Patente de especialista

Publicado por Mando en jun 16, 2014 en Aplicaciones y redes sociales, Casos, definiciones, Listas, Los + recordados, Metodología, Mis posts elegidos, Reflexiones, Tendencias | 0 comentarios

La propuesta de una certificación digital no es nueva. Como no lo es en otras especialidades, pero a falta de una patente académica u oficial, implementar ese circuito puede considerarse como buena practica corporativa.

Solemos pedir certificados oficiales cuando surgen profesionales no cualificados para dar respuesta a una demanda en alza. Por cambio cultural, la necesidad de utilización se adelanta a la generación de gestores. Hay formas de reconocer a los falsos consultores en Social Media (el post es una declaración magistral de Pedro). La transparencia acelera mercados incipientes y la triada “orígenes, metodología, enfoque profesional” es la que debería aportar la credibilidad. Con un par de matices.

Nadie llegó a la Luna como astronauta experto en alunizaje. Aún en el caso de nuevas especialidades partimos de un pasado, con lo que tenemos un orígen. Supongo que se puede hacer ese recorrido al cambio por distintos caminos:

1. Autoformación activa
2. Formación a través de los pioneros autoformados
3. Mediante programas académicos sistematizados en escuelas
4. Autoformación a través de los mismos medios sociales

Este último camino se dibuja en forma de tutoriales mas o menos homogéneos, de documentos de empresas creadoras de plataformas y herramientas y de un sinfín de comentarios, mitos, modas y opiniones variadas. Este último punto de autoformación se asemeja al primero salvo en el tiempo: en los comienzos, uno desconoce que esta viviendo un proceso de cambio y generalmente hay poca documentación sobre que y como resolver problemas. Pasado el tiempo, la novedad se transforma en algo doméstico y la sobre-información suele dominar el panorama.

Desde que la rueda fuera creada, han habido especialistas en rodamientos. Dependiendo de la curva de aprendizaje y de las barreras de entrada, la demora de acreditaciones homologadas es mayor o menor. En el Digital Signage / DOOH (Digital Out-of-home) al tratarse de una ingeniería de altos costos, la aparición de una certificación consensuada y agnóstica ha sido rápida. La barrera de entrada en las redes sociales es baja, la curva de aprendizaje se asume por nula y la aplicación es veloz aún careciendo de metodología.

Hay mas datos que información. En Ingeniería de Sistemas teníamos -hace unas décadas- dos escuelas de pensamiento enfrentadas. Mas allá del conocimiento técnico y del contexto práctico, el punto de ataque inicial estaba dividido entre datistas (el dato origina el contexto) y sistémicos (el contexto produce el dato). La oposición de ideas, de defensa de visiones opuestas, generaba metodologías que luego te definían como profesional. O eras de un bando o de otro. A diferencia del fútbol, era una decisión racional (ya, sorry).

Y aquí viene mi reflexión, sustentada en la práctica: la carencia de debate entre líneas de pensamiento en un profesional suele transformar a éste, en un procesador del dato. Digo que la información sin contexto y sin motivo (objetivo) no es pura ni neutral sino parcial e incoherente y aporta poca ganancia al proceso de la toma de decisiones. Digo que un procesador de dato termina siendo digitalizado. Creamos procesadores del dato cuando alimentamos vía casos prácticos en lugar del observar y aprender de contextos problemáticos (contextos sin una solución única e infalible)

¿Tenemos escuelas digitales? Creo que es obvio. Están los que defienden la idea de valor de los nativos digitales, que los nacidos con un iPad bajo el brazo entienden el mundo digital de manera natural. Opuestos, están quienes dicen que usar un teléfono no te hace ingeniero de comunicaciones y está visto la torpeza de los adolescentes en gestionar información y presencia en los medios sociales ¿Con que escuela de pensamiento se identifica un consultor?

¿Tenemos procedimientos únicos? Quienes venimos de la comunicación corporativa entendemos que la metodología clásica del marketing puede adaptarse a los socialmedia porque es el marketing el que ha tenido que adaptarse. Quienes vienen de la escuela dura de los objetivos tangibles de mercado, un definición de meta y objetivos que rehuya la concreción monetaria les parecerá débil y ello forzará una visión metodológica diferente.

¿Realmente importa el origen -nuestro pasado- y nuestra experiencia? Una escuela dice que solo podemos digitalizar conceptos ya existentes y otra, totalmente opuesta, dice que la transformación pasa por crear ideas radicalmente nuevas. En Uber unos ven un App para llamar un taxi particular y otros ven el “yo-cuantificado” llevado al “yo-satisfecho“.

Llegamos a que un capturador de datos es un reemplazable eslabón débil en la cadena de decisión en los procesos en social media mientras que un interpretador de contextos resulta valioso si logra diferenciarse dando visibilidad a esa interpretación que provee. La diferencia entre honorarios de 1 a 20 no deriva de ninguna lucha digital post-capitalista sino del simple lugar común de los negocios, surge de algo tan simple como enfrentar por un lado, los beneficios de interpretar la cuota de voz digital de una marca y sus consecuencias derivadas a la banalidad de contar conversiones desde una página en Facebook.

¿Tendremos una certificación imparcial e internacional? Lo dudo: los procesadores del dato tienen mercado para rato. Aunque eso sí, pagado a la baja.

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