Mi corazón latió tanto ese momento, que no me podía contener, sabía que la distancia era una causa fundamental para no enamorarme, además… arquitecta vs cajero = creep de radiohead (no sé si me explico bien). No sé por qué apareció así en mi vida, es como el sueño lejano cuasi utopía, algo así.
En esas épocas, hablábamos por el chat que era una persona bajita, y que como quedaría conmigo al lado que soy tan alto… le decía que se relaje, mas sin embargo esa historia trae un desencanto grande.
En el trabajo, me encontraba reemplazando lo que era control de inventarios. Un día llegue y de una le dije a mi jefe. “Necesito tres días que me deben de navidad para poder ir a Bogotá”, cosa que este señor me dijo: “¿y es que va al concierto de metálica o qué?”… Ay juemadre, este man se las sabe todas, y luego de pensar por cinco segundos dijo una de las frases que no se me olvidarán, “mijo, usted va para ese concierto”. La boleta la tenia comprada desde el mes de diciembre, y escuchar eso, fue una gran gratificación, además el “ayúdame que yo te ayudare” sirvió bastante, he servido mucho a este almacén para que me no me puedan negar una ida a Bogotá.
Desde el día que compré la boleta hasta los días que iban llegando en el mes de Marzo, nuestra amistad se iba afianzando más, sabía que ella tenía un novio, pero la verdad no me importaba, lo único a lo que le daba importancia era que voy a conocer una mujer totalmente hermosa.
Publicaba videos de metallica en mi perfil, las tertulias musicales se habían acabado, mientras llegaba el tan anhelado 10 de marzo del 2010. Hasta me llamó por celular y me sentía el hombre más afortunado del mundo al escuchar su voz, hubo una vez que hasta hablamos más de dos horas.
Hasta que llegó el 09 de marzo del 2010, era un martes y por la tarde me encontraba arreglando maleta y alistando todo para ese día tan especial, otros amigos viajaban por aparte, más temprano, mientras yo viajaba a las once de la noche, por que tenía clases de Hardware el plan era terminar la clase y volar directamente para el terminal para agarrar bus. El flaco, Edison y Was viajaron mucho antes y me enviaban recomendaciones desde allá: “parce no traiga la cámara, no meta nada de comida y tráiganos cigarrillos que nos está tocando pasar estos días una gonorrea”, de todas maneras, llevé la cámara por si acaso. La salida fue a las once de la noche y mientras salía de Manizales, Cristina me llama diciéndome que ella se encuentra en la capital donde una tía, sentía que el bus donde viaja, estaba volando al escuchar su hermosa voz. Mi cuadre para dormir en Bogotá ya estaba hecho, llamé a Ricardo, un amigo de toda la vida que trabaja como abogado, me dijo que cualquier cosa las llaves me las deja con el portero del edificio, y así pasó. Llegué en horas de la mañana a Bogotá y encuentro un apartamento totalmente de soltero: salchichas, atún, y papas fritas, ese fue mi desayuno. Llamé a Cristina, me decía que la está pasando muy bien con los amigos que había venido y que tarde van a entrar al concierto, les dije que si pueden ir más temprano mejor, para que no ocurra cualquier inconveniente en la entrada. Me arreglé a las diez de la mañana, y me puse a pensar si llevar, o no, la cámara. Agarré un taxi y me fui directamente al parque Simón Bolívar, era muy temprano, me bajé del taxi en un complejo acuático, tuve que dar toda la vuelta a este parque, para encontrar la entrada, en ese momento mientras caminaba y veía a todo ese mundo de mechudos vestidos de negro haciendo fila llamo a Cristina y le digo lo que mis amigos me dijeron: “Cristina, no lleves la cámara, que están haciendo requisa”, cosa que tristemente, Cristina y yo le hicimos caso a nuestros Parceros.
Al momento de hacer fila, un organizador del evento le dicen a un montón de gente que estábamos haciendo fila: “pueden atravesar el primer anillo de seguridad los que no tengan comida a la mano”, significaba que yo si podía entrar, no lo pensé y volví a llamar a Cristina diciéndole lo que dijo aquel organizador.
En el segundo anillo de seguridad me pidieron la boleta y me hicieron pasar, ya para el tercer y último anillo tocaba esperar, eran las once de la mañana y decían que ese anillo de seguridad lo abrían a las seis de la tarde, y había una fila ni la hp.
De pronto, hubo cambio de planes, parecía que a las dos de la tarde iban a abrir el tercer anillo de seguridad y por ende, la entrada total al parque. Y si, a las dos de la tarde comenzó a abrirse las puertas y a moverse el par de filas larguísimas. Cuando de pronto se ven otras cinco entradas más disponibles, lo que significaba que ese par de filas se acortaron en siete filas donde la entrada fue de total organización. De repente, en medio de todos estos metaleros, había una nena que su belleza me cautivó en facebook, era Cristina, con un bolso verde y el logo de Metallica, ¡sin dudas era ella!, así que la llamé y desde atrás le pegué un susto, cosa que ella simplemente me vio y me dio un abrazo del cual nunca me olvido. Ella, hizo todo lo que yo le había dicho en cuestión de seguridad, no llevó cámara, y llegó temprano. Pasado el tiempo la situación no era del todo buena, porque mucha gente había llevado cámara y tranquilamente mucha gente estaba entrando a las tres, cuatro, cinco y seis de la tarde sin tener que hacer mucha fila, lo que a Cristina no le gustó mucho la excesiva seguridad que yo le había comentado y que me habían comentado Edison, Flaco y Was, en especial Edison que ha sido un guerrero de muchos conciertos.
Obviamente, el gesto de alegría tanto de ella como de sus amigos y de su novio, no fue grato para mi, aunque tuvieron el tacto de tratarme bien, pero con esa energía que aquí falta cámara, y todo gracias a este man y sus consejos, inclusive se sentía en el aire esa sensación de: “hubiéramos podido pasear toda la tarde por Bogotá y tranquilamente haber entrado a las seis de la tarde”. Simplemente me sentí como una pulga que saltaba en sus cabezas. Mientras tanto escuchábamos música y me sentía tan fuera de lugar, que me fui a buscar al flaco, Edison y Was, cosa que los encontré por una de las torres de sonido, descansando, pero había tanta gente que no había espacio para quedarse donde estaban ellos.
Sin saber a dónde ir, fui a comerme un sanduche totalmente caro con una gaseosa que costaba lo que costaría en un desierto, y sin saber a dónde ir, terminé el resto de la tarde acostado en la grama del parque esperando a que se hagan las ocho de la noche, nunca más volví a ver a Cristina físicamente, la tristeza contrastó con la alegría de ver a Metallica en vivo.
A las siete comenzó Mastodoon y a las ocho en punto comenzó Metallica a hacer su show, totalmente organizado, buen sonido, un total espectáculo, valió la pena la pagada de la boleta, es algo que nunca me olvidaré. Salí con toda la calma, solo, a buscar Taxi, pedí que me llevaran hacia el apartamento de Ricardo. Me contaba el taxista que había problemas y disturbios por fuera del parque, cosa que las noticias aseguraron este hecho. Ya en casa de Ricardo, nos pusimos a hablar de todo un poco para recordar y reírnos un poco de esta vida. Luego, a dormir.
A las ocho de la mañana estaba listo para partir a Manizales, con la alegría de haber visto a Metallica en concierto pero con la tristeza de no entablar una mejor amistad con Cristina, nunca más la volví a ver físicamente.
Llegué a Manizales y lo primero que hice fue comer bien, para luego ir a la Universidad a estudiar hasta las diez de la noche. El 13 de marzo no tuve más iniciativa que escribirle una carta y enviársela por Hotmail:
Hola Cristina:
te estuve llamando por celular, pero la señal estuvo muy mala, tanto así que no me pude comunicar con nadie después del concierto.
Más que nada te quería llamar para que me disculpes por haber transmitido ese «fatalismo» que me transmitió la gente de Manizales que llegó antes al concierto, de verdad si me sentí mal por no haber llevado la cámara, me sentí mucho peor que no la hubieras llevado, igualmente por llegar al Simón Bolívar muuucho tiempo antes, teniendo la oportunidad de haber llegado tranquilamente a las cuatro de la tarde… y almorzados.
Por mi parte, el concierto me lo gocé solo, con decir que terminé de escuchar el concierto con unos rolos que ni siquiera había conocido y me regresé a Manizales solo llegando a las cinco de la tarde para ir a clases de seis.
Finalmente fue un gusto haberte conocido personalmente, de verdad no eres tan «pequeña» como decías y todos tus amigos fueron de una excelente energía, que por favor me perdonen.
Gracias por tu amistad y de nuevo mil disculpas.
Chaos A.D.
Ella me respondió diciendo que tranquilo, que lo importante es que yo hubiera gozado el concierto… de todas maneras quedó la desazón dentro de mí, de todas maneras continuamos chateando.
Ella se sorprendía que a mí me gustase las mismas bandas que a ella, con esa misma pasión. Siempre que chateábamos, me llenaba el corazón de esperanza y me sentía muy bien al hacerlo, pero cuando llegaba al momento cumbre de felicidad por el simple hecho de chatear con ella, comenzaba el bajonazo de pensar que ella está muy lejos, que es muy difícil ir allá, que tiene una vida por delante siendo arquitecta y trabajando con mejores ingresos que los míos, que tiene mucho conocimiento y que yo nunca seré para ella algo más que un amigo. La depresión se presentaba. Era como una montaña rusa, subía de ánimo y luego, bajaba.
Para no sentir ese vacío que causaba la presencia de Cristina, pensé no seguir chateando con ella, sin embargo, ella aparecía recomendando muy buena música o a veces yo ya no podía contenerme y comenzaba a hablar.