Este deporte a las características del atletismo y del ciclismo en una única disciplina, que le hacen similar, pero a la vez muy diferente a cualquiera de los dos. El entrenamiento de la Velocidad, entendido como preparación de un patinador a pruebas cortas, se asemeja en este caso mucho más al del atleta que al del ciclista (en este caso sería ciclismo en pista), pero con diferencias notables. La primera, es que un patinador velocista puro, puede disputar pruebas que van desde los 100 (prueba hoy olvidada, pero muy espectacular) hasta de 1.000 metros. Hay incluso patinadores especializados en velocidad, que con una correcta preparación son capaces incluso de finalizar pruebas de medio fondo, e incluso maratones, y finalizar con la suficiente frescura como para disputar a especialistas las llegadas de estas pruebas. Pero vamos a centrarnos en lo que se consideran velocistas puros en patinaje de velocidad. Estos deportistas disputarían básicamente cuatro pruebas diferentes, basándonos en las que tienen presencia en los Campeonatos oficiales y son pruebas oficiales CIC:
– 200 metros Lanzados: Se disputa en pista. El corredor dispone de aproximadamente 150 metros para lanzarse y coger velocidad, para, al pasar por la línea de salida, disputar una vuelta en el menor tiempo posible. Clasificación por tiempos a una única manga.
– 200 metros Contrarreloj: Se disputa en circuito. El corredor ha de tomar la salida, situándose entre dos líneas separadas 50 cm entre sí, y mediante una
técnica de salida especial para este tipo de pruebas, arrancará desde parado hasta la línea de meta, en el menor tiempo posible.
– 300 metros Contrarreloj: Se disputa en pista. Idénticas características a la prueba anterior.
– 500 metros Sprint. Se disputa en circuito. Mediante la metodología de series, semifinal, y final, se configuran las primeras en función de la clasificación de la prueba contrarreloj, que suele siempre disputarse en primer lugar. Se establecen cabezas de serie. Habitualmente y según el reglamento actual, pasarán de ronda el primero o dos primeros patinadores de cada serie o semifinal.
– 1.000 metros Línea: Se disputa en pista. Idénticas normas al 500 metros sprint, con la salvedad de que para pasar de ronda, clasificarán el primero de cada serie, más un número concreto de tiempos repescados.
Como puede observarse, la gran disparidad de pruebas y de cualidades físicas a entrenar hacen que el deportista tenga que afrontar un entrenamiento muy diverso y complejo, en ocasiones muy difícil de planificar, y si además tiene la intención de disputar pruebas de fondo, se hace una labor poco menos que imposible, pues es tremendamente difícil estimular todos los sistemas energéticos de la manera adecuada, y puede llevar al deportista a no ser capaz de afrontar con garantías ninguna de las pruebas en las que participará. Hablamos de pruebas, que como el 200 metros, van de los 15 a los 20 segundos, hasta el 1.000 sprint, que puede llegar a disputarse en 1 minuto 40 segundos. Cabe decir, que el entrenamiento de fuerza, como se explicaba anteriormente, ha de mantenerse durante todo el año, con al menos dos sesiones semanales. Si le sumamos un día de descanso a la semana (hablamos de deportistas que aspiran a Campeonatos Internacionales), más otro regenerativo, nos quedan 3 días efectivos de trabajo.