El otro día por casualidad Soficó encontró unos botes muy curiosos en una tienda. Eran ni más ni menos que las auténticas pastillas para el alma. Exactamente esas píldoras que todos hemos querido encontrar en muchas ocasiones de nuestras vidas.
Pastillas para tener buena suerte cuando ésta parece habernos abandonado. Pastillas para el optimismo, el ánimo y la ilusión que muchas veces perdemos. Pastillas para el amor, pero no te las tienes que tomar tú porque tú ya estás enamorada, si no la otra persona, porque quizá no lo esté tanto como tú e incluso nada.
Sería perfecto que alguien hubiera inventado esa medicina mágica con matices legendarios, pero por el momento solo son pastillas de caramelo que se comercializan con mucha gracia.
Eso sí que es sacarse un beneficio mágico de la manga y encima sabernos dibujar una sonrisa en la cara.
¡Bravo! Me encanta la idea.
La opinión de Soficó. 12 años.
Yo me he cogido la de la suerte y la del amor, que ya les gustaría a muchos esos botes. Y a mí que lo del amor en veranito me hace una falta que no veas, no consigo encontrar ni a un yogurín de playa, oye que rabia eh.
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