Si su trabajo anterior, “Speaking of Now” podría considerarse como una especie de momento de relax tras el magnífico “Imaginary Day”, “The Way Up” es todo lo contrario: un desafío colosal en el que Metheny y su banda ponen a prueba las fronteras del jazz, el jazz rock y la fusión como géneros llevándolos un par de pasos más allá. El propio formato del disco es revelador: un único tema de casi setenta minutos de duración que sólo por motivos de comodidad a la hora de que el oyente busque un pasaje determinado, está dividido en cuatro cortes en el CD.
Repite Metheny prácticamente la misma formación del trabajo anterior del grupo, es decir: Lyle Mays (piano y teclados), Steve Rodby (bajo y violonchelo), Cuong Vu (trompeta y voces), Gregoire Maret (armónica y percusión) y Antonio Sánchez (batería). Metheny toca guitarras y aparecen como invitados en esta ocasión, Richard Bona (percusión y voces) y Dave Samuels (percusión).
El Pat Metheny Group durante la gira que acompañó a "The Way Up"
“Opening” – La introducción del disco nos revela enseguida su inconfundible autoría con la guitarra de Metheny y el piano de Mays brillando al nivel habitual. La sección rítmica es la que nos resulta algo extraña para lo acostumbrado revelando que en el disco iba a existir un trasfondo profundamente diferente. En los créditos del disco aparece una dedicatoria muy especial a Steve Reich y escuchando esta obertura comenzamos a comprender por dónde pueden ir los tiros y es que la influencia del compositor minimalista comienza a dejarse ver en ritmos y en esquemas muy sutilmente.
“Part One” – Con la primera parte entramos en el núcleo del disco y lo hacemos con un tema suave de guitarra acompañado de diversos efectos de sintetizador y la soberbia batería de Antonio Sánchez. Comienzan entonces una serie de solos por parte de Metheny absolutamente fantásticos secundado por el resto del grupo. Tras ese primer segmento es Lyle Mays quien toma las riendas al piano con el guitarrista como secundario de lujo. Poco a poco gana en protagonismo de nuevo Antonio Sánchez con una “masterclass” de su instrumento al más alto nivel. Nueva transición, ahora de guitarra acústica antes de afrontar el tramo final con ligeros apuntes de armónica y una brillante intervención de Steve Rodby al bajo y la incorporación de Vu y su trompeta, ahora sí, en perfecta conjunción con Metheny y Mays. Volvemos a los pulsos rítmicos al estilo de Reich antes de una recapitulación del tema central que nos conduce hasta otra brillantísima intervención de Mays y Vu en un tono más clásico, previa al cierre del movimiento con el Metheny más íntimo a la guitarra.
“Part Two” – Rescata por unos minutos Metheny las sonoridades más clásicas de su repertorio de los noventa, tanto con su grupo como en solitario en el comienzo del segmento en el que Rodby parece reclamar un papel más importante con notables intervenciones secundando al resto de la banda. Vuelve la guitarra rítmica de Pat a marcar ritmos directamente deudores de los de su “Electric Counterpoint” con Steve Reich que son el trasfondo que subyace en todo el disco. Tras unos instantes en los que casi toda la actividad desaparece, suena el piano dando paso a un metronómico ritmo continuo a cargo de batería y guitarra sobre el que empieza a destacar la trompeta de Vu. Entramos así en los momentos más arrebatadores de todo el disco con la banda transitando senderos nuevos a velocidad de vértigo. Es en estos momentos en los que el Pat Metheny Group fuerza hasta casi reventar las estructuras habituales de su música que sufren para contener tanta creatividad. Un nuevo interludio de guitarra acústica sirve como transición hacia una serie de solos de armónica que recogen muy bien el testigo de los teclados de Lyle Mays que con tanta profusión en el pasado imitaron el particular timbre de ese instrumento. Cerrando la sección volvemos a los ritmos acelerados y las referencias a Reich en un tramo plenamente vanguardista con intervenciones de Rodby al violonchelo que confirman el espíritu aventurero de un disco que, a estas alturas, es ya una referencia.
“Part Three” – La parte final comienza con los teclados de Mays marcando la pauta, algo que se mantendrá así hasta el final aunque por el camino disfrutemos de un magnífico Antonio Sánchez (una vez más) y de las pocas intervenciones vocales de Cuong Vu y Richard Bona recuperando los sabores latinos tan característicos de Metheny en la etapa post-ECM. Una breve vuelta al tema central, si es que hay alguno en un disco tan complejo que pueda tomarse como tal, nos sitúa ya en el último tramo del disco, muy diferente de los anteriores y con un profundo componente introspectivo, casi podríamos decir minimalista, si no temiéramos que el uso del término hiciera mirar al lector de nuevo hacia Reich cuando, en esta ocasión, el estilo es muy diferente.
El disco ganó el “Grammy” al mejor disco de jazz contemporáneo en 2005 completando una extraordinaria racha de 7 discos consecutivos por parte del Pat Metheny Group ganando el premio “Grammy” correspondiente para un total de 10 galardones por parte del grupo, aunque Metheny contando todos sus proyectos en solitario y acompañado atesora la nada despreciable cantidad de 20 “Grammys” en 10 categorías diferentes (algo que también es un record). Tras “The Way Up”, no sólo se disolvió el Pat Metheny Group sino que el guitarrista pareció refugiarse en formaciones mucho más reducidas y colaboraciones con otros artistas como Brad Mehldau y su trío, llegando a prescindir de acompañamientos humanos con el diseño de su epatante “orchestrion” del que ya hemos hablado aquí. No parece ser hasta los años más reciente que Metheny vuelve a mirar a formaciones más similares a su ya mítico “group” como la “Unity Band” o el “Unity Group” con los que vuelve a investigar las posibilidades de instrumentaciones más amplias.
“The Way Up” tuvo una excelente acogida por parte de la crítica que parecía superar ciertos complejos surgidos durante los primeros años de Metheny fuera del sello ECM. Consideramos que se trata de un disco notable que merece formar parte de la colección de cualquier seguidor del músico, incluso aunque manifieste reparos hacia “ese” Metheny más “comercial” que suelen criticar sus detractores. El disco, en cualquier caso, puede adquirirse en los enlaces habituales.
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